¿Es posible ilegalizar un partido con instrumentos democráticos? ¿Es lícito?
Respuesta de piturif
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piturif, Soy estudiante de 2º año de Derecho de la Universidad de...
Muy buena pregunta. Se asocia al conocido "problema del liberal" que se hace frecuentemente para entender cómo regímenes totalitarios pueden utilizar las herramientas que el mismo sistema democrático les proporciona para asumir el poder, y que, de hecho, lo han utilizado. Lo primero a resolver es la duda que encierra este problema: ¿Puede la democracia autodestruirse? Dependerá de la respuesta que usted considere la utilidad de mi respuesta. Si usted considera que la democracia debe permanecer incólume aunque se caiga en pedazos, debe conocer que en la historia han existido muchos ejemplos que demuestran lo contrario. Relataré uno que conozco: en Chile (mi país)en la década de 1940 asumió como presidente de la república don Gabriel Gonzalez Videla, con apoyo de facciones de Izquierda, principalmente del Partido Comunista. Luego de un tiempo de anarquía institucional, el mismo Presidente dicta la llamada "Ley de Defensa de la Democracia" que deja fuera de la ley a dicho partido, entre otras medidas. La trascendencia de este hecho radica fundamentalmente en que se ha estimado legal e incluso necesaria la ilegalizacion de ciertos partidos, para el mantenimiento de la institucionalidad y las garantías fundamentales de todos los ciudadanos de un Estado. Ahora, debe destacarse que los medios para declarar ilegal a un partido político por regla general, son de rango constitucional, por lo que hay que atender a los medios descritos en la respectiva Constitución o Carta Fundamental, principalmente porque la "libertad de asociación" es un derecho que se encuentra consagrado en ese nivel, por lo menos en la mayoría de los regímenes democráticos, independiente de su estructura gubernamental. Por lo tanto, si desea conocer dichos mecanismos, le sugiero revisar la Constitución o Carta Fundamental de su estado, para un conocimiento cabal de ellos. En consecuencia, es lícito e incluso necesario el ilegalizar a ciertos partidos, pero con los supuestos y mecanismos establecidos en la ley respectiva.