Cristianos Evangélicos Bautistas
Hola, soy de Granada España. Y me gustaría recibir información sobre los cristianos evangélicos bautistas. ¿En qué se diferencian de los demás evangélicos? Porque tengo entendido que todos reciben el Bautismo en cuanto ponen sus vidas en manos del Señor. ¿Por qué esta rama se denomina Bautista en concreto? Muchas gracias.
1 Respuesta
Respuesta de virgi2
1
1
virgi2, spicologia en relaciones humanas
He de decirte que sobre éste tema no tengo grandes conocimientos ya que sinceramente no creo en ninguna Iglesia aunque si en Dios. Su historia es tremendamente larga y contradictoria pero aquí te dejo una documentación que no te vaa ir nada mal para comenzar.
Espero que te sirva y si me necesitas ya sabes que siempre estoy aquí. virgi2
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<h1 id="blog-title">Historia </h1>
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<h2 class="date-header">
</h2>
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<h3 class="post-title">Iglesia Evangélica Española (1ª Parte)</h3>
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<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD">http://www.terra.es/personal/iere.es/primera_archivos/cabrera.jpg
P.García Rubio
Escritor. <span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"></span></span></span></span></span></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
actual Iglesia Evangélica Española echa sus raíces allá por el año
1868, cuando toda una serie de convulsiones políticas y sociales que
habían sacudido a España desde las guerras napoleónicas de comienzos
del siglo XIX, culminaron en un acontecimiento que, si bien fue corto
en el tiempo, tuvo repercusiones indelebles para la nación y para los
protestantes españoles muy particularmente: la proclamación
constitucional de la libertad de cultos. Dado que la República de 1868,
que había proclamado la constitución no pasó de ser un soplo en el
huracán de la historia. Pero un soplo tan poderoso que derribó el árbol
secular de la tradición de la intransigencia religiosa, ya que si tras
la caída se procuró volver a dicha tradición, nunca pudo lograrse ya de
manera completa.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;">
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
historia del protestantismo español no comienza en 1868, como acabamos
de ver, pero sí su presencia pública reconocida. Así tenemos desde
1855, noticias de los esfuerzos realizados por algunos españoles, entre
los que destaca D. Luis de Usoz y Río, nacido en Madrid en 1805,
catedrático de hebreo en Valladolid y traductor de ciertos textos
bíblicos. Usoz y Río da vida a un Comité para
fomentar el Evangelio en España. En este trabajo colaboran algunos
británicos, sin que fuera ajeno Jorge Borrow, autor del libro "La
Bíblia en España". Por los mismos años, José Vázquez nos es conocido
como agente de la Spanish Evangelisation Society de Edimburgo, sociedad
que imprime un gran número de tratados y cuya distribución tuvo gran
éxito, a pesar de las dificultades de todo género que encontró en su
labor. Sabemos también que Manuel Pinto, natural de Sevilla, realiza
una labor evangelística desde 1854 a pesar de que la legislación
vigente no le permite reunir más de seis personas a la vez.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Sin
embargo, los verdaderos comienzos de la Iglesia Evangélica Española
están ligados a varios nombres que se conocen por haber llevado a cabo
una labor evangelizadora sistemática, antes de 1868, de la que surgen
numerosas comunidades. Encabeza estos nombres el del catalán Francisco
de Paula y Ruet, y le siguen Manuel Matamoros, Alhama, Trigo, Carrasco,
Cabrera, etc. Alrededor de ellos gira la historia del protestantismo de entonces.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> http://www.proel.org/traductores/borrow.jpg</span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Ruet
conoció el protestantismo en Italia, donde había ido a ampliar sus
conocimientos musicales. Un buen día acertó a pasar por delante de una
iglesia valdense y escuchó predicar al Dr. Luigi Desanctis, lo que le
conmovió y le llevó a comprar un Nuevo Testamento y a estudiarlo en su
casa. Poco tiempo después se hizo miembro de esa Iglesia. Valdo Vinay
afirma: "en este tiempo (1852) tiene que haber tenido lugar la
conversión de Francisco de Paula y Ruet de Barcelona. Había venido a
Italia movido por su pasión teatral. Pero a causa de una grave
enfermedad perdió la voz y tuvo que renunciar a su carrera. Fue atraído
por la predicación de Desanctis, parece que durante los cultos que se
tenían en la capilla".
