Hay muchas posibilidades de que no le suceda nada malo, pero la cantidad de semanas que llevas de embarazo es un factor a tener en cuenta.
Si te contagias de varicela durante el primer o segundo trimestre del embarazo, hay un riesgo muy pequeño (menos del 1.5 por ciento aproximadamente) de que el bebé padezca lo que se conoce como síndrome de varicela congénita. El riesgo es mayor (alrededor del 2 por ciento) si contraes varicela entre las semanas 13 y 20 del embarazo.
La varicela congénita se caracteriza por defectos de nacimiento, y los más comunes son cicatrices en la piel, malformaciones de las extremidades, microcefalia (cabeza anormalmente pequeña), y problemas de visión o audición. Además, un bebé con síndrome de varicela congénita también puede sufrir de crecimiento lento en el útero y padecer convulsiones y discapacidades de desarrollo motriz o mental. La infección también puede aumentar el riesgo de aborto o muerte fetal tardía.
Si te contagias de varicela, te realizarán un ultrasonido para buscar indicios de anomalías u otros problemas en el bebé y, como mínimo, un ultrasonido de seguimiento más adelante para ver cómo está. También tienes la opción de recurrir a un asesor genético para hablar sobre los riesgos de tu caso en particular y decidir cómo quieres proceder.
Si efectivamente tienes varicela, se te recetará un medicamento antiviral llamada aciclovir. Si desarrollas síntomas de neumonía, como fiebre con respiración rápida. Dolor al respirar, tos seca o dolor en el pecho, vuelve a llamar al médico de inmediato, porque tu condición puede empeorar con rapidez. Si tus síntomas son aún más severos, por ejemplo, te cuesta respirar o te duele el pecho, llama al número de emergencia de tu localidad (911 en EE. UU). Te ingresarán en el hospital para seguirte de cerca y tratrte con aciclovir por vía intravenosa.