Te daré mi opinión, y tómala como lo que es, solo una opinión.
Yo llevo camino de 20 años de profesión y me he especializado en la patología de la edificación, que es un área que yo hasta ignoraba que existía cuando con 18 años me metí a estudiar.
El resto del tiempo lo dedico a la arquitectura urbana en un pequeño ayuntamiento donde trabajo. Realizamos los proyectos de obra en el propio ayuntamiento y me gusta dedicar tiempo a hablar con el cantero y poder diseñar un banco que se adapte al presupuesto pero que tenga un poco de clase, o elegir una luminaria o algo tan sencillo como un elemento para cubrir los contenedores de basura con un poco de estilo. Esa es la parte lúdica del trabajo. Yo particularmente defiendo la arquitectura de las personas. Resolver con las personas que tienen experiencia en los materiales los problemas de las personas que habitan la ciudad.
El resto del tiempo, es decir, el 80%, hay que preparar proyectos y subvenciones. Papeleo y trámites mayormente. Así mismo, dedicar tiempo a la visita de inmuebles y conocer como viven las personas y que problemas tienen. Luego realizar informes y asistir a tediosos juicios.
Tengo compañeros que se han dedicado más a la arquitectura pura. Diseño y presentarse a concursos para obtener reconocimiento. De los que yo conozco, solo uno puedo considerar que ha triunfado. Tiene despacho propio en Londres y se gana la vida haciendo lo que le gusta. El camino no fue fácil y no creo que lo siga siendo.
Los que conozco que trabajan asalariados para otras firmas o despachos, tienen en general los que se llama "horario flexible", es decir, siempre estira. Los proyectos tiene que salir un día concreto y no hay escusas.
Yo solo me gustaría comentarse, que si de verdad quieres dedicarte a estos que no te olvides que lo que hacemos no son obras de arte, sino primeramente espacios para las personas. Con calidad y durabilidad en el tiempo.