</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">
Durante
Dos años continuó frecuentando la comunidad Valdense, después regresó a
Barcelona a testificar del Evangelio, pero fue arrestado y condenado al
exilio. Se retiró a Gibraltar, desde donde continuó la obra de
evangelización entre los españoles de todas las regiones de la
Península Ibérica. Constituyó una pequeña comunidad, mientras los
españoles evangelizados por él sembraban en la Patria el Evangelio,
formando otros pequeños grupos de fieles en Málaga, Sevilla, Granada y
otras localidades, y todos ellos se pusieron en relación directa con
Ruet por medio de una activa y numerosa correspondencia. En 1863, Ruet
se vio obligado a dejar Gibraltar y a marchar a Argel, encargado por el
Comité de París para misionar entre los numerosos españoles que vivían
en aquella región del Africa francesa.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Continuó
en esa ciudad hasta el año 1868, en cuya fecha y decretada la libertad
de cultos, regreso a España, juntamente con sus compañeros de exilio,
estableciéndose en Madrid.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Por
otro lado, encontramos a Manuel Matamoros, natural de Huelva y militar
de profesión. En el curso de una visita a Gibraltar oyó la predicación
de Ruet, lo que motivó su conversión al protestantismo. Habiendo dejado
el ejército funda una comunidad en Málaga que crece rápidamente. A los
dos meses de iniciar sus trabajos evangelizadores, Matamoros había ya
reunido a su alrededor diecinueve personas, dispuestas a secundar y
llevar a efecto su plan de trabajo, de propagación de la fe evangélica
y de la formación de una iglesia en Málaga.
Entre estos hombres se contaban jornaleros, artistas, propietarios,
literatos, o sea, de casi todas las clases sociales. Matamoros ayudado
a distancia por el pastor Ruet, instruyó en la fe evangélica, en la
medida de sus posibilidades, a aquellos hombres bien dispuestos y de
acuerdo con las aptitudes e instrucción de cada uno. Formó una Junta
directiva, compuesta de un presidente, secretario, tesorero y cuatro
vocales. El acta de esta Junta la remitió al pastor Ruet, quien aprobó
todo lo hecho y exhortó a todos al trabajo evangélico. Pronto se vieron
los frutos de esta pequeña organización. Matamoros se vio impotente
para la instrucción y enseñanza de todos los asistentes que llegaban al
centenar de personas. Entonces puso en práctica su plan de trabajo. La
totalidad de los asistentes a las reuniones y cultos se dividió en
tantas congregaciones como componentes tenía la Junta directiva, y
estos semi-misioneros se encargaron de la instrucción y enseñanza de
cada uno de los asistentes a las reuniones. Por este medio, Matamoros
consiguió dar al trabajo evangélico una mayor actividad. El número de
reuniones creció y el de asistentes también, deseosos de oír las nuevas
doctrinas. Matamoros trabaja incansablemente y va de Málaga a Granada
donde ya había una incipiente comunidad a la que tiene que ayudar a
reorganizarse, poniendo al frente de la misma a D. José Alhama. Visita
Sevilla, ciudad en la que permaneció un mes, creando una Junta
directiva al estilo de la de Málaga, dejando asimismo un reglamento y
solventando algunas dificultades. Mientras estaba en Sevilla recibió
Matamoros una comunicación del Comité de París, en la cual requerían y
aceptaban sus servicios y le ofrecían ir inmediatamente a Barcelona
para organizar y coordinar en aquella ciudad los trabajos evangélicos,
que de una manera un tanto individual se estaba realizando. Matamoros
aceptó y se estableció en Barcelona.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Algunos
meses hacía que Matamoros trabajaba en Barcelona, cuando el 8 de
octubre de 1860, a las siete de la mañana, fue apresado en su casa por
un agente de la autoridad. Dicho policía procedió a un minucioso
registro de la casa, particularmente en su despacho, e intimó a
Matamoros a que le acompañara en calidad de preso. Fue encarcelado por
algunas semanas en un calabozo estrecho y húmedo. Allí adquirió la
enfermedad que seis años después habría de ocasionarle la muerte.
