Fuera del organismo, el VIH deja de multiplicarse, por lo tanto no se propaga ni conserva su capacidad de transmisión.
Las autoridades médicas y científicas están de acuerdo en que el VIH no sobrevive con facilidad fuera del cuerpo, lo cual hace muy remota la posibilidad de una transmisión ambiental.
La concentración viral de los fluidos infecciosos, es muy diversa.
El tiempo de vida del virus fuera del cuerpo, depende de numerosos factores y circunstancias como son: el tipo de fluido en el que esté, la concentración viral, la cantidad del mismo, la temperatura, el grado de humedad del exterior…
Por tanto, no existe un tiempo determinado y concreto, sino que este varía en función de las variables anteriormente mencionadas.
Además, otros factores y agentes también son determinantes. Si sometemos al virus a la acción de lejías, ácidos, compuestos de cloro, alcoholes, jabones…también alterará el tiempo de supervivencia.
Por tanto, no se puede establecer un tiempo concreto, sino que cada caso es distinto.
No hay estudios que permitan averiguar exactamente cuánto tiempo está 'vivo' el virus, ya que es muy difícil determinar la situación de viabilidad de un virus, si no es inoculándolo, cosa que no sería ético hacer.
Como norma general, se establece que la supervivencia del VIH fuera del organismo es muy corta.