Es muy probable (míralo) que tu impresora no sea capaz de imprimir a más de 300 ppp, así que todos los pixeles que te sobran los va a tener que quitar antes de imprimir.
Has de saber qué papel vas a usar y para ello lo correcto es tener el perfil ICC e incrustarselo a la imagen para ver, (siempre que el monitor este bien calibrado) como te va a quedar.
Con respecto a CMYK, es preferible que haga la impresora su propia conversión, así que mejor envíaselo en RGB.
En definitiva todo depende de qué calidad quieras llegar a conseguir, ya que no es lo mismo una foto de un viaje con la familia que una foto para un catalogo de pinturas.
La gestión de color es lo que nos ha traído la fotografía digital, y esto supone que desde la toma fotográfica debas estar pensando en el resultado final.