Matamoros sería trasladado de Barcelona a Granada para ser juzgado en
la Audiencia de esta ciudad. Casi al mismo tiempo son detenidos en
Andalucía Alhama, Trigo y otros. Con ello llegamos al conocido proceso
de Granada de 1867. Este fue largo. La acusación de Luteranismo
significó nueve años de presidió para Matamoros, Carrasco, Marín y
González, estos últimos detenidos en Granada. El proceso levanta un
fuerte clamor tanto dentro como fuera de España. Los liberales de este
país se pronuncian a una contra el anacronismo que significaba
condenar, en el siglo XIX por motivos exclusivamente religiosos. Fuera
de España, especialmente en Inglaterra, pero también en otros países
europeos, las gestiones se multiplicaron a favor de aquellos
condenados. Todo ello decidió finalmente a la Reina Isabel II, ya no
muy segura sobre su trono, a conmutar la pena de presidio por la de
destierro. Los condenados de Granada fueron llevados a Málaga y
embarcados en un navío de la flota española, el "Alerta", que los lleva
a Gibraltar. Algunos de los desterrados se quedan en este lugar, otros
se trasladan a Suiza u otros lugares. Matamoros muere en Lausanne sin
haber regresado a España.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
caótica situación creada en los últimos años del nefasto reinado de
Isabel II, llevaron a los generales Prim y Serrano, juntamente con
otros generales y políticos, a organizar la revolución de septiembre de
1868, dando comienzo al Sexenio Revolucionario, que tanta importancia
había de tener para los protestantes españoles. Con la proclamación de
la Constitución de 1868 comienza un nuevo período. Pero es desde
Andalucía y en especial desde Sevilla, donde el protestantismo español
comienza su desarrollo.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">El
25 de abril de 1868, Juan Bautista Cabrera convocaba en Gibraltar a los
pastores o evangelistas refugiados para celebrar con ellos una
Asamblea, con el único fin de redactar una Confesión de Fe Reformada.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Así
se formó, al mismo tiempo, el primer Consistorio de la Iglesia
Reformada Española, participando en él, además de Cabrera, Pablo
Sánchez, Antonio Soler, José Alhama, Manuel Hernández y Robert Clough.
Este Consistorio tenía carácter provisional, y la presidencia recayó en
Juan Bautista Cabrera.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">El
propósito que movía a estos hombres era organizar y dirigir los
trabajos que clandestinamente ya se estaban realizando en diversos
lugares de España. Todos los reunidos se pusieron inmediatamente de
acuerdo y comenzaron el trabajo confiando en que en España vendría un
día la libertad religiosa y tenían que estar preparados para dar
testimonio fiel del Evangelio, al mismo tiempo que preparaban un
trabajo serio y meditado para presentar, si llegaba el día anhelado de
la libertad, ante una Asamblea o Sínodo, convocado dentro del
territorio español.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
libertad llegó antes de lo esperado, pero no por ello menos anhelada.
Como hemos visto anteriormente, en el mes de septiembre de 1868, los
liberales, los progresistas y los republicanos se sublevaron contra los
partidarios de Isabel II, poniendo fin a un período de gobiernos
despóticos. El Comité vencedor lanzó inmediatamente un Decreto de
"libertad de conciencia y de cultos", al mismo tiempo que se decretaba
la libertad absoluta para todos aquellos españoles presos por motivos
políticos y religiosos. En el año 1869, se promulgó una nueva
Constitución, en la que se consignaba definitivamente la "libertad de
conciencia y de cultos". El texto del artículo 21 de la Constitución
rezaba así: "La Nación española se obliga a mantener el culto y los
ministros de la Religión Católica. El ejercicio público o privado de
cualquier otro culto queda garantizado a todos los extranjeros
residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales
de la moral y el derecho. Si algunos españoles profesaran otra religión
que la católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en el
párrafo anterior".</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Los
protestantes desterrados, sintiendo la oportunidad magnífica que se les
ofrecía, se dispusieron a regresar a la patria. Cabrera, acompañado de
varios creyentes, dejó la plaza de Gibraltar y se dirigió a Algeciras,
donde se encontraba el general Prim, cabecilla y alma de la revolución.
