Una cosa es tener obsesiones o manías (todos tenemos algunas), y otra muy distinta es ser diagnosticado con el TOC.
Las principales manifestaciones de esta neurosis TOC son :
+Preocupación incesante por la suciedad, la contaminación y el contagio
+Creencia recurrente de que algo no se ha hecho bien, aunque el sujeto sepa que no es cierto
+Impulsos repetidos de matar o dañar a seres queridos
+Pensamientos blasfemos en una persona religiosa
+Miedo a perder alguna cosa, aunque su importancia sea mínima
+Sonidos, palabras o imágenes absurdos o disparatados
El TOC puede ser desde un problema leve que sólo aprecie el afectado hasta un trastorno grave que impida al paciente desarrollar cualquier actividad y desestructure por completo su familia o entorno. Por ello, si observamos síntomas como los descritos o similares, y éstos son lo sufí-cientemente intensos como para interferir con la realización del trabajo o las relaciones socio-familiares (como, por ejemplo, pasar horas enteras colocando un cuadro o doblando unos pantalones, ser incapaces de levantarse de la silla pensando en algún asunto, acumular papeles por toda la casa por temor a tirar algo importante, volver una y otra vez a casa a comprobar si se han cerrado bien los grifos, durante toda una mañana...) deberemos consultar al médico, o directamente al psiquiatra.
Actualmente hay dos tipos de tratamiento: los fármacos y la psicoterapia específica; la combinación de ambos puede conseguir los mejores resultados, aunque algunos pacientes sólo responden a uno de los dos
En general, hay una serie de conceptos erróneos mentales en la personalidad obsesiva que hay que corregir y modificar, como son la sobrevaloración del pensamiento (la Mente es algo más que el ego-pensamiento), la necesidad de evidencia absoluta frente al mínimo riesgo (pretender controlar las cosas al 100%), el miedo ante los síntomas corporales (hipocondría), y los sentimientos de culpabilidad del pasado o miedo al futuro (no estamos viviendo la realidad del Ahora).
A esos pensamientos obsesivos que vienen a tu cabeza no hay que pararles, ni cortarles, ni positivizarles, ni analizarles, ni sustituirles, ni evitarles. Con todo eso se cae en la trampa de reforzar aún más la obsesión, y entonces cada vez vendrá más fuerte. Hay que dejar que vengan, pues es normal que nos vengan pensamientos absurdos o exageradamente negativos, nos vienen miles de pensamientos cada día. Ahí no está el problema. El quid de la cuestión es lo que tengo que hacer una vez que venga. Asimilar que soy algo más que los pensamientos. Con un entrenamiento mental adecuado tengo que aprender otro tipo de respuesta que no sé darle. Una respuesta desde la Serenidad y la amplitud mental que estoy entrenando y asimilando. Eso me ayudará a darle una respuesta global que me permita no meterme en el pensamiento absurdo o exagerado que tanto daño me está haciendo. Y también me ayudará a no caer en las compulsiones, que lo que hacen es reforzar a las obsesiones más y más. Dejaré de alimentarlas. Y entonces las obsesiones se disiparán, como se disipan las nubes cuando empieza a salir la luz del sol. Y seré libre. Habré salido de la cárcel de los pensamientos. Habré salido a la Vida.
Espero haberte ayudado, si es así cierra la consulta y te animo a que la valores adecuadamente.
Saludos.