La rentabilidad de un sitio depende directamente del hecho que la página contenga ciertos elementos que cumplan distintas funciones: Que despierten la curiosidad. Que hagan depender al público de ella de manera continua. Que muestre contenido renovado cada ciclo de tiempo sobre temas de interés. Que ofrezca un servicio informático que no se encuentre en otras páginas. Si es de productos, que muestre ofertas, promociones, descuentos o incluso hasta sorteos donde los mismos clientes de internet puedan ser acreedores. El potencial de interés que genera la página al mostrar un producto o servicio sea suficiente, ya sea porque lo que se ofrece sea realmente necesario para el público, o porque tenga una buena estrategia de publicidad. Y sobre todo, después de tener esos elementos que motivan al público a continuar entrando, una gran campaña de enlaces en links ligados a los principales puntos en el cyberespacio. Al contar con todos esos puntos, hay que sacar una relación "costo-beneficio" para identificar si vale la pena el sitio o hay que mejorarlo.