Este recibió con alegría a los creyentes desterrados y les saludó con
estas palabras: "Ya pueden ustedes recorrer España con la Biblia bajo
el brazo".</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">El
primero de los exiliados protestantes españoles en volver a España al
estallar la revolución de 1868 fue Cabrera, quien se dirigió a Sevilla.
Antonio Carrasco se dirigió a Madrid, como capital de España, para
hacerse cargo de la obra evangélica, así como el ex fraile capuchino
Felipe Orejón. Poco después llegó también a la capital, desde Argelia,
Francisco de Paula Ruet. Antonio Vallespinosa se dirigió a Barcelona
para emprender allí el trabajo evangelístico, llegando a esa ciudad el
14 de noviembre de 1868. Por esas mismas fechas, José Alhama, se
dirigió a Granada y comenzó a reunir a los antiguos creyentes.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Establecida
la libertad religiosa en España e iniciado el trabajo evangélico, el
Consistorio de Gibraltar convocó una Asamblea General, a celebrar en
Sevilla, la primera de la Iglesia Reformada, mediante una convocatoria
fechada el 29 de junio de 1869. En dicha Asamblea se publicó la primera
Confesión de Fe de nuestra iglesia. Se envió un ejemplar a las Cortes
Españolas juntamente con todas las conclusiones obtenidas de la
Asamblea. Las Cortes respondieron reconociendo a la Iglesia Reformada
como legalmente constituida y autorizada en España. Importantísimo fue
para el protestantismo español esta "carta de naturaleza" otorgada por
las Cortes, ya que con ella la Iglesia Reformada salía de la
clandestinidad a la que había estado abocada desde sus orígenes. Ahora
podía ya anunciar el Evangelio libremente entre el pueblo español.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">En
1880 se produce una escisión dentro de la iglesia promovida por Juan
Bautista Cabrera, quien constituye la Iglesia Española Reformada
Episcopal con algunas comunidades de Sevilla, Málaga y Madrid,
atendiéndose en lo sucesivo al rito anglicano. Así se forma una nueva
iglesia, todavía existente, con la cual la Iglesia Evangélica Española
ha mantenido, a través de los años, magníficas relaciones y estrechos
lazos de cooperación.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
primera iglesia que comenzó en Gibraltar y que tenía el nombre de
Iglesia Española Reformada pasará a ser, al entrar en la península, la
Iglesia Cristiana Española. Esta continuó en una labor de agrupar a las
diferentes iglesias protestantes de España. De esta manera, en el año
1890 integrándose en ella las comunidades que componían la Unión
Ibérica Española, situadas en todo el Norte de España, cambia de nuevo
su nombre, adoptando el de Iglesia Evangélica Española (I. E.E.) La
Confesión de Fe de 1872 se mantiene vigente hasta 1955, en que, al
incorporarse las comunidades de la Iglesia Metodista de Cataluña y
Baleares, se procede a una actualización de su contenido.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Los
protestantes españoles han tenido que sufrir persecuciones desde el
comienzo de su desarrollo, salvo las raras excepciones del Sexenio
revolucionario (1868-1874) y la II República (1931-1936), períodos en
los que gozan de cierta libertad. Durante la guerra civil española y el
inmediato período posterior, principios del franquismo, la iglesia
Evangélica Española vuelve a la clandestinidad que había caracterizado
sus primeros tiempos. A pesar de todo, sigue desarrollando su
compromiso cristiano, y las comunidades, aunque con importantes
dificultades, pueden mantenerse. La guerra civil supuso un duro golpe
para la joven Iglesia protestante, la I.E.E. Se cercenó su lento
progreso expansivo, y lo que quedó al finalizar la guerra, era una
auténtica desolación. Sin embargo, aunque las llamas se apagaron,
quedaron los rescoldos y sobre ellos comenzaría de nuevo el trabajo, y
con continuaría durante todo el franquismo el sufrimiento de una
Iglesia mártir para dar testimonio del Señor resucitado que, de unos
"huesos secos", se levantaría un ejército fiel a su vocación cristiana,
