Hace uno días publiqué un artículo en mi web, sobre estar atentos a descubrir los "regalos de la vida" y también la aceptación del hecho que terminen. Te lo dejo a continuación.
Mi web es: www.aconsejame.net
Estar atentos a los regalos de la vida.
El ritmo vital que nos impone nuestra cultura occidental,
así como el momento histórico que nos ha tocado vivir, hace que muchas veces no
nos percatemos de circunstancias especiales que la vida nos regala sin avisar.
Cosas simples que ocurren a nuestro alrededor, personas que
se cruzan en nuestro camino, momentos fugaces apenas imperceptibles, sonidos,
olores, sonrisas, miradas... en definitiva el mundo interaccionando con
nosotros.
¿Eres capaz de percibir todo eso o estás inmerso
continuamente en tu mundo de preocupaciones reincidentes?
¿Cuánto tiempo llevas con un problema personal que no
termina de resolverse, pero que tampoco se agrava? Si has sido capaz de vivir
en esa situación, tal vez puedas comprender ahora que no por aparcarlo durante
un momento y mirar a tu alrededor, nada malo te va a suceder.
¿Serías capaz de ver lo que hoy tiene la vida para ti cuando
te lo haga llegar? La mejor forma de hacerlo es mantener una actitud positiva
ante lo que pueda venir, caminar con los ojos bien abiertos y una ligera
sonrisa en tus labios; mirar a la gente a los ojos y aprender a ver lo que guardan en su alma. Y dejarles también que
miren dentro de ti, mostrarles lo bueno que llevas para ellos. Un mundo de
riquezas se abrirá ante ti.
Serán regalos en formas inesperadas, tal vez hasta ahora
desconocidas porque no te has percatado de ellos, pero que siempre han estado
ahí. En ocasiones unas frases amables, una mirada de agradecimiento, un gesto
de asentimiento con la cabeza. Otras veces, te bastará con mirar a personas
siendo felices, descubrirlos en momento de felicidad: riendo a carcajadas,
paseando junto a la playa mientras miran al horizonte, besándose
apasionadamente o sonriendo mientras leen un mensaje de su teléfono.
Esto será sólo el principio, porque a continuación vendrán
personas a tu vida, personas que sin ellas saberlo, te regalarán parte de sí
mismos e incluso todo su ser para que tu existencia sea más intensa, más vital,
más presente, más creativa. En definitiva te ayuden a crecer.
Y aprenderás a ser un regalo para otros. Al principio a
regalar detalles de ti, luego parte de ti, y al final todo tú.
Percibirás que la vida comienza a moverse a tu alrededor
como nunca lo ha hecho, pero en realidad eres tú quién ha cambiado, eres tú
quien has comenzado a ser capaz de ver los regalos que la vida tiene para ti en
cada instante.
Y aprende también a aceptar que algunos regalos pueden no
ser para siempre, o que tal vez no los vas a disfrutar como el primer día. No
te entristezcas por ello. ¿Renunciarías haber vivido una experiencia especial
por el hecho de que no durara toda tu vida? Somos temporales, pero tendemos a
no aceptar la temporalidad de lo que nos llega. Lo bueno lo queremos para
siempre y a veces en exclusiva. Perderlo o tener
que compartirlo nos causa dolor, impidiéndonos ver,
descubrir y disfrutar de nuevos regalos que diariamente se nos siguen
presentando.
Aprender a despedirse de los regalos que en un momento nos dio la vida, es una forma de seguir
disfrutando de todos los que nos tiene reservados para nosotros. Se puede
añorar con la alegría de lo que se tuvo y se disfrutó, en lugar de
entristecernos por su temporalidad.
Comienza a practicar en cuanto termines de leer esta
reflexión. Quizá sea también un regalo que te ha hecho la vida para que
despiertes de un letargo que hasta ahora te ha impedido ver momentos, personas,
situaciones… que habrían dado vitalidad existencial a tu diario devenir.