Depresión por problemas familiares..

Mi nombre es María Jose y te escribo porque tengo bastantes problemas familiares y me siento bastante deprimida y angustiada por ello. Porque no sé como actuar ante ellos. Mi primer problema es mi suegra que desde que mi marido y yo nos casamos nos está haciendo la vida imposible. Hemos tenido temporadas que hemos dejado de hablarlos porque mi marido siempre tenia muchas broncas con su madre porque dice que yo le he cambiado.. Que antes no era así.. Y bueno solo choradas... Pero que hacen mucho daño... Ya que gracias a mi suegra la familia nos está dejando de hablar, somos del mismo pueblo y nos va poniendo verde y diciendo mentiras sobre nosotros. Hace dos años nació mi hijo Víctor lo mejor de mi vida. Mi marido llamo a su familia esa noche y después de mucho tiempo sin verlos se aparecieron por el hospital... Y bueno intenté mentalizar a mi marido para que intentáramos llevarnos un poco mejor y relacionarnos por el niño. Así lo hemos ido haciendo poco a poco, y me siento fatal porque después que he cedido, después de aguantarme insultos, mentiras y humillaciones, esta mujer sigue hablando pestes de mi marido y sobre todo de mí y tengo la moral por los suelos y ganas de llorar todo el día. Se que esta mujer no va a cambiar, porque es muy rencorosa y a sus hermanas no las habla y nunca hará las paces con ellas y entonces menos conmigo... La gente me dice que pase de ella y ya está, pero es que no puedo.. ¿creo qué me estoy obsesionando con este tema que siempre tengo presente en mi cabeza y solo me pregunto porque no me respetan un poco?

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Primero decirte algo que no suele ser la solución de nada, pero que suele confortar y es que tu problema es compartido por miles de personas en todo el mundo. Es difícil llevarse bien con la familia política y son muy frecuentes las desavenencias entre suegras y nueras. Las causas son diversas y no vamos a entrar en ellas, no es éste el lugar apropiado.
Centrándome en tu caso te diré unas palabras. Mira, sabes muy bien que, al relacionarnos con otras personas, especialmente cuando lo hacemos con familiares, surgen a menudo conflictos. Es decir, a veces lo que yo creo mi derecho molesta a otra persona, o viceversa. Cuando se producen estos conflictos puedo optar por callar y otorgar, dejando prevalecer el derecho de la otra persona aun a costa del mío, o bien puedo alzarme en pie de guerra, defendiendo mis derechos menospreciando los de los demás o, como tercera opción, saber negociar con la otra persona una solución al conflicto que tenga en cuenta las posturas de las dos, aunque esto suponga ceder en parte.
La tercera de las opciones es la más difícil de conseguir, pues exige ciertas habilidades que no todas las personas dominan. Esto es lo que los psicólogos llamamos comportamiento asertivo o socialmente habilidoso.
Además, deberemos aprender a relacionarnos con personas que sistemáticamente no respetarán nuestros derechos. Tú puedes aprender comportamiento asertivo pero ello no significa que las personas de tu alrededor se comporten de manera tolerante, negociadora y franca. Si esto pasa con personas mayores, la situación se complica. Esto es debido a que, como tu bien dices, es difícil que estas personas cambien, sobre todo porque son personas con mucha menor capacidad de aprendizaje que tu.
Por todo ello, la solución a tu problema debe estar en ti. Efectivamente, puedes minimizar el contacto con ella, procurando no entrar en conflicto, pero ello no solucionará el problema. Sería mucho mejor que aprendas a manejar con mayor eficacia las situaciones de conflicto con tu suegra e incluso a tolerar con mayor comodidad sus sistemáticos ataques. A tu suegra no la cambiarás, pero tu puedes aprender a ser menos vulnerable a su maltrato.
Además, puedes aprender a hacerte respetar sin recurrir a comportamientos agresivos u hostiles. Tu me dirás, ¿pero cómo? Te recomiendo la lectura de un libro:¿? La asertividad: ¿Expresión de una sana autoestima? De Olga Castanyer (Editorial DDB). En este libro podrás iniciarte en el tema de la asertividad. También te recomiendo que busques un psicólogo/a de confianza que te pueda ayudar. No busques soluciones rápidas y fáciles: no existen. La solución de tu problema requerirá esfuerzo y dedicación, pero merecerá la pena. Te lo aseguro.
Un abrazo muy fuerte.

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