Problemas con mi suegra

Hola mclaffi, tengo diferencias con mi suegra por asuntos de mi matrimonio, pero ami no me gusta dialogar con ella de estos temas porque no me párese que sea lo adecuado sin embargo ella busca cualquier pretexto para hacerlo y creo que yo no tengo por que explicárselos a ella, por que mis problemas se basan en que mi esposa no ha podido romper el cordón y esto me genera conflicto con ella. Sus papas siempre le están recordando que ella puede regresar al seno materno cuando lo desee si hay motivo o sino lo hay y aparte se toma atribuciones que no le corresponden como la educación en nuestros hijos o la manera de como se debe llevar un matrimonio si el esposo debe ser de tal o cual manera pero eso si siempre habla sobre la obligación de los hombres y nunca sobre el de la mujer. Que me recomienda de antemano le agradezco su atención y espero su respuesta gracias.

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Gracias por contarme tú problema (xxxxxx) antes tengo que saber alguna información, como puede ser la formación que tubierón tanto tus suegros y tú esposa, dime tu esposa es hija única, ¿tiene más hermanas casadas? Que edad tienen tú y tú cónyuge,
Mientras lee detenidamente y medita este material para que después comparemos y coentemos. El papel del esposo y de la esposa en el matrimonio, que fundo nuestro maravilloso y glorioso padre celestial Jehová:
Cómo tener una vida familiar feliz
JEHOVÁ DIOS desea que las familias sean felices. Por eso, en su Palabra, la Biblia, ofrece pautas a cada uno de sus miembros y explica lo que espera de ellos. Cuando se siguen sus consejos, se obtienen muy buenos resultados. Como dijo Jesús: "¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!" (Lucas 11:28).
2 Para tener una vida familiar feliz, debemos reconocer que fue Jehová quien creó la familia. Jesús mismo dijo que Dios es nuestro "Padre" (Mateo 6:9). En efecto, todas las familias de la Tierra existen gracias a nuestro Padre celestial, y por eso él sabe lo que las hace felices (Efesios 3:14, 15). Pues bien, según la Biblia, ¿qué espera Dios de cada miembro de la familia?
El origen divino de la familia
3 Jehová creó a los dos primeros seres humanos, Adán y Eva, y los unió en matrimonio. Les dio como hogar un hermoso paraíso terrestre -el jardín de Edén- y les mandó que tuvieran hijos. Les dijo: "Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra" (Génesis 1:26-28; 2:18, 21-24). Este relato no es un cuento ni una leyenda. Jesús mostró que la explicación que da el libro de Génesis sobre el comienzo de la vida familiar es cierta (Mateo 19:4, 5). Ahora tenemos muchos problemas y la vida no es como Dios quería al principio, pero aun así es posible que las familias sean felices. Veamos por qué.
4 Todos podemos poner de nuestra parte para que nuestra familia sea feliz. Para ello, debemos imitar a Dios y demostrarnos amor (Efesios 5:1, 2). Pero ¿cómo vamos a imitar a Dios, si ni siquiera lo vemos? Aunque es cierto que no lo vemos, podemos saber cómo actúa, ya que envió a su Hijo primogénito a la Tierra (Juan 1:14, 18). Este Hijo, Jesucristo, imitó tan bien a su Padre celestial que ver y escuchar a Jesús era lo mismo que estar con Jehová y escucharlo (Juan 14:9). Así que todos podemos contribuir a que nuestra vida familiar sea más feliz si nos fijamos en el amor que demostró Jesús y seguimos su ejemplo.
El modelo para los esposos
5 La Biblia dice que el hombre debe tratar a su mujer tal como Jesús trató a sus discípulos. Fíjese en este mandato bíblico: "Esposos, continúen amando a sus esposas, tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella [...]. De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama, porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia, como también el Cristo hace con la congregación" (Efesios 5:23, 25-29).
6 El amor que Jesús mostró a su congregación, es decir, a sus seguidores, es un ejemplo perfecto para los esposos. Aunque los discípulos eran imperfectos, Jesús "los amó hasta el fin", pues sacrificó su vida por ellos (Juan 13:1; 15:13). Por eso a los casados se les pide que "sigan amando a sus esposas y no se encolericen amargamente con ellas" (Colosenses 3:19). ¿Qué ayudará al esposo a poner en práctica este consejo, sobre todo si a veces su mujer no actúa con buen juicio? Recordar que él también comete errores y que para que Dios lo perdone debe hacer algo. ¿De qué se trata? Debe perdonar primero a los que pecan contra él, lo que incluye a su esposa. Por supuesto, ella tiene que hacer lo mismo (Mateo 6:12, 14, 15). Por esa razón se dice que un matrimonio feliz es la unión de dos personas que saben perdonar.
7 Los esposos también deben fijarse en que Jesús fue siempre considerado con sus discípulos. Tuvo en cuenta sus limitaciones y sus necesidades físicas. Por ejemplo, en una ocasión en la que estaban cansados les dijo: "Vengan, [...] en privado, a un lugar solitario, y descansen un poco" (Marcos 6:30-32). La esposa merece la misma consideración. La Biblia se refiere a la mujer con la expresión "un vaso más débil" -lo que quiere decir que es un ser más delicado- y manda al esposo que le dé "honra". ¿Por qué? Porque tanto él como ella recibirán por igual el "favor inmerecido de la vida" (1 Pedro 3:7). Los esposos deben recordar que lo que nos hace valiosos a los ojos de Dios no es el hecho de que seamos hombres o mujeres, sino de que seamos fieles (Salmo 101:6).
