Prueba de aptitud académica

Es importante notar que cada persona aprende de manera diferente y, por tanto, no se puede definir una única metodología de estudio, pero sí puedo decirte algunas cosas que he aprendido de mi experiencia como estudiante.
1. Disposición para el estudio
Todos tenemos alguna motivación a la hora de estudiar. Frecuentemente está relacionada con el miedo a suspender un examen importante o, de forma general, a no satisfacer unas expectativas determinadas. Es cierto que algunas personas trabajan bien bajo presión, pero el cerebro suele funcionar mejor cuando el esfuerzo conduce a unos resultados positivos, proporcionales e inmediatos. Por tanto, a modo de consejo elijo una frase de Einstein: «Nunca consideres el estudio como una obligación sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber».
2. CONCENTRACIÓN
Una primera condición para concentrarse es la relajación, que se alcanza con una respiración profunda, lenta y regular y distendiendo todos los músculos del cuerpo, evitando cualquier movimiento innecesario durante el estudio. Además, la concentración es óptima cuando la tarea que se está realizando es prioritaria, así que debes resolver cualquier asunto que demande tu atención antes de sentarte a estudiar.
3. Algunos consejos para el estudio
Se aprovechan las horas de estudio cuando se comprende lo que se lee. La comprensión lectora depende de muchos factores y pone en juego muchas áreas diferentes de nuestro cerebro, que deben utilizarse de manera armónica. Cada una de esas áreas tiene una tarea específica y se corresponde con alguno de los siguientes procesos:
i) Captar las ideas principales y secundarias de un texto. Por poner un ejemplo, eso es lo que se hace al leer el enunciado de un problema matemático: "Luis es empresario y ha comprado una camioneta por 12.300 ?". No te interesa saber que el sujeto se llama Luis o que es empresario; ni siquiera que lo que se ha comprado es una camioneta y se ha pagado en euros. Lo único importante es que se ha hecho una compra por valor de 12.300 unidades monetarias.
Ii) Jerarquizar. Después de localizar las ideas más importantes, algunas personas recurren al subrayado para destacar determinadas frases representativas de esos conceptos, con el fin de formarse una idea global de todo el texto. Así, cada concepto se desglosa en términos más específicos y de menor importancia, que es lo que se denomina jerarquizar la información. Los mapas conceptuales y los esquemas sirven de apoyo para comprender lo leído.
Iii) Ordenar. Los conceptos de igual importancia se relacionan entre sí a través de las ideas secundarias, que aportan argumentos y sirven para explicar la información. Es útil ordenar y numerar las ideas para poder relacionarlas adecuadamente. Además, el resumen y los mapas mentales son técnicas que permiten visualizar mejor estas asociaciones, que no deben concentrarse exclusivamente en el texto sino ampliarse a los conocimientos previos de ésa y otras materias.
Iv) Hacer deducciones, extraer conclusiones. Sabemos más cosas de las que creemos. Podemos asociar pequeñas unidades de información para sacar a la luz otros datos que no conocíamos conscientemente. Es la mejor manera de ampliar la información y, como tal, influye positivamente a la hora de retener lo aprendido. Razonar es la mejor manera de recordar algo a largo plazo.
v) Generalizar, extrapolar. Es muy importante saber aplicar lo que sabemos, en todos los ámbitos en los que sea posible. Por poner un ejemplo: debido a su complejidad, en las grandes empresas se hacen valer los principios de especialización y división del trabajo, pero esto no es sólo aplicable a la organización empresarial sino a cualquier sistema complejo, como el propio cerebro, que se divide en muchas regiones que dan cobertura a tareas tan específicas como la visión o el oído, e incluso a los sentimientos como el amor o el miedo.
4. La hora del examen
Es el peor momento: los nervios pueden jugar una mala pasada e impedirnos pensar con claridad, sobre todo cuando no nos sentimos cómodos con un tipo de examen en concreto. Podríamos decir que hay tres clases fundamentales de pruebas:
i) Tipo test. Mi consejo: no te arriesgues. Contesta sólo las que sepas con toda seguridad, a no ser que las preguntas erróneas no te quiten puntos. No pienses "Creo que es ésta, a ver si cuela". Te aseguro que no funciona.
Ii) Preguntas cortas. Prima la claridad por encima de todo. En muy pocas palabras debes dejar claro que comprendes la pregunta y conoces la respuesta mejor que nadie. No escribas ni una palabra más que las estrictamente necesarias.
Iii) Desarrollo. Para mí personalmente es el más difícil. Exámenes de desarrollar son los de Historia o Filosofía, por ejemplo. Hay principalmente dos subtipos de exámenes de desarrollo: los que suelen denominarse "de letras" y los de tipo matemático.
Iii. i) Los de la primera subcategoría suelen ser bastante largos, así que conviene estructurarlos adecuadamente, dividiendo cada respuesta en:
a) Introducción, en la que se presenta el contexto y se exponen los antecedentes.
b) Desarrollo, en el que se ponen de manifiesto las ideas más importantes y se relacionan entre sí mediante argumentos.
c) Conclusiones, donde se expresan los resultados de los argumentos.
A su vez, es aconsejable dividir cada una de esas partes en apartados, igual que se haría en un libro de texto. Esto lo hace más fácil de escribir y de leer.
Iii. Ii) La segunda subcategoría comprende los exámenes de Matemáticas, Física, Química, Electrónica,... Generalmente no es necesario dividir las respuestas en apartados, pero es igualmente necesario ordenar y numerar las ideas y argumentar correctamente. Las matemáticas no son sólo fórmulas: también hay que saber expresarse verbalmente y explicar los procedimientos que se siguen hasta llegar a la solución.
Espero que mis consejos te sirvan de ayuda y tengas suerte en tu prueba.