Acumuladores de calor
Hola experto, soy estudiante universitario y me han propuesto un trabajo en el cole para estas vacaciones. El trabajo consiste en desenvolupar el proyecto de un bloque de pisos con locales comerciales, garaje y oficinas. El problema lo tengo en cuanto me piden la previsión de cargas de la viviendas, ya que algunas disponen de acoumadores de calor, me gustaría que me contases que es y como debo aplicarlo en los cálculos de previsión de cargas del edificio.
Gracias y hasta pronto.
Gracias y hasta pronto.
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Respuesta de xipi
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Los acumuladores de calor se instalan en las habitaciones de uso diurno y mayores necesidades de calefacción (salón, comedor, estar, vestíbulo, etc.); en el resto de la vivienda (dormitorios, cocina y cuartos de baño) se instalan convectores o cualquier otro tipo de aparato directo.
Este sistema mixto es recomendable y aplicable tanto para viviendas nuevas como para las ya existentes, así como en locales del sector terciario.
Acumuladores de calor
Son aparatos que tienen como misión el almacenamiento de calor durante la noche, en un máximo de ocho horas (valle), y una restitución del mismo a lo largo del día, a medida que las necesidades de calefacción lo requieran.
Los acumuladores de calor tienen una gran difusión en los países de la Unión Europea por el confort y economía que proporciona su utilización.
Estos aparatos están principalmente constituidos por:
Núcleo acumulador. Consiste en un conjunto de ladrillos refractarios de gran capacidad de almacenamiento de calor. La temperatura del núcleo, al final del periodo de carga, puede llegar a los 600-700 ºC.
Resistencias eléctricas inmersas en el núcleo acumulador, que calientan el mismo, de la forma más uniforme posible, hasta la temperatura indicada. Estas resistencias son generalmente de tipo blindado.
Aislamiento térmico. Conserva el calor acumulado en el núcleo y, al mismo tiempo, impide que las temperaturas superficiales del aparato sobrepasen las permitidas por la normativa (máximo 90 deg.C).
Sistemas de seguridad y control, para asegurar que la carga y descarga de calor se realizan en óptimas condiciones. El sistema de seguridad incluye un limitador térmico que impide sobrepasar la temperatura máxima del núcleo.
En el mercado se distinguen dos tipos principales de acumuladores: estáticos y dinámicos.
Estáticos
Disponen de una entrada de aire por la parte inferior y una rejilla de salida por la parte superior, de forma que el aire de la habitación puede circular a través del núcleo y calentarse a su paso por el mismo.
El sistema de regulación de carga puede ser manual o automático. El sistema manual lo incorporan todos los aparatos; el automático es opcional en algunos modelos y ajusta el nivel de carga en función de la temperatura interior de la habitación durante la noche.
La descarga de calor se realiza principalmente por radiación desde la superficie del aparato y, en menor medida, por la circulación del aire a través del núcleo. La salida de aire se regula variando, manual o automáticamente, la posición de una compuerta o aleta de regulación.
Los acumuladores estáticos presentan ventajas frente a los dinámicos en cuanto a precio y sencillez de instalación. Su utilización más adecuada es en habitaciones con necesidades permanentes de calefacción y sin aportaciones gratuitas de calor importantes.
La gama de potencias incluye modelos desde 0,7 a 3,5 kW
Dinámicos
En estos aparatos, a diferencia del caso anterior, el aire circula a través del núcleo acumulador forzado por medio de un ventilador, y se impulsa a la habitación por una rejilla de salida situada en la parte inferior.
El sistema de regulación de carga puede ser también manual o automático. El sistema manual está incorporado en el propio aparato; el automático requiere instalar una centralita de carga con sonda exterior que, según la temperatura exterior durante la noche y el calor residual del núcleo, determina la cantidad de calor a almacenar para el día siguiente, lo que redunda en un mayor aprovechamiento energético.
La descarga de calor se debe mayoritariamente al aire impulsado por el ventilador. Un termostato de ambiente regula la temperatura de la habitación y controla el funcionamiento del ventilador, el cual permanece en marcha hasta que la habitación alcanza la temperatura seleccionada en el termostato, se detiene en ese momento y está parado mientras se mantienen las condiciones interiores de confort.
Estos aparatos, de forma opcional y para días muy fríos, pueden incorporar unas resistencias eléctricas de apoyo a la salida del aire de descarga.
Los acumuladores dinámicos disponen de una mejor regulación de descarga que los estáticos, por lo que su instalación es más aconsejable en aquellas dependencias donde se desee una regulación de temperatura más fina o una restitución más rápida de calor.
