Esto no es apoyo psicológico. Es puro uso de la razón, para responder a lo que preguntas.
PRIMERO. Para matar algo, hay que conocer su forma de vida. Cada forma de vida tiene su propia muerte.
SEGUNDO. La vida se manifiesta en tres formas: vegetal, animal y humana.
Curiosamente, el ser humano puede adoptarlas todas, según se asemeje su comportamiento a lo propio de cada una de ellas. Esto se debe a su tendencia a refugiarse o dejarse llevar por esas formas de vida, para librarse de los inconvenientes que no sabe resolver, de la suya propia. Sin embargo, esto le aleja de los caminos que le llevarían a la paz y libertad que tanto necesita. No haría falta mencionar la necesidad de servir a la fuerza que te está dando la vida. Como humanos, esa es la fuerza vital que recibimos, y la que debemos alimentar, para seguir con vida y que esa vida sea plena. El único modo es conocer el alimento que esa fuerza necesita y eso es fácil de ver solo observando su naturaleza, y el tipo de acciones que producen un efecto positivo en ella.
Veamos que le ocurre al ser humano bajo cada una de las formas de vida.
En la primera, no sabe que hacer con su vida, así que la vive como un vegetal, se despierta, come, caga, y hasta el día siguiente.
En la segunda, se comporta como un animal. Su objetivo es satisfacer sus necesidades materiales y sensoriales. Así como el animal, es esclavo de su naturaleza, el humano lo es de la suya, con la diferencia que el humano es mucho más complejo y ambicioso que el animal, así su esclavitud va pareja a sus debilidades, a su mentalidad, a su cuerpo, a su ego, a su ambición, a sus miedos, a sus deseos, a sus complejos, a sus limitaciones, y demás.
En la tercera, el sujeto es un ser humano porque se comporta como tal. Un ser cuya naturaleza es hacerse preguntas, muchas de ellas estúpidas, o sin solución, pero no por ello menos importantes. Al meditar sobre estas cuestiones, se llega a dos conclusiones. Primera: Necesariamente, eso mismo le ha de ocurrir a todo el mundo, es decir, las dudas existenciales son la parte por la que se define la especie humana. Es un problema que nos une, no que nos separa. Segunda: Hay cuestiones, a las que solo uno mismo puede y debe responder y en esa respuesta está la esencia de vivir.
Es aquí donde el ser humano puede decidir entre seguir siendo humano, y aceptar el reto, o desentenderse del problema y ser un esclavo de su naturaleza, pendiente solo de satisfacer sus necesidades animales. También puede renunciar a todo y llevar vida de vegetal.
CONCEPTOS (antes de entrar en la muerte)
¿Qué es la vida?
La manifestación del alma.
¿Qué es el alma?
La fuerza vital que sustenta la vida en todas sus formas.
Al haber distintas formas de vida, hay distintos tipos de alma.
¿Qué muere?
Cuando se extingue la vida, por causas naturales, hay que entender que es porque se extingue la fuerza vital que la sustenta.
Ahora bien, en el alma, está la conciencia, que no puede desaparecer ni transformarse.
No puede transformarse porque nada hay más allá de la conciencia. Así que la conciencia es la última cosa que existe.
No puede desaparecer porque para eso es consciente.
La conciencia solo puede permanecer.
Así como la razón no surgió de la nada, sino que ha tenido que existir siempre, la conciencia también. La causa de que no sepamos distinguir donde acaba una y empieza la otra, es porque forman parte de la misma cosa.
Para entender la conciencia, hay que contemplarla como un todo muy simple pero muy extenso, que todos pueden usar, desde ellos mismos, lo que da la sensación de ser algo que se tiene en exclusiva y que lo mismo les ocurre a los demás.
Ignorar la unidad de la razón, es ignorar el motivo por el que la razón hace que nos podamos no solo entender sino comprender.
El nivel básico de la razón es el del lenguaje. Se caracteriza por ser el único que resulta demostrable, a través de la lógica.
Por encima del lenguaje, existen otros niveles que sabemos usar pero ya menos, descifrar.
¿Qué es la muerte?
Según lo anterior, la muerte sería la extinción de la fuerza vital que da vida a los cuerpos. Sea vegetal, animal o humana. Sin embargo, conviene aclarar que en el caso del alma humana, la fuerza vital lleva asociada la razón o conciencia (en su plano más elevado) y ésta no muere, porque nunca ha estado viva, tal y como entendemos ese concepto. El alma, como fuerza vital puede extinguirse. La conciencia existe de forma inmanente. Es un estado no de vida, sino de permanencia. Podría representar la paz absoluta, la nada absoluta, de la que proviene todo.
