Siempre hay circunstancias que imponen un poco más, así que por un lado no le des demasiada importancia a algo que si acaso mejorará dentro de un conjunto de factores.
Por otro lado puedes intentar analizar qué es lo que te incomoda; dices que te sientes presionado, se supone que es para sacar buenos resultados, no sé si por la marcha del partido en general, o porque sea bien vista tu actuación en particular. Yo te diría que depures esta intención, ya que si tú te analizas a ti mismo, tú seguramente no jugarás solo por ganar el partido, o no le darás mayor importancia a cómo juegue otra persona, por ella misma. Todo tiene que estar encaminado hacia el bien, incluso el sano descanso o esparcimiento, así es que ver esto puede hacerte no olvidar (ya que mientras uno transita por esta vida no se ve libre de la tentación de la vanidad), sino que sobreponerte a vanidades, como quedar bien, o incluso que se logre un partido más o menos de interés. Piensa que incluso se puede hacer el bien con las limitaciones, no solo con las cualidades, siempre que esté todo bien orientado. La presión podría ser mayor si es que ya existe una expectativa creada sobre tu forma de jugar, o si es que los demás hubieran hecho grandes esfuerzos para jugar contigo, pero aún así tampoco ellos se perjudicarían al ver defraudada tal expectativa, etc.
En definitiva, no pienses en ti, ni en tus intereses superficiales, no vivas para ti mismo, sino que piensa en hacer el mayor bien de verdad que puedas. Y si te pones nervioso y pierdes el balón, piensa que eso le puede servir a otro, etc. Pon los medios, haz lo que puedas según Dios, y déjale los resultados a Dios, que todo lo sabe.