Es imposible comparar la meditación con la oración. Orar es comunicarse con Dios, hablar con tu Creador, pedir y agradecer, confesar las cosas incorrectas que hacemos. La oración se hace con fe, se hace sabiendo que nuestro Padre Celestial nos oye y nos responde. La oración es una comunicación muy personal entre nosotros como seres humanos y nuestro Creador. La oración se hace mediante el espíritu, de esta manera nuestro espíritu contacta con el Espíritu de Dios en una union personal, íntima y especial.
Pero en la meditación, en primer lugar, no hablamos con Dios. Simplemente meditamos cosas terrenales, problemas, o cualquier cosa que deseemos meditar... sólo repasamos pensamientos y profundizamos en ellos para sacar alguna conclusión o solución a algo.
La meditación la hacemos con la mente, la oración es con el espíritu.
La meditación se relaciona con el alma, que es el asiento de los sentimientos, pensamientos y emociones. La oración sólo se puede realizar con la parte espiritual, y sólo se puede realizar teniendo una fe profunda en nuestro corazón, sabiendo que Dios nos oye y nos responde.
Con lo cual, es incomparable una cosa con la otra, aunque ninguna de las dos es un invento. Como mucho, ciertamente, hasta la meditación y la oración son creadas por Dios, son atributos que Dios ha puesto en el ser humano que nos diferencia claramente de los animales (al igual que la conciencia, pensamiento, intuición, razonamiento...). Los seres humanos meditamos, tenemos discernimiento, pero también es importante orar para estar en constante comunicación con Dios, para que nuestra meditación no sea vana, terrenal y necia, sino que nuestra meditación sea espiritual y sabia, pues todo lo que viene del pensamiento humano es necedad, pero todo lo que viene del pensamiento de Dios es sabiduría pura e inmensamente infinita.
Muchas bendiciones!