¿Hijo 12 años preadolescente - cambio de colegio?

Nuestro hijo de 12 años (estudia 6º de primaria) parece que ha entrado de lleno en la adolescencia. Contesta a todo de malas formas, protesta continuamente, está todo el tiempo con el messenger, la tele e internet, sin respetar los horarios que intentamos imponerle...
No va mal con los estudios, aunque saca buenas notas es con el mínimo esfuerzo.
En la escuela ha sido siempre un buen chico, pero este trimestre, por primera vez, su tutor nos ha llamado para decirnos que con su grupito de amigos es un no parar, jiji-jaja todo el tiempo, interrumpen la clase, molestan a los demás.
Su grupo de amigos del cole (unos 3, los mejores del mundo, según él) no son malos chicos, pero ni tienen la misma capacidad de estudios (2 son repetidores), ni su entorno familiar les ayuda, pobres.
Creemos que su mal comportamiento se debe a que ha congeniado con estos chicos, y no con los que en su clase son más "formales".
En definitiva, hemos pensado que un cambio de aires le iría bien, y hemos pensado cambiarlo de cole para que 1º de ESO lo empiece en otro instituto que conocemos porque los chicos salen muy bien preparados. Varios conocidos llevan a sus hijos allí y están encantados.
Pero al decirle la decisión que hemos tomado, esto ha sido la guerra. Gritos, patadas, insultos, lloros,... Un drama. Dice que a partir de ahora lo suspenderá todo, que ya no quiere saber de nosotros, que no queremos que sea feliz, que quiere morirse... Para echarse a llorar.
El tema es que el cole actual no es malo, el profesorado es bueno, las instalaciones fantásticas (no tanto en el nuevo).
En fin, que no sabemos si con el cambio será peor el remedio que la enfermedad y no queremos que nuestro hijo sea un amargado con 13 años.

3 Respuestas

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Me gustaria que la persona jbravoq7 comentara qué decisión tomó al final y si fue acertada.

Mi hijo tiene 13 años y estoy en la misma situación. Solo que este curso que entra hará 2 ESO. A una semana de empezar las clases me han llamado de un centro privado diciéndome que tiene plaza. La solicité cuando el curso pasado en la 2 evaluacion la situación se complicaba: mala conducta, mentiras, bajada de calificaciones de sobresalientes a suspensos, compañias que no son adecuadas, etc. Este verano ha estado tranquilo. No ha visto a sus amigos. Las notas al final fueron buenas pero a base de amenazas y gritos. Pero ahora me surge la duda si csmbiarle de instituto al colegio privado para que no se junte con esos niños de nuevo y aprenda que al colegio se va a estudiar y no de fiesta. Ahora no me habla, llora continuamente, es inteligente y no sé si es chantaje emocional. ¿Qué hago? Necesito

Necesito adoptar la mejor decisión para su bien y el bienestar de la familia.

