La masa filo, es cierto, para mi gusto es uno de los máximos en pastelería... y fuera de la pastelería, en la cocina en general, se está extendiendo su uso. Su realización es tan complicada y larga y tan difícil que quede bien que incluso en los mejores restaurantes se compra hecha. Yo te aconsejo que te vayas al club del gourmet del corte inglés y la compres: te ahorrarás tiempo, dinero y disgustos y el resultado es igual o mejor que si la hicieras tú. Te voy a dar una receta mía con pasta filo, pero es una receta salada. Troceas dos pechugas de pollo en taquitos pequeños y lo sazonas a gusto (unas cuantas hierbas están bien, como salvia, pimienta roja, etc) y lo apartas, partes cuatro rodajas de piña en almíbar en trozos pequeños y los salteas en mantequilla y aceite de vainilla hasta que están dorados y le añades unos piñones, retiras todo del fuego y en el aceite que ha quedado, doras los taquitos de pollo, cuando ya estén dorados, le añades la piña y los piñones y huevo batido para hacer un revuelto (no mucho, lo suficiente para ligarlo todo). Coges la pasta filo o brick (viene en forma redonda), la partes por la mitad y en una mitad pones el relleno y enrollas la pasta y la vuelves a enrollar con la otra mitad, de tal forma que te queda un rollito finito y cubierto de varias capas de pasta. Cuando tengas los rollitos que quieras, los pincelas con aceite de vainilla y los metes al horno para dorarlos. Está buenísimo.
Te incluyo la receta de la masa filo por si, a pesar de todo, quieres hacerla. Ingredientes: 500 gr. Harina 3 cuchara sopera aceite de oliva 1 ud. huevo 1 pizca sal Agua Elaboración: Mezclar todos los ingredientes y amasar 10 minutos. Se tiene que conseguir una masa elástica (como la pasta de tallarín). Dividir en cuatro y dejar reposar 30 minutos. Extender tan fino como se pueda (como el papel). Dejar secar una hora antes de utilizar.