Hidronefrosis i

La hidronefrosis es una afección que ocurre con una enfermedad, pero no es una enfermedad en sí. Agrandamiento anormal de un riñón posiblemente por la obstrucción del uréter (por ejemplo, por un cálculo renal) o una enfermedad crónica del riñón que impide el drenaje de la orina a la vejiga.
A hidrofrenosis (dilatación de los riñones) afecta a uno de cada 1.000-3.000 recién nacidos y cada vez es más frecuente que acudan niños a consulta sin síntomas con un diagnóstico de dilatación del riñón o vía escretora y, aunque no todos los riñones dilatados están obstruidos, un tercio de los casos precisa de cirugía porque se debe a un reflujo.
Este reflujo vésico-ureteral es un desplazamiento ascendente de la orina desde la vejiga a los uréteres que puede provocar lesiones en el riñón en caso de darse infección en la orina asociada detectable, actualmente, de forma prenatal mediante una ecografía y que en un alto porcentaje de aquellos detectados prenatalmente o en edades tempranas
Pueden resolverse en el crecimiento pese a que la mayoría de los reflujos se suelen diagnosticar tras cuadros de infecciones urinarias.
Estas infecciones urinarias afectan al 4% de los niños españoles en edad escolar, mientras que otras afecciones urológicas frecuentes en la infancia como la incontinencia urinaria o escapes de orina afecta a niños con cinco años en un 15%, y alteraciones en los genitales como la criptorquidia o falta de descenso de uno o ambos testículos a la bolsa escrotal afecta al 1%.
La hidronefrosis o dilatación de los riñones tiene una prevalencia muy alta. Afecta a uno cada 1.000-3.000 recién nacidos. Se les realizan distintos estudios, porque no todos los riñones dilatados están obstruidos. Aproximadamente un tercio de los casos precisa cirugía. El reflujo vésico-ureteral es otra enfermedad urológica frecuente entre los más pequeños. Consiste en el desplazamiento ascendente de la orina desde la vejiga a los uréteres, y en caso de infección de orina asociada puede provocar lesiones en el riñón. La mayoría de los reflujos se suelen diagnosticar tras cuadros de infecciones urinarias, aunque actualmente pueden sospecharse prenatalmente, mediante ECO.
Los síntomas son grado de reflujo y estado de los riñones e indican el tipo de tratamiento. Suele ser conservador aunque en algunos casos es preciso una intervención quirúrgica por persistencia o por aparición de complicaciones, infecciones o deterioro renal. Un alto porcentaje de los que se detectan prenatalmente o en edades muy tempranas, independientemente del grado del reflujo, pueden resolverse en el crecimiento. En los niños que no tienen síntomas y los riñones no están en mal estado los especialistas se limitan a "esperar a ver su evolución".
Mucha suerte y verás como tu niña, siguiendo las indicaciones de su especialista se recupera sin problemas, espero haberte ayudado y si me vuelves a necesitar aquí estoy a excepción de los 15 días primeros de agosto que me marcho de vacas, un abrazo y por favor puntúa la respuesta ya que con ello ayudas a que todos estemos aquí. Virgi2.