¿Cómo surgieron las monarquías?

¿Cómo es que se formaron las monarquías?
¿Cómo es que surgieron los reyes, principados etc?

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Los orígenes de las monarquías se remontan a una época para la que carecemos totalmente de fuentes escritas y las fuentes arqueológicas son todavía escasas. Cuando comenzamos a tener documentación escrita nos encontramos con algunos aspectos de estas civilizaciones que ya están bien asentados, por lo que hay que suponer que durante los periodos anteriores, para los que no tenemos documentación escrita, se producen los primeros tanteos, ensayos, etc.

Por ejemplo, en Mesopotamia comenzamos a tener ducumentación escrita sobre el tema que nos interesa en el periodo protodinástico (2900-2330 a. C.), y en esa documentación escrita se incluyen listas reales e información sobre diferentes reyes. Pero ¿qué ocurre para el periodo anterior, el predinástico (4400-2900 a. C.), que transcurre en su mayor parte antes de que surja la escritura? No tenemos, por tanto, listas reales y las parcas fuentes arqueológicas no nos pueden dar información en ese sentido. Pero eso no quiere decir que no haya existido una incipiente monarquía, aunque pudiera ser bastante diferente de la que tomó forma luego en el protodinástico. Incluso cuando ya tenemos textos escritos como la lista real sumeria y otros, hay que tener en cuenta que estos documentos no pueden ser considerados sin más. El pensamiento sumerio no había alcanzado el grado de generalización, definición y abstracción intelectual que caracteriza a la historia tal como la entendemos hoy día. Por ello, los datos que aparecen en estos documentos deben ser contrastados por otras fuentes e interpretados en relación con ellas. Hay que tener en cuenta, además, que el concepto "rey" puede tener un significado muy diferente, y de hecho lo tiene, en diferentes periodos de una misma cultura, y en distintas culturas. Un ejemplo, en la cultura sumeria el rey es un representante en la tierra de la divinidad. El rey tiene la misión de ser rector y guía de la comunidad, controlando la producción, administrando los recursos económicos, encargándose de las grandes obras públicas y de los intercambios comerciales, levantando edificios religiosos, cuidando la administración de la justicia y el mantenimiento del orden. Pero en la época acadia el rey alcanza unos rasgos de divinización que no existen entre los sumerios.

En el caso de Egipto, por otro lado, la escritura aparece hacia el 3100 a. C., pero anteriormente a esta fecha podemos constatar sin lugar a dudas la existencia del Estado (o Estados) en el periodo Geerzense (3500-3000 a. C.). Lo que no podemos conocer son las características del concepto del rey en este periodo anterior a la escritura y a la unificación de Egipto.

No podemos ir analizando todas las culturas del mundo antiguo porque nos llevaría mucho tiempo, y en todos los casos tendríamos que ir partiendo del mismo desconocimiento de los orígenes. En resumen, se trata de procesos muy largos de los que desconocemos, por falta de documentación escrita y arqueológica, las primeras etapas. No se puede generalizar en modo alguno, porque las características del Creciente Fértil, por ejemplo, son radicalmente distintas a las de otros lugares. La evolución política de cada sociedad no es ajena a sus condiciones económicas, geográficas, etc., por lo que no podemos llegar a conclusiones únicas, sino específicas para cada cultura.

Guau!
Gracias por los datos
¿Qué hay con las monarquías en europa occidental?
¿Cómo y en que época se constituyen?

En Europa Occidental tenemos los mismos problemas que en otras zonas. No podemos obtener datos más allá de cierta época, lo que se agrava por el hecho de que aquí la escritura aparece bastante más tarde y aunque conozcamos bastantes datos sobre tipos de viviendas, de enterramientos, de modos de producción, etc., eso no nos da seguridades sobre otras cuestiones. Por otro lado, no existe una evolución uniforme para toda la zona en organización política o formas de gobierno. Al contrario, existe una gran variedad y muchas circunstancias que hacen imposible generalizar. Ni siquiera en épocas ya muy avanzadas se llega a una uniformidad. Piénsese, por ejemplo, en la diferencia que supone la existencia de monarquías absolutistas coexistiendo con otras de tipo aún casi feudal o con las repúblicas italianas.

¿Qué panorama tenemos antes de que toda la zona pertenezca al Imperio romano? En Grecia, por ejemplo, sabemos que la sociedad micénica es de carácter feudal. La clase dominante está integrada por los guerreros. Gobierna un soberano supremo (wanax) apoyado por un consejo de ancianos. Del wanax dependen los jefes o reyes (basileus) locales. La invasión doria asimila paulatinamente la cultura anterior, pero es origen de nuevas situaciones, y la vieja estructura monárquica queda marginada a los territorios periféricos, como Epiro y Macedonia. En otras regiones la nobleza terrateniente derroca a los reyes y se hace con el poder apoyándose en vasallos y esclavos. Durante los siglos VII y VI a. C. una serie de individuos procedentes de la nobleza se convierten en dictadores (tiranos) con ayuda de la clase dominada. Este nuevo proceso desemboca en la democracia, régimen que va concediendo derechos civiles a estratos cada vez más amplios de la población, aunque no a todos. Al mismo tiempo, en algunas regiones se mantiene la monarquía, como en Macedonia, de donde precisamente sale Alejandro Magno para acabar creando un imperio.

En la península Ibérica tenemos distintas situaciones según las zonas. En Andalucía Occidental tenemos la cultura tartésica, que es la que se forma por el contacto entre la población indígena y la cultura oriental a través de los intercambios comerciales con los fenicios. Aunque ha llegado hasta nosotros el nombre del rey tartesio Argantonio, éste parece ser un personaje más mitológico que real. A partir del siglo V a. C. deja de tenerse constancia histórica de Tartesos. Tras la disolución de Tartesos se vuelve al fraccionamiento del área en grupos locales regidos por régulos, es decir, reyezuelos, reyes o señores de un área pequeña. Por otro lado, tenemos sucesivas oleadas de celtas invadiendo la península entre los años 900 y 600 a. C., aproximadamente. Esto da lugar a un mosaico de pueblos no iberizados ni celtizados (cántabros, vascones, várdulos, autrigones, caristios) que son los pueblos más atrasados de la península, junto con enclaves de celtas, celtíberos, iberos puros y otros influidos por la colonización fenicia, griega o cartaginesa en la zona costera. Sólo se conoce la estructura política y social de los grupos más desarrollados, los pueblos ibéricos del sur y el Levante, próximos a las zonas de influencia colonial. Para todos ellos el núcleo básico es el clan familiar, que se integra en comunidades locales conservando autonomía. Estas comunidades están regidas por régulos.

La Italia prerromana también es un mosaico de pueblos llegados en distintas invasiones: tenemos el grupo latino-falisco, el umbro-sabelio, las tribus ilirias y los etruscos, cuya procedencia no está bien determinada. Los etruscos no tienen un estado centralizado, las ciudades son gobernadas por reyes, pero más tarde se pasa a una forma de gobierno republicano-oligárquica.

Así podríamos seguir, pero llegaríamos a la misma conclusión. Encontramos distintos tipos de monarquías en cada zona, sin que podamos precisar muy bien sus características, ya que sus orígenes se sitúan en épocas carentes de fuentes escritas, y las fuentes arqueológicas nos informan bastante bien acerca de ciertos aspectos pero muy escasamente de otros.

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