Una pintura plástica tiene dos propiedades: a) el secado rápido y b) ser lavable. En todas las pinturas plásticas que he usado, en cuanto se secan (lo que ocurre en una hora aproximadamente), la pintura no se va al tácto. Si se toca con los dedos no pasa nada. Pero para ser lavada necesita que se consolide el acetato de polivinilo que contiene, lo que la gente llama corrientemente "fraguar". Cuando pasa ese tiempo se puede lavar, pero cuanto más tiempo pasa más resistente es. Lavar la pintura quiere decir aplicar una esponja suave con una mezcla de agua y lavavajillas con mucha espuma y enjuagar. Aún así, hay manchas que no se quitan y lo más fácil es repintar para taparta. Por ejemplo, las manchas típicas alrededor de las llaves de la luz se suelen limpiar fácilmente, pero rayas de rotuladores, bolígrafos... no.
Cuando las pinturas se diluyen mucho o la pared es muy absorbente, la pintura pierde aglutinante (el acetato de polivinilo) y se va fácilmente con el roce de los dedos, estos se quedan blanquecinos.
En cuanto al tema de la ecología hay dos conceptos: a) ecológico para el planeta y b) ecológico para los usuarios de la casa.
Todas las pinturas plásticas son ecológicas para el planeta porque se inventó precisamente para sustituir a las antiguas pinturas a la cal y al temple. Las pinturas a la cal producen vapores cuando se apaga la cal viva y deshidrata la piel del pintor; y las pinturas al temple proceden de colas de origen animal. La pintura plastica utiliza una cola de origen vegetal que es el látex de árboles que se cosecha y no daña al árbol, es una recolección. Además, la pintura plástica no es contaminante porque se usa agua en vez de aguarrás, el aglutinantes es degradable y el pigmento, blanco de titanio, no es tóxico (el pigmento se usa en esa papilla que se toman los enfermos para hacerles unas radiografías y ver el aparato digestivo). Vamos, que si por accidente, su hijo se toma una cucharada de pintura plástica, no le pasaría nada (aunque está malísima... pero malísima). En conclusión, las pinturas plásticas son lo más ecológico del mundo y por eso se usan tanto.
Por otro lado, está el concepto de ecológico para el usuario, pues no tiene ninguna toxicidad. En cuanto pasan unos días, no huele la casa a pintura, cosa que sí ocurría con las antiguas pinturas al temple, al óleo. Por ejemplo, una pintura al temple en mal estado, que ocurre mucho, huele a huevos podridos y no se quita el olor en meses. Llevan formalina como conservante, pero dejan de hacer efecto y se pudre el temple.
Existen lo que llaman las pinturas plásticas ecológicas porque les añaden insecticidas para evitar los hongos y para combatir los ácaros del polvo, según los problemas de alergia que el usuario sufra.
En resumen, todas las pinturas plásticas son écológicas para el planeta y para el usuario, además, existen las pinturas especiales antiácaros, antihongos, antihumedad, antigoteras...
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