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La muerte de cada forma de vida
La vida vegetal
Se extingue por la falta de agua, tierra, aire o sol.
La vida animal
Se extingue cuando deja de haber presas o pastos de que alimentarse.
La vida humana
Se extingue cuando se deja de ser humano, aun estando con vida.
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En la vida animal y vegetal, la muerte busca matar el cuerpo, pero en la humana lo que se sacrifica en la muerte es el alma y lo que esta lleva.
Lo que hay de valioso en el alma, es la conciencia. Es a través de la conciencia que estamos vivos, por lo que la conciencia es la fuerza vital a la que debemos servir y alimentar. Es lo que somos.
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Hechas las exposiciones, llega el momento de la conclusión, donde se pude ver el tipo de muerte que se debe buscar.
LO QUE HAY QUE MATAR
La única muerte que hay que buscar, es la de aquello que nos impide ser lo que somos.
La forma de eso que hay que matar, es la de una fuerza vital, similar a la que nos es propia como humanos, pero distinta en su naturaleza, y que por intromisión, error o vicio, estamos alimentando, y nos está proporcionando una forma de vida impropia y por ello insatisfactoria.
FORMA DE MATARLA
Todo alimento propio de una forma de vida vegetal o animal, debe ser supeditado al alimento que nos corresponde como seres humanos, que es el que determina la conciencia.
Podemos alimentar nuestra parte animal, o vegetal, cuando no sea un conflicto para el alimento principal que debemos proporcionar a nuestra conciencia. Jamás lo que hagamos o dejemos de hacer, puede pasar por encima de lo que somos, porque en el momento en que hagamos esto, nos convertiremos en lo que sea que sirvamos y así, dejaremos de ser humanos. Durante el tiempo que dejemos de ser humanos, simplemente no "seremos" y no existiremos, porque existir como lo que no se es, equivale a no existir.
De este modo, al final, solo puede quedar una forma de vida, la que nos corresponde. No hay que romperse la cabeza, más allá de experimentar lo que conviene, porque cada forma de vida viene ya preparada para satisfacer a su fuerza vital. Solo el ser humano, debido a su auto consciencia, y a sus capacidades, cuestiona esta correspondencia y se desvía de ella, precisamente porque está llamado a hacerlo. Contravenir nuestra fuerza vital, es una opción que tenemos y que tiene sus consecuencias como las tiene hacer lo que se debe.
Ideas propias de la vida vegetal
El victimismo. Dependencia del entorno en su totalidad y de las circunstancias, por lo que el destino va ligado a las inclemencias del tiempo y a factores externos. Uno nada puede hacer, puesto que no tiene forma de cambiar de lugar, ni de cambiar las cosas como vienen, ni de procurarse un destino distinto. Hay que empezar a tomar conciencia de las posibilidades de uno para independizarse de dichas inclemencias y apropiarse de lo que necesita y desea. Así se empieza a pasar de la vida vegetal a la del mundo animal.
Ideas propias de la vida animal
El animal, basa su vida en la ley natural y tiene su instinto para sobrevivir en ella.
El ser humano que hace lo mismo se basa en los bienes materiales y en los placeres sensoriales, porque su único objetivo es satisfacer estas necesidades, sin reparar en nada más que en sus posibilidades, es decir, en la ley natural.
Si pierde tales bienes y placeres, el individuo se verá desnudo pero recobrará la libertad de volverse humano, que es lo que como humano, le corresponde.
En definitiva, para ser humano, hay que poner los instintos vegetales y los animales, por debajo de la razón en su plano más elevado que es la conciencia. Quien no usa la conciencia como debe, capacidad que todo el mundo tiene, no puede considerarse humano. En este punto es cuando el ser humano deja de serlo y "muere" aquello que "es" la fuerza vital que lo impulsa, deja de "ser" porque no se la alimenta debidamente.
Por tanto para matar la forma de vida humana, no hace falta matar al cuerpo, basta con privarle del alimento que necesita su fuerza vital, que es aquel que sirve a su conciencia. Si conseguimos que un ser humano deje de vivir de acuerdo a su conciencia, le estaremos, asesinando.
La única forma bajo la cual puede existir y lograr la felicidad el ser humano, es siendo lo que "es".