En realidad no hay un indicativo para ello. Porque todo depende de la escena que se dé. Ojalá
fuese así de fácil. Pero ten en cuenta que hay multiplicidad de factores. Por un lado la ex mujer que lo puede vivir de forma chocante ya que como mujer le puede molestar mucho ser desplazada por “una más joven”. Y esto, evidentemente, se lo puede perfectamente transmitir a los chicos. Por otro hay que ver que mentalidad tienen en la familia, si son del tipo conservadores y todo esto está mal visto o si los hijos comprenden a los padres como personas que les pasan cosas. También donde se posicionan los padres, si en el lugar de culpar y ser culpados o en el de que cada uno es libre de elegir. Una cosa es que lo cuente como algo propio que quiere compartir y otra cosa diferente es que lo cuente porque puede sentirse culpable de alguna manera (por la separación etc). Por otro lado tienes a los hijos que de alguna manera puede que les llegue a molestar esta separación y que alberguen la ilusión de que vuelvan, consciente o inconscientemente, y se opongan solo por egoísmo, es decir, para tener a sus “papis” juntos nuevamente. Como verás estoy “suponiendo”
Muchas cosas, que pueden perfectamente ser otras.
Esto es como cocinar, con los condimentos y la comida se puede hacer diferente platos, todo
depende de cómo se combinen.
Lo cierto es que cada uno se “imagina” al otro como mejor le conviene y las “realidades” del
otro también pueden romper mitos, que a veces son duros y otras veces es conveniente que suceda.
Sin embargo hay un dato que comentas que es importante. Su corte es reciente. Y el hecho que ya este contigo puede levantar ampollas, no a los hijos, sino a la madre. Toda ex
pareja teme ser suplantada por otra persona. Y este factor puede empañarlo todo. Los chicos no sólo evalúan según su concepción sino también de la madre. Quizás, y esto es una reflexión y no un consejo, podría ser conveniente dejar que pase agua debajo del puente durante un tiempo para que todos puedan asumir la separación y luego que vaya apareciendo esta relación.
Pero lo cierto es que lo tienen que evaluar y no dejarse llevar por enamoramientos, entusiasmos y posibles rencillas ex maritales (“Mira, nos separamos y yo ya estoy enamorado). Esto puede ser como un boomerang de odios y venganzas.
Eso sí, tampoco esconderse, si se llegase a saber o descubrir vivirlo como lo que es: El
derecho a elegir lo que uno quiere para su vida.
www.psicosujeto1.blogspot.com