Baba de carcol, cremas y geles
Me interesa el tema de la baba del carcol, que posee propiedades para la piel
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Respuesta de cozacov
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cozacov, medico con experiencia y aficionado al internet y sus infinitas...
Historia
Desde siempre se conoce el efecto curativo que sobre la piel tiene la baba de caracol. Lo consignaron médicos y naturalistas de la antigüedad y la medicina popular, a través de un repertorio de conocimientos empíricos, que propagaron a través de los tiempos.
Lo cierto es que se sabía que los cultivadores de caracoles (que tan buscados han sido en gastronomía) curaban rápidamente los pequeños cortes y heridas que se producían en el manejo de estos animales. Es más, la piel de sus manos mantenía un correcto trofismo e hidratación, a pesar del duro trabajo realizado. Todo ello hizo pensar que había algunas sustancias específicas en esta secreción que comunicaban a la piel su papel protector y estimulante.
Otro dato vino a sumarse a los anteriores. Desde el descubrimiento de la radiación POR, a finales del siglo XIX, comenzaron a aparecer casos de irradiación de la piel, de muy difícil tratamiento. Uno de los medios de reparación de estas lesiones fue la aplicación de la baba de caracol, que contribuía a mitigar los síntomas y mejorar la calidad de la piel.
Los caracoles chilenos
Para todo descubrimiento se requiere una persona que reúna dotes de investigación y a su vez, la motivación precisa para difundir su descubrimiento. En este caso nos debemos referir a la familia Bascuñan, chilenos, cultivadores de una variedad especial de caracol denominado técnicamente "Helix Aspersa Müller". Uno de sus miembros, el Dr. Fernando Bascuñan, fue el que se propuso estudiar qué sustancias de la baba de caracol eran las que poseían sus potentes acciones terapéuticas, y presentarlas en una preparación cosmética para utilizar fácilmente sus ventajas en dermatología y en medicina estética.
Contenido de la baba de caracol
La sorpresa generalizada ha sido comprobar que la baba de caracol contiene un complejo de sustancias de acciones específicas sobre la piel, en especial, trófica, reparadora, antiséptica y exfoliante. De todo su complejo contenido, las principales sustancias activas son:
1. La alantoína. Se ha comprobado que la alantoína (químicamente la glioxil-diurea) es un estimulante de la epitelización de la piel por estímulo de la proliferación celular. Ayuda a eliminar los tejidos necróticos, inviables, sustituyéndolos por tejidos nuevos. Otra de sus acciones es actuar como anti-irritante, protegiendo la piel de la acción de sustancias ácidas o alcalinas, jabones o aceites. La Food and Drug Administración, la exigente Agencia de comprobación de medicamentos americana, aprueba la utilización de la alantoína en diversas indicaciones para el mantenimiento del buen estado de la piel.
2. Proteínas y vitaminas, que el caracol obtiene a través de su alimentación vegetal. Las proteínas contribuyen al buen estado trófico de la piel, pero las vitaminas tienen, además, propiedades antiinflamatorias, que en este caso potencia la acción de los antibióticos naturales contenidos en el mismo sustrato.
3. Antibióticos naturales. Contenidos igualmente en la baba de caracol, son sustancias capaces de actuar contra bacterias presentes habitualmente en la piel, en especial la Eschericia Coli, el Staphylococcus aureus, la Pseudomona Aeruginosa y el Acné vulgaris, protegiendo de su infección.
4. Colágeno y elastina. Estos dos importantes componentes de la piel se encuentran también en la baba del caracol.
5. Ácido glicólico. Una de las grandes novedades de la cosmética ha sido la introducción de los hidroxiácidos, que aplicados a la piel y según su concentración, pueden producir desde una ligera descamación hasta un peeling intenso. Uno de los más utilizados en la actualidad es el ácido glicólico, que también está presente en la baba de caracol a una concentración capaz de producir una suave eliminación de las capas más superficiales de células muertas, y promoviendo su sustitución por células recientes, formadas bajo el estímulo de la alantoína.
El ácido glicólico, por la eliminación de capas superficiales de la piel, también mejora la situación de los folículos pilosos, favoreciendo el paso a su través de las sustancias aplicadas en la superficie.
Preparación cosmética
Tras numerosos estudios y experiencias, se concluyó que la mejor forma de aplicar la Elicina (extracto de baba de caracol) es en forma de crema, cuyo contenido es un 80% de Elicina y un 20% de crema base o excipientes. De esta forma, su presentación es extremadamente agradable, su aplicación fácil, y ya inmediatamente a la misma se nota en la piel la suavidad del producto, comenzando pronto a apreciarse sus propiedades tróficas y reparadoras.
Indicaciones
La principal indicación de la Elicina es el cuidado habitual de la piel. En cosmética importa, sobre todo, la prevención del envejecimiento, y esto se consigue manteniendo el nivel adecuado de nutrición y de hidratación de la piel. También importa la reparación de las lesiones elementales; en el caracol, la Elicina repara las lesiones corporales y de la concha; en la piel humana, los componentes de la Elicina tienen ese efecto reparador que sana las lesiones elementales, como se comprobó inicialmente con los trabajadores en esta industria.
Pero además, la Elicina tiene un conjunto de indicaciones cosméticas del mayor interés, siempre referidas a rejuvenecimiento, trofismo y reparación. Indiquemos su acción sobre arrugas y estrías, sobre cicatrices diversas, como las del acné, en reparación de quemaduras, etc. Se ha indicado su acción en queloides, en verrugas y en normalización de manchas de la piel. Su campo de actuación se va extendiendo, a medida que se conocen sus efectos y se aplican en la clínica y en el cuidado doméstico.