La gama de potencias es muy amplia y comprende aparatos entre 1,5 y 8 kW.
Con independencia del tipo de acumulador, es necesario programar la carga del aparato durante la noche. La programación puede hacerse con la ayuda de cualquiera de estos dos elementos:
El reloj conmutador de Tarifa Nocturna, asociado al contador eléctrico.
Un programador horario privado, situado en la vivienda o local del cliente.
Esta programación marca el inicio y el final del periodo nocturno; es decir, autoriza la carga de los acumuladores únicamente en las 8 horas valle. La conexión y la desconexión del circuito de alimentación de los aparatos, se hacen de forma automática mediante un contactor (cuando hay varios circuitos, suele utilizarse un contactor para cada uno de ellos).
Convectores
Estos aparatos disponen de una resistencia eléctrica situada en la parte inferior, por donde se produce la entrada de aire. En contacto con la resistencia, el aire se calienta y se pone por sí solo en circulación, cediendo su calor a la habitación.
Los convectores están especialmente diseñados para que el movimiento natural del aire sea acelerado; de esta forma, se produce un tiro análogo al de una chimenea. A la salida del aparato el aire es dirigido mediante una rejilla, cuya función es mejorar la distribución del calor por la habitación.
La regulación de la temperatura interior se asegura mediante un termostato, convencional o electrónico, incorporado generalmente en el aparato.
De acuerdo con la normativa, la temperatura superficial del convector durante su funcionamiento no puede superar en ningún punto accesible los 90 ºC. En los modelos de mayor calidad esta temperatura suele ser de 70 ºC.
Se recomienda situar los aparatos debajo de las ventanas y a una altura de 10 a 20 cm del suelo.
La gama de potencias es una de las más amplias del mercado de aparatos de calefacción; existen modelos desde 300 a 2.500 W.
En este sistema mixto, es interesante mantener conectados los convectores en el periodo nocturno, para evitar un enfriamiento de la vivienda o local durante la noche y reducir el consumo de calefacción del día siguiente.
Para facilitar el manejo de la calefacción y mejorar la comodidad de utilización, conviene realizar la instalación eléctrica con circuitos independientes para los acumuladores y los convectores.
El número de circuitos de calefacción dependerá de la potencia de los aparatos instalados. Para una vivienda de tamaño normal, situada en un edificio colectivo, generalmente se emplean 1 ó 2 circuitos para los acumuladores y 1 circuito para los convectores.
Los circuitos de calefacción, al igual que los destinados a otros usos, deben estar protegidos, preferentemente, con interruptores automáticos.
Con carácter general, para garantizar la seguridad en la utilización de todos los equipos eléctricos, tanto los de calefacción como los de otros usos, la instalación de la vivienda o local debe incorporar un interruptor diferencial.
Este sistema mixto es recomendable y aplicable tanto para viviendas nuevas como para las ya existentes, así como en locales del sector terciario.
Acumuladores de calor
Son aparatos que tienen como misión el almacenamiento de calor durante la noche, en un máximo de ocho horas (valle), y una restitución del mismo a lo largo del día, a medida que las necesidades de calefacción lo requieran.
Los acumuladores de calor tienen una gran difusión en los países de la Unión Europea por el confort y economía que proporciona su utilización.
Estos aparatos están principalmente constituidos por:
Núcleo acumulador. Consiste en un conjunto de ladrillos refractarios de gran capacidad de almacenamiento de calor. La temperatura del núcleo, al final del periodo de carga, puede llegar a los 600-700 ºC.
Resistencias eléctricas inmersas en el núcleo acumulador, que calientan el mismo, de la forma más uniforme posible, hasta la temperatura indicada. Estas resistencias son generalmente de tipo blindado.
Aislamiento térmico. Conserva el calor acumulado en el núcleo y, al mismo tiempo, impide que las temperaturas superficiales del aparato sobrepasen las permitidas por la normativa (máximo 90 deg.C).
Sistemas de seguridad y control, para asegurar que la carga y descarga de calor se realizan en óptimas condiciones. El sistema de seguridad incluye un limitador térmico que impide sobrepasar la temperatura máxima del núcleo.
En el mercado se distinguen dos tipos principales de acumuladores: estáticos y dinámicos.
Estáticos
Disponen de una entrada de aire por la parte inferior y una rejilla de salida por la parte superior, de forma que el aire de la habitación puede circular a través del núcleo y calentarse a su paso por el mismo.
El sistema de regulación de carga puede ser manual o automático. El sistema manual lo incorporan todos los aparatos; el automático es opcional en algunos modelos y ajusta el nivel de carga en función de la temperatura interior de la habitación durante la noche.