para servir al pueblo español con su presencia y testimonio.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;">
</div>
</div>
</div>
</div>
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Espero que te sirva y si me necesitas ya sabes que siempre estoy aquí. virgi2
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<h1 id="blog-title">Historia </h1>
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<h3 class="post-title">Iglesia Evangélica Española (1ª Parte)</h3>
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<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD">http://www.terra.es/personal/iere.es/primera_archivos/cabrera.jpg
P.García Rubio
Escritor. <span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"></span></span></span></span></span></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
actual Iglesia Evangélica Española echa sus raíces allá por el año
1868, cuando toda una serie de convulsiones políticas y sociales que
habían sacudido a España desde las guerras napoleónicas de comienzos
del siglo XIX, culminaron en un acontecimiento que, si bien fue corto
en el tiempo, tuvo repercusiones indelebles para la nación y para los
protestantes españoles muy particularmente: la proclamación
constitucional de la libertad de cultos. Dado que la República de 1868,
que había proclamado la constitución no pasó de ser un soplo en el
huracán de la historia. Pero un soplo tan poderoso que derribó el árbol
secular de la tradición de la intransigencia religiosa, ya que si tras
la caída se procuró volver a dicha tradición, nunca pudo lograrse ya de
manera completa.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;">
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
historia del protestantismo español no comienza en 1868, como acabamos
de ver, pero sí su presencia pública reconocida. Así tenemos desde
1855, noticias de los esfuerzos realizados por algunos españoles, entre
los que destaca D. Luis de Usoz y Río, nacido en Madrid en 1805,
catedrático de hebreo en Valladolid y traductor de ciertos textos
bíblicos. Usoz y Río da vida a un Comité para
fomentar el Evangelio en España. En este trabajo colaboran algunos
británicos, sin que fuera ajeno Jorge Borrow, autor del libro "La
Bíblia en España". Por los mismos años, José Vázquez nos es conocido
como agente de la Spanish Evangelisation Society de Edimburgo, sociedad
que imprime un gran número de tratados y cuya distribución tuvo gran
éxito, a pesar de las dificultades de todo género que encontró en su
labor. Sabemos también que Manuel Pinto, natural de Sevilla, realiza
una labor evangelística desde 1854 a pesar de que la legislación
vigente no le permite reunir más de seis personas a la vez.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Sin
embargo, los verdaderos comienzos de la Iglesia Evangélica Española
están ligados a varios nombres que se conocen por haber llevado a cabo
una labor evangelizadora sistemática, antes de 1868, de la que surgen
numerosas comunidades. Encabeza estos nombres el del catalán Francisco
de Paula y Ruet, y le siguen Manuel Matamoros, Alhama, Trigo, Carrasco,
Cabrera, etc. Alrededor de ellos gira la historia del protestantismo de entonces.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> http://www.proel.org/traductores/borrow.jpg</span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Ruet
conoció el protestantismo en Italia, donde había ido a ampliar sus
conocimientos musicales. Un buen día acertó a pasar por delante de una
iglesia valdense y escuchó predicar al Dr. Luigi Desanctis, lo que le
conmovió y le llevó a comprar un Nuevo Testamento y a estudiarlo en su
casa. Poco tiempo después se hizo miembro de esa Iglesia. Valdo Vinay
afirma: "en este tiempo (1852) tiene que haber tenido lugar la
conversión de Francisco de Paula y Ruet de Barcelona. Había venido a
Italia movido por su pasión teatral. Pero a causa de una grave
enfermedad perdió la voz y tuvo que renunciar a su carrera. Fue atraído
por la predicación de Desanctis, parece que durante los cultos que se
tenían en la capilla".
