En realidad ninguno de los que te han comentado eso se equivocan. Me explico: tu equipo necesita la sal como "combustible" para fabricar cloro (hipoclorito sódico) a través de los electrodos de tu equipo. En realidad cualquier sal vale para eso, pero hay que tener en cuenta dos factores importantes que nos darán la lata: por un lado la pureza de de esa sal y por otro la degradación o destrucción del cloro que se forma en contacto con la radiación ultravioleta del sol.
El problema de la pureza es que los sacos de sal no sólo contienen sal, también impurezas y aditivos como antiapelmazantes. Estamos hablando de partículas de cal, silicio, cobre y sobre todo hierro y magnesio. Es decir, productos que no afectan al consumo humano pero que sí afectan a los tratamientos de aguas de las piscinas provocando desde manchas hasta reacciones no deseadas con otros productos. Por no hablar del desgaste de los electrodos de tu equipo que cambiarás con mayor frecuencia.
En relación a la inmediata disociación del cloro por los rayos UV, provoca que tengamos que mantener de forma continua (las 24 horas del día o casi) el clorador y por tanto la depuradora en funcionamiento para compensar esa falta de desinfección que habría a los pocos segundos de apagar el sistema. La única manera de evitar esto es mediante el uso de un estabilizante que actúa como un "filtro solar" y hace que la vida útil del cloro formado se prolongue lo suficiente como para que siempre midamos cloro residual en el agua.
Además, al tener que funcionar menos horas al día alargas la vida de tus electrodos y el aparato en general (así como el resto de los componentes de la depuradora).
Normalmente este estabilizante es un ácido isocianúrico (presente también en casi todos los cloros sólidos comerciales).
Pues bien, tienes dos opciones: puedes comprar sal "del puerto" (aunque tenga muchas impurezas) y añadir el estabilizante "a ojo" o comprar la sal ya estabilizada (aunque sea más cara).
Tú decides.