Desde siempre se conoce el efecto curativo que sobre la piel tiene la baba de caracol. Lo consignaron médicos y naturalistas de la antigüedad y la medicina popular, a través de un repertorio de conocimientos empíricos, que propagaron a través de los tiempos.
Lo cierto es que se sabía que los cultivadores de caracoles (que tan buscados han sido en gastronomía) curaban rápidamente los pequeños cortes y heridas que se producían en el manejo de estos animales. Es más, la piel de sus manos mantenía un correcto trofismo e hidratación, a pesar del duro trabajo realizado. Todo ello hizo pensar que había algunas sustancias específicas en esta secreción que comunicaban a la piel su papel protector y estimulante.
Otro dato vino a sumarse a los anteriores. Desde el descubrimiento de la radiación POR, a finales del siglo XIX, comenzaron a aparecer casos de irradiación de la piel, de muy difícil tratamiento. Uno de los medios de reparación de estas lesiones fue la aplicación de la baba de caracol, que contribuía a mitigar los síntomas y mejorar la calidad de la piel.
Los caracoles chilenos
Para todo descubrimiento se requiere una persona que reúna dotes de investigación y a su vez, la motivación precisa para difundir su descubrimiento. En este caso nos debemos referir a la familia Bascuñan, chilenos, cultivadores de una variedad especial de caracol denominado técnicamente "Helix Aspersa Müller". Uno de sus miembros, el Dr. Fernando Bascuñan, fue el que se propuso estudiar qué sustancias de la baba de caracol eran las que poseían sus potentes acciones terapéuticas, y presentarlas en una preparación cosmética para utilizar fácilmente sus ventajas en dermatología y en medicina estética.
Contenido de la baba de caracol
La sorpresa generalizada ha sido comprobar que la baba de caracol contiene un complejo de sustancias de acciones específicas sobre la piel, en especial, trófica, reparadora, antiséptica y exfoliante. De todo su complejo contenido, las principales sustancias activas son:
1. La alantoína. Se ha comprobado que la alantoína (químicamente la glioxil-diurea) es un estimulante de la epitelización de la piel por estímulo de la proliferación celular. Ayuda a eliminar los tejidos necróticos, inviables, sustituyéndolos por tejidos nuevos. Otra de sus acciones es actuar como anti-irritante, protegiendo la piel de la acción de sustancias ácidas o alcalinas, jabones o aceites. La Food and Drug Administración, la exigente Agencia de comprobación de medicamentos americana, aprueba la utilización de la alantoína en diversas indicaciones para el mantenimiento del buen estado de la piel.
2. Proteínas y vitaminas, que el caracol obtiene a través de su alimentación vegetal. Las proteínas contribuyen al buen estado trófico de la piel, pero las vitaminas tienen, además, propiedades antiinflamatorias, que en este caso potencia la acción de los antibióticos naturales contenidos en el mismo sustrato.
3. Antibióticos naturales. Contenidos igualmente en la baba de caracol, son sustancias capaces de actuar contra bacterias presentes habitualmente en la piel, en especial la Eschericia Coli, el Staphylococcus aureus, la Pseudomona Aeruginosa y el Acné vulgaris, protegiendo de su infección.
4. Colágeno y elastina. Estos dos importantes componentes de la piel se encuentran también en la baba del caracol.
5. Ácido glicólico. Una de las grandes novedades de la cosmética ha sido la introducción de los hidroxiácidos, que aplicados a la piel y según su concentración, pueden producir desde una ligera descamación hasta un peeling intenso. Uno de los más utilizados en la actualidad es el ácido glicólico, que también está presente en la baba de caracol a una concentración capaz de producir una suave eliminación de las capas más superficiales de células muertas, y promoviendo su sustitución por células recientes, formadas bajo el estímulo de la alantoína.
El ácido glicólico, por la eliminación de capas superficiales de la piel, también mejora la situación de los folículos pilosos, favoreciendo el paso a su través de las sustancias aplicadas en la superficie.
Preparación cosmética
Tras numerosos estudios y experiencias, se concluyó que la mejor forma de aplicar la Elicina (extracto de baba de caracol) es en forma de crema, cuyo contenido es un 80% de Elicina y un 20% de crema base o excipientes. De esta forma, su presentación es extremadamente agradable, su aplicación fácil, y ya inmediatamente a la misma se nota en la piel la suavidad del producto, comenzando pronto a apreciarse sus propiedades tróficas y reparadoras.
Indicaciones
La principal indicación de la Elicina es el cuidado habitual de la piel. En cosmética importa, sobre todo, la prevención del envejecimiento, y esto se consigue manteniendo el nivel adecuado de nutrición y de hidratación de la piel. También importa la reparación de las lesiones elementales; en el caracol, la Elicina repara las lesiones corporales y de la concha; en la piel humana, los componentes de la Elicina tienen ese efecto reparador que sana las lesiones elementales, como se comprobó inicialmente con los trabajadores en esta industria.
Pero además, la Elicina tiene un conjunto de indicaciones cosméticas del mayor interés, siempre referidas a rejuvenecimiento, trofismo y reparación. Indiquemos su acción sobre arrugas y estrías, sobre cicatrices diversas, como las del acné, en reparación de quemaduras, etc. Se ha indicado su acción en queloides, en verrugas y en normalización de manchas de la piel. Su campo de actuación se va extendiendo, a medida que se conocen sus efectos y se aplican en la clínica y en el cuidado doméstico.
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