¿Consideran que es posible establecer una relación entre los sucesos ocurridos en Europa y los procesos de independencia en Amér
¿Consideran qué es posible establecer una relación entre los sucesos ocurridos en Europa y los procesos de independencia en América Latina? ¿Cuál?
Las Revoluciones Hispanoamericanas
Los procesos de independencia en el territorio de la América Hispana, más
allá de una o más coincidencias que puedan aparecer, fueron distintos. Esta
situación tuvo que ver con el tipo de relación existente entre la metrópoli y los
grupos poderosos locales pero también con las distintas estructuras
económicas de las propias colonias.
El término "Metrópoli" hace referencia a un Estado que funciona como
referente de poder político y económico respecto de otros territorios que son
considerados sus colonias. Toda Hispanoamérica desde la conquista hasta
parte del siglo XIX fue una colonia española cuya metrópoli era España.
Los acontecimientos europeos
A principios del Siglo XIX, en Europa se vivía una situación política muy
complicada como consecuencia del avance de las tropas francesas
comandadas por Napoleón Bonaparte. Este hecho afectó especialmente a la
monarquía española.
En 1807, Francia y España firmaron un tratado por el cual se repartían el
territorio de Portugal. Este tratado abrió las puertas de España para el paso
del ejército francés que terminó ocupando las ciudades del norte.
La falta de acción del rey español Carlos IV provocó un motín popular que lo
obligó a renunciar en favor de su hijo Fernando VII. Napoleón aprovechó la
crisis y obligó a Fernando a abandonar al trono. A partir de ese momento, su
hermano, José Bonaparte, lo reemplazó.
El pueblo español no aceptó a un rey francés y se organizó en juntas
provinciales. Cada una de estas juntas gobernó en nombre del rey Fernando
VII, secuestrado por Napoleón. En 1808, estas juntas se reunieron en Sevilla
para formar un órgano general de gobierno: la Junta Central.
La situación que se había desencadenado produjo un vacío político en
América que fue cubierto por gobiernos criollos, inaugurando una nueva
etapa en la vida de las sociedades de Hispanoamérica.
Así fue como los antiguos territorios españoles, ubicados en el centro y el
sur del continente, iniciaron alrededor de la primera mitad del siglo XIX, un
largo proceso para organizar estados independientes con distintos
resultados.
Las luchas por la organización independiente
Esta grave situación política desatada en Europa provocó en la América
española un gran problema: ¿Quién gobernaba las colonias mientras el rey
estuviera preso? ¿A qué corona representaban?. A partir de estos hechos se
comenzó a debatir de quién era el derecho a administrar el imperio colonial.
A lo largo de todo el continente fracasaron los intentos de formar gobiernos
centralizados que mantuvieran unidos a los territorios coloniales. Por este
motivo, los antiguos virreinatos se separaron y formaron numerosos estados
provinciales o regionales.
En el Virreinato del Río de la Plata, los acontecimientos europeos desataron
consecuencias políticas trascendentes. El 25 de mayo de 1810, se organizó
la primera junta de gobierno tomando el ejemplo de las juntas españolas que
resistían la dominación francesa.
La independencia y la guerra dejaron sus huellas en las sociedades
hispanoamericanas. Los viejos conflictos coloniales reaparecieron en los
nuevos ordenamientos que fueron surgiendo. Los enfrentamientos entre
conservadores y liberales, o, como en el Río de la Plata, entre unitarios y
federales se explican en parte por esta situación.
Movimientos de Independencia
En el Río de la Plata, el desarrollo del proceso de independencia llevó a los
grupos criollos a alcanzar un papel protagónico en los sucesos políticos. El
debilitado equilibrio que se había establecido entre las autoridades virreinales
y los grupos poderosos locales se quebró en mayo de 1810.
La organización de la Primera Junta de gobierno tuvo entre sus objetivos
llegar a todas las ciudades del territorio del ex virreinato para que acataran
la autoridad del nuevo gobierno. Esta exigencia provocó un enfrentamiento
entre las aspiraciones de Buenos Aires y el resto de las provincias. Mientras
que Buenos Aires aspiraba a ejercer el monopolio del poder político y
económico, el resto de las provincias reclamaban un sistema federalista que
respetase el ejercicio de la autonomía.
Entre 1810 y 1815 el gobierno revolucionario debió luchar en distintos
frentes: la Banda Oriental, el Alto Perú y el Interior. En cada una de estas
regiones el proceso revolucionario significo un esfuerzo no sólo de hombres
sino también de provisiones para alimentar a las tropas.
Hacia 1815, ya se habían perdido gran parte de los territorios pertenecientes
a la antigua estructura virreinal y el enfrentamiento entre Buenos Aires y el
interior era un hecho. No obstante ello, el gobierno de Buenos Aires,
buscando lograr el acuerdo con las provincias, invitó a la reunión de un
Congreso Constituyente a realizarse en la provincia de Tucumán. Mientras
tanto en España, Fernando VII volvía al trono luego de derrotar a Napoleón.
La corona española tenía como meta reconquistar sus antiguas colonias. El
objetivo era frenar los movimientos revolucionarios. En ese contexto, el
congreso reunido en Tucumán resolvió el 9 de julio de 1816 apurar el
reconocimiento de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la
Plata.
Luego de la declaración de la independencia el Congreso se trasladó a
Buenos Aires para dictar una constitución que posibilitara organizar
políticamente al nuevo estado. El resultado fue la redacción de un texto de
carácter centralista que fue rechazado por las provincias. Esta situación
derivó en un enfrentamiento armado entre los caudillos del Litoral y los
hombres de Buenos Aires en enero de 1820.
La victoria de los primeros marcó el decidido fracaso del primer intento de
organización nacional del territorio del ex Virreinato.