El revestimiento de una piscina es uno de los factores que más influyen a los usuarios a la hora de decidir instalar una en su jardín, puesto que determina el aspecto final que tendrá, y a menudo cuan hermética a las fuga sea.
El revestimiento de la piscina es la principal herramienta que nos ayudará a prevenir la formación de algas y es, además, el elemento clave para otorgarle a la piscina un acabado decorativo.
Una piscina que no cuente con un buen revestimiento, siempre será más propensa a acumular suciedad tales como algas, hongos, bacterias etc., en sus paredes.
El cemento pulido, está especialmente diseñado para piscinas nuevas o en reforma. Cumpliendo las normas del medio ambiente y sanitaria, se aplica en tres capas, sin juntas, muy importante para mejorar el mantenimiento, ya que elimina así los problemas de las juntas que se deben renovar cada 4 o 5 años.
El cemento pulido se puede aplicar encima de todos los soportes existentes.
Para evitar el deslizamiento y aumentar la adhesión, se puede dar su acabado en flor. El resultado es un producto mineral de alta resistencia, la ausencia de barnices y de productos químicos, nos da una resistencia a los UV y a la filtración de cloro, bromo, sal.
Por otro lado, el gresite ofrece una gran durabilidad, alta resistencia a la humedad y a los cambios de temperatura, además de ser un material fácil de mantener y de limpiar.
Recomendamos que para la piscina escojas un gresite antideslizante y no poroso.
Es recomendable vaciar la piscina una vez al año para proceder a la limpieza de su revestimiento de gresite.
El gresite es una de las mejores opciones para el revestimiento a la hora de construir una piscina en cuanto a la estética se refiere.
Esperamos haberte ayudado