Salud Publica

La incidencia de tumores en los animales sacrificados en matadero es bajísima. Hay que tener en cuenta que, al menos en España, los porcinos se sacrifican hacia los 6 meses de edad y los ovinos frecuentemente antes. En otras palabras, apenas tienen tiempo de exponerse a agentes cancerígenos y desarrollar el proceso. En el caso del ganado vacuno, sí que se sacrifican animales de más edad (especialmente, vacas lecheras, en ocasiones con más de 20 años). Pero ni siquiera en vacas de este tipo es frecuente obserar tumoraciones, si exceptuamos un tumor sanguíneo, la Leucosis Enzoótica Bovina, que está producida por un retrovirus. En la Unión Europea esta enfermedad está sometida a erradicación, y periódicamente se realizan pruebas de detección. Los animales positivos se sacrifican y se estima que en el 80% sufren una linfocitosis persistente, que evoluciona a verdaderos tumores (en ganglios, bazo, etc.) en apenas un 5% de los casos. En resumidas cuentas, que es bastante difícil ver tumores en matadero: puedo asegurártelo porque en los últimos años he podido inspeccionar más de 50.000 bovinos y un número algo menor de porcinos (en ovino mi experiencia es menor) y a duras penas recuerdo algún caso.