En principio, en un suelo de hormigón normal, que no está excesivamente estropeado, es decir, no tiene armaduras a la vista, no es necesario ningún paso especial. Solo que el suelo esté limpio y rugoso (si es muy liso conviene hacerle unas acanaladuras con una amoladora para mejorar la adhesión).
Si tuvieses armaduras a la vista, antes de nada debes arreglarlo. Hay que picar un poco a su alrededor, eliminar completamente el óxido, darle una imprimación especial y luego un mortero reparador para tapar la armadura. Te recomiendo productos de la casa weber
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Sobre la reparación de todo el suelo, con el limpio y ligeramente húmedo, no encharcado, puedes darle una capa de cemento de un grosor relativamente pequeño, pero lo suficientemente ancho para que sea fuerte. Creo que estaría bien 10 mm. O más. Sobre la arena, elígela en función del acabado que desees: si quieres un acabado fino utiliza arena fina y si prefieres un acabado más rugoso utiliza arenón (lleva pequeñas piedrecillas de un par de milímetros). Todo esto debería ser suficiente para que no se cuartease el cemento ni apareciesen grietas.
Sobre las grietas, decirte que si el suelo que vas a reparar las tiene, conviene pararlas antes ya que si no lo haces corres el eiesgo de que se reproduzcan en el nuevo suelo. Normalmente esto se hace con unas piezas metálicas especiales. La idea es hacer una roza perpendicular a la grieta, en la cual se coloca un hierro (puede valer el típico hierro corrugado para armaduras) y se tapa con mortero reparador.