</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">
Durante
Dos años continuó frecuentando la comunidad Valdense, después regresó a
Barcelona a testificar del Evangelio, pero fue arrestado y condenado al
exilio. Se retiró a Gibraltar, desde donde continuó la obra de
evangelización entre los españoles de todas las regiones de la
Península Ibérica. Constituyó una pequeña comunidad, mientras los
españoles evangelizados por él sembraban en la Patria el Evangelio,
formando otros pequeños grupos de fieles en Málaga, Sevilla, Granada y
otras localidades, y todos ellos se pusieron en relación directa con
Ruet por medio de una activa y numerosa correspondencia. En 1863, Ruet
se vio obligado a dejar Gibraltar y a marchar a Argel, encargado por el
Comité de París para misionar entre los numerosos españoles que vivían
en aquella región del Africa francesa.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Continuó
en esa ciudad hasta el año 1868, en cuya fecha y decretada la libertad
de cultos, regreso a España, juntamente con sus compañeros de exilio,
estableciéndose en Madrid.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Por
otro lado, encontramos a Manuel Matamoros, natural de Huelva y militar
de profesión. En el curso de una visita a Gibraltar oyó la predicación
de Ruet, lo que motivó su conversión al protestantismo. Habiendo dejado
el ejército funda una comunidad en Málaga que crece rápidamente. A los
dos meses de iniciar sus trabajos evangelizadores, Matamoros había ya
reunido a su alrededor diecinueve personas, dispuestas a secundar y
llevar a efecto su plan de trabajo, de propagación de la fe evangélica
y de la formación de una iglesia en Málaga.
Entre estos hombres se contaban jornaleros, artistas, propietarios,
literatos, o sea, de casi todas las clases sociales. Matamoros ayudado
a distancia por el pastor Ruet, instruyó en la fe evangélica, en la
medida de sus posibilidades, a aquellos hombres bien dispuestos y de
acuerdo con las aptitudes e instrucción de cada uno. Formó una Junta
directiva, compuesta de un presidente, secretario, tesorero y cuatro
vocales. El acta de esta Junta la remitió al pastor Ruet, quien aprobó
todo lo hecho y exhortó a todos al trabajo evangélico. Pronto se vieron
los frutos de esta pequeña organización. Matamoros se vio impotente
para la instrucción y enseñanza de todos los asistentes que llegaban al
centenar de personas. Entonces puso en práctica su plan de trabajo. La
totalidad de los asistentes a las reuniones y cultos se dividió en
tantas congregaciones como componentes tenía la Junta directiva, y
estos semi-misioneros se encargaron de la instrucción y enseñanza de
cada uno de los asistentes a las reuniones. Por este medio, Matamoros
consiguió dar al trabajo evangélico una mayor actividad. El número de
reuniones creció y el de asistentes también, deseosos de oír las nuevas
doctrinas. Matamoros trabaja incansablemente y va de Málaga a Granada
donde ya había una incipiente comunidad a la que tiene que ayudar a
reorganizarse, poniendo al frente de la misma a D. José Alhama. Visita
Sevilla, ciudad en la que permaneció un mes, creando una Junta
directiva al estilo de la de Málaga, dejando asimismo un reglamento y
solventando algunas dificultades. Mientras estaba en Sevilla recibió
Matamoros una comunicación del Comité de París, en la cual requerían y
aceptaban sus servicios y le ofrecían ir inmediatamente a Barcelona
para organizar y coordinar en aquella ciudad los trabajos evangélicos,
que de una manera un tanto individual se estaba realizando. Matamoros
aceptó y se estableció en Barcelona.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Algunos
meses hacía que Matamoros trabajaba en Barcelona, cuando el 8 de
octubre de 1860, a las siete de la mañana, fue apresado en su casa por
un agente de la autoridad. Dicho policía procedió a un minucioso
registro de la casa, particularmente en su despacho, e intimó a
Matamoros a que le acompañara en calidad de preso. Fue encarcelado por
algunas semanas en un calabozo estrecho y húmedo. Allí adquirió la
enfermedad que seis años después habría de ocasionarle la muerte.