La descarga de calor se realiza principalmente por radiación desde la superficie del aparato y, en menor medida, por la circulación del aire a través del núcleo. La salida de aire se regula variando, manual o automáticamente, la posición de una compuerta o aleta de regulación.
Los acumuladores estáticos presentan ventajas frente a los dinámicos en cuanto a precio y sencillez de instalación. Su utilización más adecuada es en habitaciones con necesidades permanentes de calefacción y sin aportaciones gratuitas de calor importantes.
La gama de potencias incluye modelos desde 0,7 a 3,5 kW
Dinámicos
En estos aparatos, a diferencia del caso anterior, el aire circula a través del núcleo acumulador forzado por medio de un ventilador, y se impulsa a la habitación por una rejilla de salida situada en la parte inferior.
El sistema de regulación de carga puede ser también manual o automático. El sistema manual está incorporado en el propio aparato; el automático requiere instalar una centralita de carga con sonda exterior que, según la temperatura exterior durante la noche y el calor residual del núcleo, determina la cantidad de calor a almacenar para el día siguiente, lo que redunda en un mayor aprovechamiento energético.
La descarga de calor se debe mayoritariamente al aire impulsado por el ventilador. Un termostato de ambiente regula la temperatura de la habitación y controla el funcionamiento del ventilador, el cual permanece en marcha hasta que la habitación alcanza la temperatura seleccionada en el termostato, se detiene en ese momento y está parado mientras se mantienen las condiciones interiores de confort.
Estos aparatos, de forma opcional y para días muy fríos, pueden incorporar unas resistencias eléctricas de apoyo a la salida del aire de descarga.
Los acumuladores dinámicos disponen de una mejor regulación de descarga que los estáticos, por lo que su instalación es más aconsejable en aquellas dependencias donde se desee una regulación de temperatura más fina o una restitución más rápida de calor.
La gama de potencias es muy amplia y comprende aparatos entre 1,5 y 8 kW.
Con independencia del tipo de acumulador, es necesario programar la carga del aparato durante la noche. La programación puede hacerse con la ayuda de cualquiera de estos dos elementos:
El reloj conmutador de Tarifa Nocturna, asociado al contador eléctrico.
Un programador horario privado, situado en la vivienda o local del cliente.
Esta programación marca el inicio y el final del periodo nocturno; es decir, autoriza la carga de los acumuladores únicamente en las 8 horas valle. La conexión y la desconexión del circuito de alimentación de los aparatos, se hacen de forma automática mediante un contactor (cuando hay varios circuitos, suele utilizarse un contactor para cada uno de ellos).
Convectores
Estos aparatos disponen de una resistencia eléctrica situada en la parte inferior, por donde se produce la entrada de aire. En contacto con la resistencia, el aire se calienta y se pone por sí solo en circulación, cediendo su calor a la habitación.
Los convectores están especialmente diseñados para que el movimiento natural del aire sea acelerado; de esta forma, se produce un tiro análogo al de una chimenea. A la salida del aparato el aire es dirigido mediante una rejilla, cuya función es mejorar la distribución del calor por la habitación.
La regulación de la temperatura interior se asegura mediante un termostato, convencional o electrónico, incorporado generalmente en el aparato.
De acuerdo con la normativa, la temperatura superficial del convector durante su funcionamiento no puede superar en ningún punto accesible los 90 ºC. En los modelos de mayor calidad esta temperatura suele ser de 70 ºC.
Se recomienda situar los aparatos debajo de las ventanas y a una altura de 10 a 20 cm del suelo.
La gama de potencias es una de las más amplias del mercado de aparatos de calefacción; existen modelos desde 300 a 2.500 W.
En este sistema mixto, es interesante mantener conectados los convectores en el periodo nocturno, para evitar un enfriamiento de la vivienda o local durante la noche y reducir el consumo de calefacción del día siguiente.
Para facilitar el manejo de la calefacción y mejorar la comodidad de utilización, conviene realizar la instalación eléctrica con circuitos independientes para los acumuladores y los convectores.
El número de circuitos de calefacción dependerá de la potencia de los aparatos instalados. Para una vivienda de tamaño normal, situada en un edificio colectivo, generalmente se emplean 1 ó 2 circuitos para los acumuladores y 1 circuito para los convectores.
Los circuitos de calefacción, al igual que los destinados a otros usos, deben estar protegidos, preferentemente, con interruptores automáticos.
Con carácter general, para garantizar la seguridad en la utilización de todos los equipos eléctricos, tanto los de calefacción como los de otros usos, la instalación de la vivienda o local debe incorporar un interruptor diferencial.
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