Virgen
Hola:
Te escribo para que me cuentes tu primera experiencia sexual con mujeres porque tengo 17 años y soy virgen. Pienso debutar con una prostituta amiga y no quiero cometer ningún error. Por favor contame todos los pasos a seguir soy muy vergonzoso, cuanto tiempo me va a llevar y todos los detalles.
Desde ya muchas gracias. Un abrazo.
Te escribo para que me cuentes tu primera experiencia sexual con mujeres porque tengo 17 años y soy virgen. Pienso debutar con una prostituta amiga y no quiero cometer ningún error. Por favor contame todos los pasos a seguir soy muy vergonzoso, cuanto tiempo me va a llevar y todos los detalles.
Desde ya muchas gracias. Un abrazo.
1 respuesta
Respuesta de drsexo
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drsexo, Todo lo que se, lo aprendi durante mi vida, ella me dio la...
La primera vez
La curiosidad y el miedo por experimentar la primera relación sexual es algo de lo más normal.
La curiosidad por saber todo sobre el sexo y cómo será la primera vez, son la preguntas más recurrentes de los jóvenes hoy en día, no importa si están preparados o no, la cuestión es saber más acerca de este tema para llevarlo a cabo.
Miedo al dolor y curiosidad
Parece que, cuanto más se sabe sobre sexo, más miedo se tiene a esta primera vez. Las preguntas de las chicas se centran especialmente en el dolor, mientras que las de los chicos en la curiosidad sobre la virginidad.
La pregunta de los chicos se centran en la virginidad de su pareja, si será su primera vez o ya habrá tenido esa experiencia anteriormente. Tal vez por que el machismo muy dentro de ellos les pide que la chica a la cual ellos deberán entregarse debe ser igual a ellos. O tal vez el miedo a no cumplir con las expectativas de una mujer que ya está más relacionada con el sexo.
Y eso que las cosas han cambiado enormemente en pocos años. Hace unos años, la mayoría de las mujeres mentían diciendo que "esa vez" era la primera, pero ahora mienten diciendo que "esta vez" no es la primera.
Parece que la cultura, en estas cosas como en muchas otras, impone sus normas, y si una chica llega a los veinte años sin haber tenido su primera experiencia sexual, empieza a pensar de sí misma que es un bicho raro.
Muchas de estas chicas no han tenido relaciones sexuales completas no porque no hayan tenido ocasión, sino porque el miedo al dolor de ese primer momento las hace huir de las relaciones o de los compromisos.
Para muchos hombres, la primera vez también es vivida con ansiedad, es como una revalida de su hombría y su bien hacer. El dolor físico no está presente, pero el terror al "gatillazo" les puede provocar la temida pérdida de erección.
¿Estas enamorada?
Hay que tener en cuenta...
Lo primero, y más importante, es que las relaciones sexuales no son obligatorias y que la única razón para hacerlas es el placer y ninguna otra.
Da lo mismo si se tienen catorce años o treinta, la edad para perder la virginidad ha de elegirla cada uno con sumo cuidado.
La primera vez de cualquier cosa queda grabada en nuestra memoria y, por eso, merece la pena darle la importancia necesaria para que se convierta en un recuerdo inolvidable.
El himen
El himen no es más que una telilla con escaso riego sanguíneo y sin terminaciones nerviosas que se halla en la entrada de la vagina. Los científicos no se ponen de acuerdo sobre su función.
Para unos, protege la entrada de la vagina de las niñas hasta la primera regla, cuando la vagina ya ha desarrollado suficientes mecanismos de defensa. Por eso, a partir de este momento, se hace innecesario y va desapareciendo, de tal manera que en mujeres de más de veinte años ya sólo quedan vestigios sin riego sanguíneo alguno.
De aquí podemos deducir que muchas mujeres que tienen sus primeras experiencias de penetración a partir de los veinte años, no sangran.
Para otros, el himen humano es un resto arcaico del himen de la mayoría de las hembras de los primates, a las que se les regenera el himen después de cada parto, volviéndose rígido e impenetrable.
Por ellos, estas hembras sólo admiten el pene en la vagina cuando están en celo, es decir, cuando están ovulando, cosa que no nos pasa a las hembras humanas, que podemos admitir el pene en la vagina en cualquier momento del ciclo, incluido el tiempo del embarazo.
Posibles problemas en el pene
Los chicos no tienen nada equivalente al himen, no hay nada que indique si son o no son vírgenes, pero algunos tienen la piel que recubre el glande tan estrecha que éste no emerge cómodamente cuando el pene esta en erección.
