Triunfar como pintor

Mi duda o curiosidad es la siguiente, que buscan hoy en día los caza talentos de artista, es decir cuales son los componentes que tiene que tener la obra de un artista para que se coticen en el mercado, ¿sólo triunfa los que tienen un buen padrino?.

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Respondiendo a tu pregunta, te puedo decir que en el terreno del arte no existe un común denominador para que un artista pueda cotizar sus obras en el mercado. Recordemos que incluso la mayoría de las obras más cotizadas, en su tiempo ni siquiera fueron remotamente remuneradas a lo que el día de hoy lo pueden ser. La camada de artistas contemporáneos que pudiéramos decir están cotizando sus obras a un alto costo monetario, son artistas que han logrado encontrar un medio de identificación personal que es único en cada una de sus obras, hoy en día el arte ha evolucionado de una manera positiva en la que cada vez se requiere más sobriedad por parte del artista y sus obras, las personas que están dispuestas a pagar altas sumas de dinero por una obra saben que es lo que buscan y por que lo quieren, y es en ese punto en el que se vuelve incorrecto buscar un artista, sino a la obra del artista, es decir que se busca ese elemento de identificación personal de la obra del artista. Las personas ya no buscan tener un pablo picasso, sino tener esa conceptualización que por medio del cubismo lograba picasso (digo esto por citar un ejemplo más practico). A lo largo de mi experiencia de vida he conocido artistas con enormes "padrinos" que logran exponer en las galerías más peleadas del mundo, pero que sin embargo su obra no logra tracender ni siquiera efimeramente. Creo en mi humilde opinión (por que el arte no es una ciencia fáctica) que cualquier artista que tenga la virtud de implantar su sello por medio de algún medio de identificación, tiene la posibilidad de lograr el éxito en su carrera. Y ademas no es necesario tener que estar rindiéndole cuentas a cazatalentos, de echo la mayoría de los artistas que cotizan sus obras son excelentes comerciantes y administradores financieros.
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Estimado/a amigo/a:
La creatividad del artisita, su potencial, o su sedimentación en cuanto a su propuesta, es la que indica -entre otros factores técnicos o estéticos- son los elementos que implican su consideración favorable por la crítica de Arte, y por las personas que desarrollan su actividad profesional en el mercado del Arte (galeristas, intermediarios, casas de subastas).
Lógicamente, existen tendencias estilísticas, escuelas, grupos de creadores, que son tenidas en cuenta como moda (esto es importante, pues el mercado tiene unas preferencias temporales que indican a una galería si la obra es vendible y, por tanto, si es fuente de negocio). Serán, por otra parte, la capacidad de innovación, la calidad de su propuesta, la radicalidad (en el sentido de ruptura o transgresión, de manifestación de un nuevo lenguaje expresivo y plástico), elementos que permitan identificar la obra de un autor como reseñable y valorable, lo que imprimirá mayor ritmo a su difusión entre los especialistas.
Sería engañarnos el pensar que un creador por sí solo es capaz de entrar en el mercado del Arte con perspectivas de futuro, si no es de la mano de una o varias galerías, y con apoyo de la crítica de Arte. Si ello se consigue -insisto: la calidad es lo necesario, pues hasta creadores vivos y muertos consagrados por la valoración monetaria y por la historia del Arte o la crítica contemporánea no son capaces de mantener una calidad creativa constante-, el camino se allanará. Otra cosa es el mercado: existe la oferta y la demanda, un comprador objetivo que se mueve más por rentabilidad de inversión y por prestigio de firma que por gustos estéticos definidos -lo habitual cuando se producen subastas con pujas y precios finales a veces desmesurados para obras de artistas contemporáneos vivos- (numerosos especialistas consideran que están sobrevalorados ciertos nombres, por el apoyo de cierta crítica y analistas, y por las propias galerías que los representan -las cotizaciones de la obra de un creador no deben nunca disminuir, pues supondría el desprestigio de la galería, de la firma del artista, y derrumbaría la inversión de un comprador privado, pues los insititucionales obedecen a otros requisitos-). Insisto, con todo, que cualquier tipo de apoyo colateral o externo siempre es recomendable para iniciar un recorrido solvente en el mercado del Arte y en el circutio expositivo, pero son el lenguaje del autor y su calidad los elementos imprescindibles que marcarán su protagonismo. De otra forma, será un producto de temporada que habrá caído en gracia temporalmente, pero sin reconocimiento futuro. Espero que mi respuesta sea de tu utilidad. Quedo a tu disposición si mi aportación es de tu interés. Un cordial saludo, Alberto