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Tu hijo está en una edad que ni él mismo sabe que hacer con su vida, hoy en día los adolescentes sufren mucho por la forma en que la sociedad competitiva de hoy en día les ha puesto una carga demasiado fuerte para asumirla así de golpe, ahora tengo estos años y ya tengo que pensar en la carrera, el futuro trabajo etc, y no están preparados.
Cuando un adolescente se junta con chicos o chicas de su edad que no estudian, están gritando ! Ayudame no se que hacer conmigo mismo!, si le reñís mucho o no lo escucháis va a ir a peor.
Cambiarlo de colegio no es buena idea, ya que el chico se va a sentir marginado y como si hubiera hecho al go muy grave, por l oque en el nuevo colegio, va a aumentar la conducta negativa, y tienes el peligro que se junte con gente muy marginal solo como protesta, además os va a culpar y os vais a meter un infierno en casa.
Tenéis que hablar con vuestro hijo, que pueda explicaros como se siente, que le pasa, hablar, dialogar, no le chilléis no sirve de nada.
Un abrazo
Gracias por tu respuesta.
¿Quién nos dice que si lo dejamos en el mismo colegio, con los mismos compañeros, el año que viene no va a seguir con la misma actitud, o incluso ir a peor?
De su clase, 2 compañeros más pasan a este nuevo instituto. (De los mejores de su clase).
La verdad es que el nos ha dicho que ve como un castigo por no haberse portado bien, pero intentamos hacerle comprender que en este insti estará mejor y rendirá mejor. El contesta que lo que quiere es ser feliz y jugar al fútbol con sus amigos.
Si lo dejamos, ¿habrá ganado una batalla y nos toreará de forma que cuando tenga 16 sea incontrolable? Si lo cambiamos ¿nos odiará el resto de su vida?
Estamos hechos un lío.
Entiendo perfectamente el lio que os hacéis, intentaré responderos por partes :
A ver primero de todo es muy importante que sepáis que el cortex cerebral no termina de formarse del todo hasta los 25 años, por l oque tenéis que entender que vuestro hijo no ve las cosas ni las entiende igual como vosotros.
Claro que se corre el peligro de que el año siguiente pueda estar igual o peor pero si este año lo dais por perdido, el sentirá lo mismo que este año ya está perdido y que ya puede hacer lo que quiera, total piensa él ya me van a sacar del colegio, pues a la porra, no pienso abrir un libro. Sel oque piensa porque me traen a la consulta muchos chicas y chicos de su edad, y cuando me explican lo que sienten y piensan, te das cuenta que son unos unos niños pequeños con responsabilidades que les viene grande.
Cuando un chico de esta edad empieza a cambiar de conducta como le ha pasado al vuestro, hay que saber el porqué, que es lo que siente que es lo que le amarga el insti, mirad, por experiencia, se que a estas edades, aunque los profesores sean buenos, no tienen capacidad psicológica para manejarlos. No les preguntan como se sienten, literalmente les chillan o castigan, por lo que al chico se le refuerza la actitud negativa hacia los estudios, ellos relacionan los estudios con los malos rollos que puedan tener con los profesores, por l oque de manera muy infantil, no estudian para castigar a los profesores y si en casa se les chilla, castiga, amenaza, por l os estudios, acaban relacionando los estudio como un arma de doble filo, ya que lo que piensan es que, se fastidien los padres o los profesores, que para que van a estudiar si por culpa de los estudios no pueden jugar.
Les es muy difícil no os imagináis cuanto, sufren más de lo que pensáis.
Veo que vosotros estáis viéndolo todo desde vuestra parte adulta, van dos compañeros de clase al nuevo instituto, es mucho mejor para él. Bien correcto para nuestra edad, pero, ¿sabéis si vuestro hijo tiene buenas relaciones con los dos que se van?. ¿Son amigos? ¿Se tiene mania? Si eso fuera así la conducta de vuestro hijo en el nuevo colegio sería de pasota, igual no llamaría la atención pero no abriría ni un libro.
Vuestro hijo os ha dicho algo muy importante, quiere ser feliz, por tanto, no lo es, no es feliz, ¿por qué? ¿Lo sabéis?.
Yo os aconsejo que llevéis a vuestro hijo a un psicólogo, para averiguar que le pasa y poder trabajar su autoestima y volver a tener ganas de estudiar, independientemente de con quien se relacione, ¿y por qué independientemente de con quien se relacioen? Pues porque cuando tenga 16, 17 o 20 años, sepa decir que no a las drogas, porque sepa decir no voy con estos gamberros, etc, pero lo tiene que aprender él, si lo cambiáis de colegio lo único que estáis haciendo es tapar su verdadero problema, por l oque en el nuevo instituto, puede funcionar los primeros meses por vergüenza a l oque dirán sus compañers, pero cuando coja confianza la conducta que tiene ahora reaparecerá y con más fuerza.
