Busco consejo sobre el dolor y sangrado de la vagina al mantener relaciones sexuales
Hace 3 meses me case y nunca había tenido relaciones y ahora que quiero no puedo a la hora de que mi pareja me intenta penetrar me duele demasiado hay veces que me llega a sangrar la vagina pero no puedo soportar el dolor es demasiado no se que hacer me desespera no poder tener relaciones por ese dolor. ¿Algún consejo?
La cosa no es grave siempre y cuándo, el amor y la compenetración, entre ambos sea la adecuada. No me indica, ni la edad, de Vd. y de su marido, ni los motivos, por los cuales no tuvo con anterioridad relaciones sexuales, si los motivos fueron religiosos y cual es la religión, su nacionalidad y el grado o nivel cultural, etc. etc. Intentaré, no obstante, tratar de ayudarla desde la distancia, en el bien entendido que, si no logramos, de una forma razonable, la penetración, sin dolor, precisará acudir tanto Vd., como su pareja, a un psicólogo especializado en temas sexuales, para establecer una terapia específica, es necesario saber que la terapia deben seguirlos los dos y no hay alternativa, no sirve que solo sea uno de los dos, el que vaya. Esta patología, más frecuente de lo que Vd. se imagina, se denomina: "dispareunia" y, en general, está producido por un temor exacerbado a la penetración, por haber recibido informaciones falsas de que, la penetración es dolorosa, debe sangrar la vagina y hasta un tiempo largo después del inicio de las relaciones, estas no dan placer e incluso, se reducen a un simple cumplir con la obligación del débito conyugal, como un sacrificio más impuesto por el hecho de estar casada, hasta el punto de que es preferible, que el marido se desahogue por ahí y que, a la esposa, la tenga tranquila en la casa, como ama de casa, de llaves y del patrimonio familiar. Aunque no lo crea, eso ha sido así, en muchos casos. Es preciso, que la pareja se tranquilice, que ambos hablen serenamente del problema, que afecta a ambos y, con pausa y sin prisas, empiecen una terapia sexual, en que vayan conociéndose poco a poco y viéndose desnudos, ambos, y reconociéndose, de tal modo que, es necesario que la pareja esté en la cama con la luz encendida, acariciándose y sintiendo las vibraciones que la relación sexual provoca. Eso les permitirá conocer que ambos sufren transformaciones, al hombre, el pene, se le pone duro y turgente y la mujer empieza a lubricar la vulva y vagina, de tal modo que con esta lubricación, la penetración es más fácil. La penetración debe realizarse con suavidad, en estos casos, se propone que sea la mujer la que, poniéndose sobre el hombre vaya introduciéndose el miembro viril en la vagina, poco a poco, sin forzar excesivamente la penetración así, como es ella la que controla la penetración, evita el temor del daño y se logra ésta. No sirve el uso de artefactos dilatadores, pues lo que es necesario, no es la dilatación de la vagina, que puede como queda dicho, albergar el pene sobradamente, si no que no se produzca el espasmo vaginal. Es necesario conocer que, la vagina debe adaptarse a albergar el pene, cualquiera que sea el tamaño de éste, pues cualquier tamaño cabe, el de la cabeza de los fetos es mayor y pasa, siempre y cuándo, no se produzca, en la penetración, un espasmo de la musculatura vaginal. Intentar penetrarla, sin contar con el factor miedo, es exacerbar éste y que la vagina se contraiga, imposibilitando la penetración. Pensar que la violencia puede resolver el problema es equivocarse y agravarlo. Así pues como digo, es necesario intentarlo con la mujer sobre el marido y, poco a poco, ir penetrándose, hasta lograrlo. La rotura del himen puede ser sangrante o no, si sangra debe suspenderse la penetración para el día siguiente en que será más fácil y repetir el intento, con la misma calma y suavidad, hay más días para luego una vez conseguido disfrutar. Lograda la penetración, ya sin dolor o con mínimas molestias, se pueden empezar los movimientos copulativos, con suavidad, para adaptar la vagina al nuevo contenido. Esto, en más o menos, una semana o quince d