El maquillaje debe usarse para realzar los rasgos de tu rostro que te parezcan más bellos y disimular las pequeñas imperfecciones, pero nunca debería usarse la cara como un lienzo. Quiero decir que a la hora de elegir maquillaje, debes conocer muy bien tu fisonomía y tu personalidad, de manera que te realce, no actuar por imitación.
Por otra parte, es bueno seguir la norma de compensación: si resaltas los ojos, neutraliza los labios, y viceversa.
Si tienes la gran suerte de tener unos labios carnosos, quizás no sea tan necesario resaltarlos más, yo te aconsejaría centrarte en los ojos, dejando los labios en tonos neutros y con brillo, salvo en ocasiones especiales. Pero si de todos modos quieres usar habitualmente tonos más fuertes, te recomiendo que pruebes con los tintes labiales (lip teint). Los encontrarás en todas las marcas, cuestan lo mismo que una barra de labios, suelen ser de larga duración y tienen la característica de subir uno o dos tonos tu color natural de labio, de manera que aunque parece que los llevas pintados, el efecto es más sutil.
Por último, un apunte: los tonos mate hacen el efecto óptico de empequeñecer, mientras que los brillos harán que parezcan más voluminosos.