Muchas personas creen que la fecundación se produce inmediatamente después de una relación sexual, pero no es así. Después de un coito, los espermatozoides pueden permanecer en el interior de la mujer en un estado capaz de fecundar hasta aproximadamente seis días. Si el coito ocurre cinco días antes del día en que ocurre la ovulación, la fecundación ocurrirá al 6° día después del coito. Si el coito ocurre el mismo día de la ovulación, la fecundación puede ocurrir dentro de las siguientes 24 horas. Es decir, la fecundación puede ocurrir en la mujer en cualquiera de los días comprendidos desde el 1° al 6° día después del coito.
Aproximadamente tres a cuatro días después de la fecundación, pasa al útero donde continúa desarrollándose, inmerso en el escaso fluido que llena la cavidad del útero. En el séptimo día de desarrollo, el blastocisto humano se anida o implanta en la capa interna del útero, llamada endometrio. A partir de la implantación, el cuerpo materno reconoce de un modo evidente que hay un nuevo individuo en desarrollo y comienza a reaccionar a su presencia. Cuando ocurre la implantación, las células que van a dar origen a la placenta comienzan a secretar una hormona conocida como gonadotrofina coriónica humana (HCG). Esta hormona pasa a la sangre materna y actúa sobre el ovario para impedir que se produzca la menstruación. Muchas mujeres debido al cambio hormonal y a una decidualización del endometrio, experimentan algún sangrado unos días antes de cuando esperaban la menstruación (este sangrado se conoce como sangrado de implantación). Algunas mujeres lo confunden con una menstruación y no se percatan del embarazo hasta mas avanzado.