Puede producirse una codificación sin una decodificación.

En principio no, aunque deberíamos ponernos de acuerdo en lo que es un código, por ejemplo, si consideramos que el lenguaje en sí mismo ya es un código, entonces diríamos que codificar el lenguaje es codificar una codificación ya existente.

Para no caer en confusiones de terminología y atenernos al concepto, yo diría que para codificar algo se precisa la forma más elemental con significado de lo que sea que se quiera codificar, es decir, la forma irreducible para nuestro entendimiento ya que más atrás no podemos llegar.

Tengamos en cuenta que codificar es reducir la comprensión de una información solo a quienes conocen el código, para evitar que esa información sea interpretada por cualquiera. Si nos atenemos a esto, la codificación siempre se hará sobre una información que puede ser expuesta de manera más clara y legible para ojos ajenos.

Si nos adentramos en aspectos filosóficos que tratan de la existencia para los que aun no existe una explicación clara, podemos abordar el problema tratándolo como un código donde el hecho que se nos expone solo puede ser comprendido tirando hacia atrás para buscar su causa anterior y así poder comprenderlo. Lo mismo ocurre con el pensamiento de ciertos filósofos que a pesar de haber sido interpretado, puede haber sido entendido de forma errónea ya que no se ha deconstruido adecuadamente para entender de lo que el autor estaba hablando.

Derrida es el filósofo que más énfasis ha puesto en esto, discutiendo lo que se ha interpretado de filósofos anteriores a él, donde critica que lo que querían decir realmente no es lo que se ha venido interpretando y no porque escribieran en forma de código sino porque la transposición de la mente al lenguaje de las palabras no siempre es fácil y dónde se requiere ponerse realmente en la mente del autor para entender lo que escribe.