A este problema se le llama fimosis, y los chicos que lo tienen deben resolverlo antes de pensar en relaciones sexuales completas. La solución es muy sencilla y se llama circuncisión, es decir, "corte en redondo", ya que con un corte en redondo se retira el prepucio, que así es como se llama esa gruesa piel que cubre el glande.
Algunos chicos no tienen el orificio del prepucio estrecho, sino que el frenillo (un trocito de piel que une prepucio y glande) es muy corto y no le permite que baje correctamente.
La solución es también muy fácil: un cortecito separa y alarga el espacio del frenillo y, si no se hace así, la primera vez posiblemente suceda un doloroso accidente que, por la cantidad de sangre que tiene el pene en erección, puede ser muy espectacular, aunque en realidad no tiene ninguna importancia.
Sexo seguro y en confianza
Antes de la primera vez, es importante buscar un buen método anticonceptivo. Según las estadísticas más recientes de la Unión Europea, los jóvenes españoles son los que más embarazos no deseados tienen y los que se enfrentan a las primeras relaciones sexuales más "a pelo".
Al parecer, esto tiene que ver con el concepto de sexo que tienen los jóvenes españoles, como algo que sigue siendo prohibido y peligroso, por lo que las primeras relaciones se tienen bajo la influencia del alcohol o de las drogas, que desinhiben pero que no permiten planificar.
También es muy importante elegir la persona con la que se van a tener las relaciones. Es preferible que sea alguien con el que se tiene confianza, que se conoce de algún tiempo, con el que ya se han tendido escarceo de todo tipo y que garantice la comprensión y el afecto necesarios como para no molestarse si las cosas no acaban como se esperaba.
Tanto los chicos como las chicas necesitan comprensión y cariño y, sobre todo, risas y sentido del humor.
Cuando llega el momento...
Busca un lugar cómodo, seguro y bonito. Merece la pera ahorrar un poco y buscar un lugar bonito, romántico y con encanto. Nada de habitaciones en moteles, asiento de atrás del coche, servicios de una discoteca, o casa de tus padres con ellos a punto de llegar, etc.
Estos lugares son los que ocupan los primeros puestos en la encuesta sobre conductas sexuales entre adolescentes.
Dispón de las cosas de mutuo acuerdo, con fantasía y romanticismo. Es bueno proteger, de posibles pérdidas, la cama con una tolla. Que nuestro espíritu se llene de diversión, desechando cualquier idea de cómo tienen que suceder las cosas.
Dejar que, simplemente, transcurran las cosas, incluso si lo único que haces es estar abrazados sintiendo sus cuerpos, esto es suficiente para que esa primera vez sea divertida.
Y, sobre todo, nunca te sientas frustrado y no pierdas el sentido del humor: la risa es un remedio infalible para que cualquier fracaso se convierta en un éxito. La penetración no duele, pero sí el miedo al dolor, ya que la contractura de los músculos perivaginales se origina cuando el cerebro espera que algo que va a suceder va a ser causa de dolor.
Si él es virgen y ella no
La mayoría de los hombres vírgenes que van a tener su primera relación con una chica que no es virgen, se sienten doblemente ansiosos: primero, por el miedo al desempeño, ya que no están seguros de que su pene vaya a responder como se espera; y segundo, porque tampoco están seguros de sus habilidades. Por tanto, tienen todas las papeletas para un "gatillazo".
Si estás con un chico virgen, procura tranquilizarlo dándole a entender que para ti no es importante la relación sexual, sino él, que no esperas nada de su desempeño puesto que estar con él para ti ya es suficiente.
Procura ser bastante activa y habla de lo mucho que te gusta, de lo magnífico que te parece su pene y de lo bien que se la están pasando. Después de la penetración (aunque ésta haya sido extraordinariamente rápida), muéstrate contenta, feliz y confiada y, si no es así (recuerda una de las frases más celebres del cine, de la película Johnny Guitar: "Miénteme, Johnny, dime que me has querido siempre." ), miéntele. Posiblemente, las siguientes veces sean infinitamente mejores.
Consejos para los dos
Si ella es virgen y él no
La mayoría de los hombres que tienen la oportunidad de ser "el primero", se sienten profundamente orgullosos y felices y deciden hacerlo tan estupendamente bien que ella no pueda olvidar ese momento.
Si piensas así, lo primero que te recomiendo es que antes de la primera vez te entretengas varios días con juegos no coitales en los que ambos consigan el orgasmo, para que tengas la ocasión de aprender cómo llega ella, cuál es su ritmo y cómo le gusta ser acariciada.