Si optáis por dejarle en su colegio actual, no se l oteneis que comunicar como si él hubiera ganado, se l oteneis que cominicar como una nueva oportunidad, le podéis explicar que le vais a dar un voto de confianza, pero que si no cumple, el año que viene lo cambiáis aunque sea a medio curso, para que él no piense que eso es imposible, le dejáis bien claro que aunque sea en un colegio privado, que si durante un año tenéis que gastar dinero l ogastareis, y que cuando vuelva a abrirse la inscripción, l ovolvereis a cambiar al instituto que ahora habáis escogido, No es una cuestión de dejarle hacer lo que le de la gana, es una cuestión, de que él se de cuenta que no os puede tomar el pelo ni ahora ni nunca, pero para ello, tenéis que este año, motivarlo a que estudie, y llevarlo a un psicólogo, para que le ayude, además así también verá que esto no es ningún, yo quiero, tu quieres, nosotros queremos, sino una responsabilidad que tiene que tomar, y una ayuda a entenderlo mejor.
Si sois de Catalunya, si queréis le puedo visitar yo.
También quiero deciros, que cuando he tratado estos casos, los chicos y chicas han dado un giro increíble para los padres, se tiene mucho éxito con estas terapias de pre-adolescentes, y aseguran un fututro en el cual el chico puede manejarse por la vida y sus responsabilidades de forma más efectiva.
La última pregunta vuestra, pues si, no es exactamente odio l oque tiene es que creen que sus padres no les quieren y que les castigan, y ellos inconscientemente, lo viven como una gran desilusión y es cuando lo explican en el nuevo instituto, a los repetidores, o a los rebotados de otro insitituto, y se sienten amaprados, de que él no es el único y entonces se refugian, con los que no estudian y los que tienen mala conducta, total sus padres ya pensan eso de ellos, eso es l oque piensan y sienten.
Bueno espero no haberos liado más de lo que estáis.
Un abrazo
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Lo raro sería que se hubiera mostrado de acuerdo: está, efectivamente, en la Adolescencia, lo que significa que a partir de ahora no va a aceptar ninguna decisión vuestra sobre su futuro en la que él no hay podido cuanto menos opinar, y cuanto más decidir. Así que, a partir de ahora tendréis que convencerle de algunas cosas, mientras que otras podéis y debéis seguiros imponiendo (por ej la hora de llegada a casa, el cumplimiento de las normas domésticas, etc). El caso del colegio creo que es una de esas que no podéis imponer, por lo que os aconsejo que sin mayor dilación (para que él no tenga que seguir usando todas sus armas -"me moriré", "no quiero saber más de vosotros"-), le comuniquéis que habéis reflexionado y decidido hacerle caso en lo del colegio, no tanto por los gritos y los lloros sino porque os habéis dado cuenta de que es lo suficientemente mayor como para que se tenga muy en cuenta su opinión en algo tan importante. Hacerle ver que confiáis en él.
Lo cierto es que, en la adolescencia de los hijos, hay que estar al tanto de discriminar cuándo hay que dar más confianza, más cuerda; y no es fácil hacerlo porque en muchas ocasiones las señales de que debemos dar más confianza y más responsabilidad son justamente conductas que nos hacen desconfiar de ellos; así, justo ahora que le veis que no se ha juntado con los más "adecuados" y que está rebelde y que se porta mal en clase, etc., es cuando debéis darle más confianza, para que no tenga que seguir por ese camino, pues su rebeldía se sale de los estrechos límites, desborda, necesita un camino mayor, como necesita un número más de zapatos.
También conviene en la adolescencia de los hijos, que los padres tengan hablado y decidido los castigos (es decir, la retirada de privilegios: si llegas tarde no tendrás internet mañana, por ej), o una lista de cosas a conseguir, pues serán las consecuencias de cumplir o no con las normas, y las consecuencias deberán estar previstas, no deben dejarse a lo primero que se nos ocurra con el cabreo (y recordemos que para los adolescentes somos ejemplos -o contraejemplos- también de autocontrol o de descontrol).
Las normas, que se harán explícitas y que serán "las justas y necesarias", ni pocas ni muchas, versarán sobre lo típico a esta edad y en esta época: ordenar su cuarto, recoger baño, ayudar en determinadas tareas, estudiar, llamar si se va a llegar tarde, llegar a casa a la hora que le dicen, no faltar el respeto a ninguna persona de la casa (esta sería una norma para todos, y los padres deciden los límites del respeto, teniendo en cuenta lógicamente el mundo en el que viven). Los castigos deberán de ser: posibles (nada de "no vas a tener internet nunca más", que no se lo creen ni ellos), y justos (no desmesurados ni comedidos sino "medidos"), y se cumplirán siempre o casi siempre.
Creo que con estas buenas armas, en el sentido más constructivo del término, su sabio y constante uso, y mucho amor, se puede sobrevivir a la adolescencia de los hijos, sentando las bases en cuanto se inicia.

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