Mi novia está embarazada. Las hormonas se le alteran, pues dice odiarme y no querer casarse conmigo
Doctora, mi novia esta embarazada de 6 semanas, y ayer le ha empezado a bajar unas gotitas de sangre. Hoy vamos a ir al ginecólogo, pero mi otra duda, es por que ella me dice que esta enamorada de mi, pero no me quiere ni ver, yo me quiero casar con ella, pero ella no acepta, sera por su estado emocional cambiante, o es que ya la perdí
¡Caray!, con su novia. ¡Recaray!, con su preguntita. Vayamos pues por partes, la opción más apropiada es la de ir la antes posible al ginecólogo, puede, desde que no tenga trascendencia, esa hemorragia, cómo que sea un aborto espontáneo por cualquier causa impredecible. -««Ella me dice que esta enamorada de mi, pero no me quiere ni ver, yo me quiero casar con ella, pero ella no acepta, sera por su estado emocional cambiante, o es que ya la perdí»». Desde luego contradictoria es, o, ¿solo lo aparenta?, quizás, ese embarazo que, aparentemente, no es deseado, fue culpa suya por forzar una situación sexual en días de alto riesgo y ella se vio presionada, o forzada, a acceder a mantener una relación sexual no conveniente. Quizás, ese embarazo no ha llegado en el momento más oportuno por que hay subyacente una relación un tanto difícil, que se ha pretendido resolver con un embarazo. Pero también puede ser, que la relación estuviera atravesando una crisis, que aparentemente se resolvió con un revolcón, sin que las heridas estuvieran cicatrizadas y ella, ahora, piense que convivir eternamente, con una pareja que no acaba de complementarla, es una tortura que se le cae encima. En fin las posibilidades son múltiples y sólo hay una forma de conocerlas: hablar seriamente, largo y tendido con ella, tratar de averiguar qué piensa y por qué, a fin de poner el mejor remedio para una relación que se ve forzada a un matrimonio social, en el que puede no haya la base amorosa, necesaria, para sustentarlo. No sería la primera vez que en este tipo de relación, las mujeres prefieren, una vida en soledad que compartirla con quien, de alguna forma no les complementa, suficientemente. Se hace necesario pues hablar, determinar lo más conveniente y sin chantajes ni presiones, determinar lo más conveniente, no solo, para uds. sino, también para la criatura que viene. Desde luego el matrimonio, cualquiera que sea la conclusión a la que lleguen, no es, ni mucho menos, una solución, es más puede que incluso sea una condena que ninguno de los dos merecen, por lo que la solución de ofrecer el matrimonio, cómo remedio, descartenla desde el inicio, si llega, que llegue como consecuencia de un afecto, de amor y de deseo de convivencia mutuo, pero nunca cómo una solución, remedio, o apaño a un embarazo no deseado e imprevisto.