Matamoros sería trasladado de Barcelona a Granada para ser juzgado en
la Audiencia de esta ciudad. Casi al mismo tiempo son detenidos en
Andalucía Alhama, Trigo y otros. Con ello llegamos al conocido proceso
de Granada de 1867. Este fue largo. La acusación de Luteranismo
significó nueve años de presidió para Matamoros, Carrasco, Marín y
González, estos últimos detenidos en Granada. El proceso levanta un
fuerte clamor tanto dentro como fuera de España. Los liberales de este
país se pronuncian a una contra el anacronismo que significaba
condenar, en el siglo XIX por motivos exclusivamente religiosos. Fuera
de España, especialmente en Inglaterra, pero también en otros países
europeos, las gestiones se multiplicaron a favor de aquellos
condenados. Todo ello decidió finalmente a la Reina Isabel II, ya no
muy segura sobre su trono, a conmutar la pena de presidio por la de
destierro. Los condenados de Granada fueron llevados a Málaga y
embarcados en un navío de la flota española, el "Alerta", que los lleva
a Gibraltar. Algunos de los desterrados se quedan en este lugar, otros
se trasladan a Suiza u otros lugares. Matamoros muere en Lausanne sin
haber regresado a España.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
caótica situación creada en los últimos años del nefasto reinado de
Isabel II, llevaron a los generales Prim y Serrano, juntamente con
otros generales y políticos, a organizar la revolución de septiembre de
1868, dando comienzo al Sexenio Revolucionario, que tanta importancia
había de tener para los protestantes españoles. Con la proclamación de
la Constitución de 1868 comienza un nuevo período. Pero es desde
Andalucía y en especial desde Sevilla, donde el protestantismo español
comienza su desarrollo.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">El
25 de abril de 1868, Juan Bautista Cabrera convocaba en Gibraltar a los
pastores o evangelistas refugiados para celebrar con ellos una
Asamblea, con el único fin de redactar una Confesión de Fe Reformada.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Así
se formó, al mismo tiempo, el primer Consistorio de la Iglesia
Reformada Española, participando en él, además de Cabrera, Pablo
Sánchez, Antonio Soler, José Alhama, Manuel Hernández y Robert Clough.
Este Consistorio tenía carácter provisional, y la presidencia recayó en
Juan Bautista Cabrera.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">El
propósito que movía a estos hombres era organizar y dirigir los
trabajos que clandestinamente ya se estaban realizando en diversos
lugares de España. Todos los reunidos se pusieron inmediatamente de
acuerdo y comenzaron el trabajo confiando en que en España vendría un
día la libertad religiosa y tenían que estar preparados para dar
testimonio fiel del Evangelio, al mismo tiempo que preparaban un
trabajo serio y meditado para presentar, si llegaba el día anhelado de
la libertad, ante una Asamblea o Sínodo, convocado dentro del
territorio español.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
libertad llegó antes de lo esperado, pero no por ello menos anhelada.
Como hemos visto anteriormente, en el mes de septiembre de 1868, los
liberales, los progresistas y los republicanos se sublevaron contra los
partidarios de Isabel II, poniendo fin a un período de gobiernos
despóticos. El Comité vencedor lanzó inmediatamente un Decreto de
"libertad de conciencia y de cultos", al mismo tiempo que se decretaba
la libertad absoluta para todos aquellos españoles presos por motivos
políticos y religiosos. En el año 1869, se promulgó una nueva
Constitución, en la que se consignaba definitivamente la "libertad de
conciencia y de cultos". El texto del artículo 21 de la Constitución
rezaba así: "La Nación española se obliga a mantener el culto y los
ministros de la Religión Católica. El ejercicio público o privado de
cualquier otro culto queda garantizado a todos los extranjeros
residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales
de la moral y el derecho. Si algunos españoles profesaran otra religión
que la católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en el
párrafo anterior".</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Los
protestantes desterrados, sintiendo la oportunidad magnífica que se les
ofrecía, se dispusieron a regresar a la patria. Cabrera, acompañado de
varios creyentes, dejó la plaza de Gibraltar y se dirigió a Algeciras,
donde se encontraba el general Prim, cabecilla y alma de la revolución.
Este recibió con alegría a los creyentes desterrados y les saludó con
estas palabras: "Ya pueden ustedes recorrer España con la Biblia bajo
el brazo".</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">El
primero de los exiliados protestantes españoles en volver a España al
estallar la revolución de 1868 fue Cabrera, quien se dirigió a Sevilla.