8 La Biblia dice que el hombre que "ama a su esposa, a sí mismo se ama". La razón es que "ya no son dos, sino una sola carne", como señaló Jesús (Mateo 19:6). Por lo tanto, los casados solo deben demostrar interés sexual en su pareja (Proverbios 5:15-21; Hebreos 13:4). Para lograrlo, cada uno de ellos debe preocuparse por satisfacer las necesidades del otro, y no solo las suyas (1 Corintios 7:3-5). Es interesante que se diga que "nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia". El esposo debe amar a su esposa como se ama a sí mismo y debe recordar que tendrá que rendir cuentas a su cabeza, Jesucristo (Efesios 5:29; 1 Corintios 11:3).
9 El apóstol Pablo mencionó el "tierno cariño [...] de Cristo Jesús" (Filipenses 1:8). La ternura de Jesús hacía sentir bien a los demás. A sus discípulas les resultaba muy agradable la manera como las trataba (Juan 20:1, 11-13, 16). Del mismo modo, las mujeres casadas sienten la necesidad de que sus esposos les muestren ternura y cariño.
Un ejemplo para las esposas
10 Como toda organización, la familia necesita que alguien la dirija para funcionar bien. Hasta Jesús tiene alguien que está por encima de él y a quien se somete. "La cabeza del Cristo es Dios", tal como "la cabeza de la mujer es el varón" (1 Corintios 11:3). Jesús siempre se somete a su Cabeza, Dios. De esa manera nos da un buen ejemplo, porque todos tenemos un cabeza a quien debemos someternos.
11 Debido a la imperfección, los esposos cometen errores y en muchas ocasiones no son cabezas de familia ideales. ¿Cómo debe reaccionar la esposa en esos casos? No debe hablar con desprecio de su marido ni intentar dirigir la familia. Tiene que recordar que Dios valora mucho el espíritu tranquilo y apacible (1 Pedro 3:4). Si tiene esa actitud, le costará menos trabajo ser sumisa a su esposo, incluso en las situaciones más difíciles. Además, las Escrituras dicen: "La esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo" (Efesios 5:33). Pero ¿y si él no acepta a Cristo como su cabeza? La Biblia les aconseja a las casadas: "Estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido ellos testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto" (1 Pedro 3:1, 2).
12 En ocasiones puede que la esposa no esté de acuerdo con su marido, sea cristiano o no. Pero si le expresa su opinión con tacto, no le estará mostrando falta de respeto. Puede que ella tenga razón y que toda la familia se beneficie si él le hace caso. La Biblia relata que Sara le recomendó a su esposo, Abrahán, una solución práctica para un problema que tenían en su hogar. Aunque a él no le gustó la idea, Dios le dijo: "Escucha su voz" (Génesis 21:9-12). Sin embargo, cuando el esposo toma una decisión final que no va en contra de las leyes divinas, la esposa se somete a su autoridad y apoya su decisión (Hechos 5:29; Efesios 5:24).
13 La labor de la esposa es fundamental para que la familia esté bien atendida. Por ejemplo, la Biblia les dice a las casadas que "amen a sus esposos, amen a sus hijos, sean de juicio sano, castas, trabajadoras en casa, buenas, sujetas a sus propios esposos" (Tito 2:4, 5). La esposa y madre que así lo hace se gana el cariño y el respeto de su familia (Proverbios 31:10, 28). Sin embargo, todos los matrimonios están formados por personas imperfectas. Por eso, puede que en algunas situaciones extremas terminen separándose o divorciándose. La Palabra de Dios permite la separación en ciertos casos. Pero nadie debe tomar el asunto a la ligera, pues la Biblia aconseja: "La esposa no debe irse de su esposo; [...] y el esposo no debe dejar a su esposa" (1 Corintios 7:10, 11). Además, las Escrituras solo autorizan el divorcio si uno de los miembros de la pareja ha cometido fornicación, es decir, inmoralidad sexual (Mateo 19:9).
El secreto de la felicidad familiar
20 Cuando surgen problemas en el hogar, es más fácil resolverlos si se siguen los consejos de la Biblia. De hecho, como ya hemos visto, poner en práctica esos consejos es el secreto de la felicidad familiar. Así pues, esposos, amen a su esposa y trátenla como Jesús trató a su congregación. Esposas, sométanse a la autoridad de su esposo e imiten a la esposa ejemplar de Proverbios 31:10-31. Padres, eduquen a sus hijos (Proverbios 22:6). Cabezas de familia, "presida[n] su propia casa excelentemente" (1 Timoteo 3:4, 5; 5:8). Por último, hijos, obedezcan a sus padres (Colosenses 3:20). Ningún miembro de la familia es perfecto; todos cometen errores. De modo que seamos humildes y pidamos perdón a los demás.
21 Sin duda alguna, la Biblia contiene muchísimos consejos valiosos para la vida familiar. Además, nos habla del nuevo mundo de Dios y del Paraíso terrestre que estará lleno de siervos felices de Jehová (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). ¡Qué futuro tan maravilloso nos espera! Pero aun ahora podemos disfrutar de una feliz vida familiar si seguimos las instrucciones que Dios nos da en su Palabra, la Biblia.

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