Eficacia de filtración.
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En general, la eficacia de filtración de un filtro se define con el porcentaje de partículas de un tamaño determinado que es capaz de retener, por un ejemplo un filtro tipo F8 se puede decir que tiene una eficacia media de retención de partículas de 0,4μm de entre el 90% y el 95%.
Los filtros se clasifican por su eficacia en base a la norma EN 779:2012 de la siguiente manera
Clase G (G3, G4): Filtros gruesos, son prefiltros que se utilizan antes de otro tipo de filtros (por ejemplo F) para alargar su vida útil, evitando que se pasen las partículas más grandes, en general polvo.
Clase M (M5, M6 o a veces F5, F6): Filtros medios
Clase F (F7 a F9): Filtros finos
A partir de aquí la clasificación de filtros se basa en la norma EN 1822:2004 y se consideran filtros de alta eficacia o a veces (mal)llamados filtros absolutos, se utilizan fundamentalmente en entornos hospitalarios, laboratorios, investigación, etc…
Clase E (E10 a E12): EPA
Clase H (H13 y H 14): HEPA
Clase U (U15 a U16): ULPA
El orden que presentan en la lista es de menos restrictivo a más restrictivo, y dentro de cada clase de filtro, a mayor valor numérico mayor capacidad de filtrado (partículas más finas).
Caudal y pérdida de carga
Además del grado de filtración, existen dos parámetros importantes a la hora de elegir un filtro, son el caudal y pérdida de carga, estos determinan fundamentalmente el tamaño que va a tener el filtro.
La perdida de carga de un filtro es la presión que pierde el aire al pasar por el mismo, a mayor pérdida de carga mayor presión tenemos que aportar, por lo tanto un ventilador más potente y de mayor consumo de energía.
En las características de un filtro se suele indicar tanto el caudal nominal como al pérdida de carga inicial (filtro nuevo), y a veces la pérdida de carga final (justo antes de sustituirlo). A mayor superficie de filtración menor pérdida de carga, pero también implica un tamaño de filtro mayor y en consecuencia mayor coste. Como suele suceder, aquí también se cumple la regla de oro de la eficiencia energética: mayor inversión inicial, menor consumo.