Tienes dos opciones, sufrir de alucinaciones como tantos iluminados; de tanto comerte la cabeza; dejarte llevar por el engaño provocado por ciertos prestidigitadores de las artes marciales que ponen truco y otras brutalidad, o mezcla de ambas cosas deseosos de impresionar al publico circundante o bien usar el sentido común. En artes marciales hemos oído decir muchas veces, que todo es mente; pero no es cierto; en artes marciales no se puede pasar por la mente sin pasar por el cuerpo, sin experimentar física mental y emocionalmente la lucha, el esfuerzo, el dolor y para eso esta el entrenamiento en las técnicas de artes marciales; para doblegar el cuerpo a través de la voluntad de la mente. Hasta provocar un cuerpo resistente, duro, flexible a su modo; y una mente inquebrantable, al dolor, al sufrimiento, a la duda ante la vida o lo que pueda acontecer. Así con esta preparación el verdadero maestro espera toda su vida, lo que pueda venir; tranquilo, de que sera lo preciso, cuando lo que es se presente. La vida, da el poder necesario para que ese Chi, o Ki fluya cuando la situación lo requiera si nos hemos preparado convenientemente. La energía interna necesita un cuerpo fuerte para que la resista, para que no sea estrés, asma, incoherencia, hay que prepararse para el momento con todo lujo de detalles física, técnica, mental y emocionalmente para que el ki fluya por ese cuerpo relajado; el ki puede quedar bloqueado en los músculos, cuando lo usamos o pensamos en términos de fuerza. El ki fluye en la madre que ve perder un hijo, en el hombre que sufre por la injusticia, es física, química, matemáticas cuando sumas todos los vectores; la medicina y la psicología saben mucho hoy día sobre ello y las paraciencias. Pero el que más sabe sobre Chí es el hombre que ha vivido, se ha preparado, ha sufrido y ha luchado.