Gracias Alberto,
me ha parecido muy interesante tu aclaración, otra duda que tengo es el tema del valor de un artista a nivel técnico, hoy en día parece que no hay que ser buen pintor, es decir a nivel técnico y se valora más la creativad, parece que no tiene que ir cogido de la mano creatividad y técnica como tiempos atrás ejemplo Dalí, Zurbarán, Velázquez, etc. es decir puedes ser buen creativo sin ser buen pintor, ¿se valora más lo segundo no?.
No nos dejemos engañar por las primeras impresiones en la obra de un artista en cuanto a nivel técnico. Habitualmente, se inician y se nutren en las enseñanzas de las facultades de Bellas Artes -es raro el diletantismo en pintores y escultores, hoy en día, pues suelen decantarse y dirigirse hacia la obtención de un titulo universitario (no son numerosos los jóvenes que viven de su producción artística-.
Una buena expresión, un lenguaje creativo que merezca la atención del público y le provoque emociones, suele necesitar de un empleo de la materia y de un regisdtro técnico adecuados, pues la técnica ayuda a mejorar la comunicación entre obra y espectador. Además, es como la confección de un tejido: es la urdimbre y son los hilos que soportan la estructura y, si la técnica empleada contiene alardes de creatividad a su vez (de ahí, por ejemplo, los recursos de collage que Tapies maneja con arenas silíceas, arpilleras, fusión de materiales ajenos a los tradicionales pigmentos) redunda exponencialmente en la expresividad que se pretende.
Existen numerosos estudiosos que implican a la sociedad y al desarrollo de sus libertades individuales la formación de un nuevo gusto estético, y al artista la obtención definitiva de su singularidad sin atenerse al academicismo normativo (las academias de Artes imponían severamente qué se podía representar y cómo, lo que atenazaba la creatividad; además, el artista obedecía a su comitente en cuanto a gustos, y la objetividad de lo representado era lo demandado, y la categoría técnica de un Velázquez por ejemplo era un valor necesario, pues no debemos olvidar que la fotografía inicial es del siglo XIX, y hasta ese momento la manera obvia y ojetiva de representar la realidad eran la pintura y la escultura, de ahí también lo innecesario y poco recomendable de la deformación). No debemos confundir un artista actual y su consideración intelectual, con un artista/artesano/maestro de la pintura; tampoco las demandas de grupos sociales anteriores a la época contemporánea con las actuales.
Si reflexionamos un instante, nosotros mismos nos damos cuenta de que podemos despreciar a un autor por su fidelidad en la representación, por carecer de alma y emoción -por muy loable que sea su técnica- y sin embargo hallar muestras de claridad sorprendente en otros por su propuesta temática y por su capacidad de removernos psicológicamente, o por la transformación convincente y metamorfoseada de una realidad determinada (por ejemplo, Koons con su Puppy, un perro floreciente que se convierte en icono un urbano vegetal -¿No es un juego visual pero a su vez anímico el trasvestismo de un animal en vegetal, perfiles de cánidos con alma de clorofila, en constante modificación estacional?), sin gran virtuosismo formal.
En definitiva, sin formación y si aprendizaje se perderían oportunidades para desarrollar convincentemente el lenguaje individual creativo que hace al artista único.
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Tu pregunta no es fácil de responder ya que en el arte no hay casi nunca reglas fijas. Dentro del ámbito de las artes plásticas las galerías de arte buscan por encima de todo un producto que les de beneficios, a largo o a corto plazo, y por eso están sujetos a las leyes de la oferta y demanda. Es decir, dependerá mucho del mercado en donde te muevas. Tener una persona que te introduzca en estos mercados es siempre muy interesante. Tristemente es casi más importante en ocasiones que la calidad de la obra. No obstante depende también del carisma del artista, la suerte, las tendencias del momento, etc. No conozco fórmula secreta para el triunfo.

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