Antonio Carrasco se dirigió a Madrid, como capital de España, para
hacerse cargo de la obra evangélica, así como el ex fraile capuchino
Felipe Orejón. Poco después llegó también a la capital, desde Argelia,
Francisco de Paula Ruet. Antonio Vallespinosa se dirigió a Barcelona
para emprender allí el trabajo evangelístico, llegando a esa ciudad el
14 de noviembre de 1868. Por esas mismas fechas, José Alhama, se
dirigió a Granada y comenzó a reunir a los antiguos creyentes.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Establecida
la libertad religiosa en España e iniciado el trabajo evangélico, el
Consistorio de Gibraltar convocó una Asamblea General, a celebrar en
Sevilla, la primera de la Iglesia Reformada, mediante una convocatoria
fechada el 29 de junio de 1869. En dicha Asamblea se publicó la primera
Confesión de Fe de nuestra iglesia. Se envió un ejemplar a las Cortes
Españolas juntamente con todas las conclusiones obtenidas de la
Asamblea. Las Cortes respondieron reconociendo a la Iglesia Reformada
como legalmente constituida y autorizada en España. Importantísimo fue
para el protestantismo español esta "carta de naturaleza" otorgada por
las Cortes, ya que con ella la Iglesia Reformada salía de la
clandestinidad a la que había estado abocada desde sus orígenes. Ahora
podía ya anunciar el Evangelio libremente entre el pueblo español.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">En
1880 se produce una escisión dentro de la iglesia promovida por Juan
Bautista Cabrera, quien constituye la Iglesia Española Reformada
Episcopal con algunas comunidades de Sevilla, Málaga y Madrid,
atendiéndose en lo sucesivo al rito anglicano. Así se forma una nueva
iglesia, todavía existente, con la cual la Iglesia Evangélica Española
ha mantenido, a través de los años, magníficas relaciones y estrechos
lazos de cooperación.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">La
primera iglesia que comenzó en Gibraltar y que tenía el nombre de
Iglesia Española Reformada pasará a ser, al entrar en la península, la
Iglesia Cristiana Española. Esta continuó en una labor de agrupar a las
diferentes iglesias protestantes de España. De esta manera, en el año
1890 integrándose en ella las comunidades que componían la Unión
Ibérica Española, situadas en todo el Norte de España, cambia de nuevo
su nombre, adoptando el de Iglesia Evangélica Española (I. E.E.) La
Confesión de Fe de 1872 se mantiene vigente hasta 1955, en que, al
incorporarse las comunidades de la Iglesia Metodista de Cataluña y
Baleares, se procede a una actualización de su contenido.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"> </span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 200%;" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Times New Roman;">Los
protestantes españoles han tenido que sufrir persecuciones desde el
comienzo de su desarrollo, salvo las raras excepciones del Sexenio
revolucionario (1868-1874) y la II República (1931-1936), períodos en
los que gozan de cierta libertad. Durante la guerra civil española y el
inmediato período posterior, principios del franquismo, la iglesia
Evangélica Española vuelve a la clandestinidad que había caracterizado
sus primeros tiempos. A pesar de todo, sigue desarrollando su
compromiso cristiano, y las comunidades, aunque con importantes
dificultades, pueden mantenerse. La guerra civil supuso un duro golpe
para la joven Iglesia protestante, la I.E.E. Se cercenó su lento
progreso expansivo, y lo que quedó al finalizar la guerra, era una
auténtica desolación. Sin embargo, aunque las llamas se apagaron,
quedaron los rescoldos y sobre ellos comenzaría de nuevo el trabajo, y
con continuaría durante todo el franquismo el sufrimiento de una
Iglesia mártir para dar testimonio del Señor resucitado que, de unos
"huesos secos", se levantaría un ejército fiel a su vocación cristiana,
para servir al pueblo español con su presencia y testimonio.</span></span>
<p class="MsoTitle" style="margin: 0cm 0cm 0pt; line-height: 200%; text-align: justify;">
</div>
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</div>
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http://www.filosofia.org/ave/001/a253.htm
Ésta es otra dirección de una pag web de filosofía que te va a dar aún más información.
Virgi2 te desea lo mejor y ya sabes lo que necesites.
Un dicho:
Yo creo todo lo que veo, la mitad de lo que oigo y nada de lo que me cuentan.
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