No olvides tampoco que todas las mujeres tienen una vena romántica, aunque no lo digan. Por ello, móntatelo bien: un regalo a tiempo, un recuerdo, un lugar romántico, un fin de semana en una hermosa ciudad, una cena en un restaurante con encanto, etc., son unos buenos preliminares que harán que la sesión sea inolvidable, sin importar lo que suceda después.
Reserva una habitación en un lugar con encanto, con la posibilidad de un desayuno en la habitación, y todo en secreto: la sorpresa es un punto.
Llegado el momento, ten a mano dos cosas: unos preservativos con lubricante y un tubo de lubricante vaginal. Entretente en los preliminares con mucha ternura y sin tocar, de momento, ni los genitales ni los senos.
Acaríciale el pelo y los pies, dale un masaje sensorial por espalda y glúteos, y besos y mordisquitos en manos y dedos, etc. Todo lo que sea preciso para que el miedo vaya desapareciendo y sea ella la que demande la penetración.
Llegado el momento, ponte el preservativo y lubrica bien la zona. La mejor postura es la del misionero. Pídele a ella que sea la que haga la introducción y tú abandónate en sus manos. Empuja con fuerza la primera vez y permanece quieto unos segundos. Puede que ella se queje, así que espera. Si te pide que sigas, obedece, pero si te pide que salgas, sal y, sin darle importancia, sigue acariciando y besando, hasta que ella consiga su orgasmo de este modo.
Tal vez necesites varios días para llegar a una penetración completa, pero procura que todas las sesiones acaben con un orgasmo para los dos.
Un orgasmo es un orgasmo
Puede suceder que ella no consiga el orgasmo a través de la penetración. Esto le pasa a la mayoría de las mujeres, así que no te sientas frustrado por ello. Un orgasmo es un orgasmo, y no importa de dónde venga.
Lo importante es que los dos queden satisfechos y, si después o antes de penetrar, ella tiene su orgasmo con tu mano, tu lengua, tu muslo o tu brazo... ¡Qué más da! Lo importante es que habéis disfrutado juntos.
Una advertencia para ellas
Si después de varios intentos de penetración ésta se hace imposible y el miedo o el dolor que sientes es cada vez mayor, puedes empezar a sospechar que tienes un vaginismo o una coitofobia. No lo dejes pasar y consulta lo antes posible con un sexólogo/a.
Una advertencia para ellos
Si después de varios intentos tu pene ha perdido turgencia antes de la penetración y se te hace imposible penetrar, esto quiere decir que la ansiedad anticipatoria es demasiado grande y cada nuevo fracaso la refuerza.
Si no le pones remedio, terminarás por odiar ese momento. Te recomiendo que la próxima vez que lo vayas a intentar, le cuentes a tu chica lo que te pasa y te tomes dos pastillas de Valeriana una hora antes de la relación.
No te empeñes en penetrar, dedícate a otras cosas también muy placenteras y no lo intentes de nuevo, al menos en varios meses. Si no se resuelve, consulta tú también al sexólogo/a.
La curiosidad y el miedo por experimentar la primera relación sexual es algo de lo más normal.
La curiosidad por saber todo sobre el sexo y cómo será la primera vez, son la preguntas más recurrentes de los jóvenes hoy en día, no importa si están preparados o no, la cuestión es saber más acerca de este tema para llevarlo a cabo.
Miedo al dolor y curiosidad
Parece que, cuanto más se sabe sobre sexo, más miedo se tiene a esta primera vez. Las preguntas de las chicas se centran especialmente en el dolor, mientras que las de los chicos en la curiosidad sobre la virginidad.
La pregunta de los chicos se centran en la virginidad de su pareja, si será su primera vez o ya habrá tenido esa experiencia anteriormente. Tal vez por que el machismo muy dentro de ellos les pide que la chica a la cual ellos deberán entregarse debe ser igual a ellos. O tal vez el miedo a no cumplir con las expectativas de una mujer que ya está más relacionada con el sexo.
Y eso que las cosas han cambiado enormemente en pocos años. Hace unos años, la mayoría de las mujeres mentían diciendo que "esa vez" era la primera, pero ahora mienten diciendo que "esta vez" no es la primera.
Parece que la cultura, en estas cosas como en muchas otras, impone sus normas, y si una chica llega a los veinte años sin haber tenido su primera experiencia sexual, empieza a pensar de sí misma que es un bicho raro.
Muchas de estas chicas no han tenido relaciones sexuales completas no porque no hayan tenido ocasión, sino porque el miedo al dolor de ese primer momento las hace huir de las relaciones o de los compromisos.
Para muchos hombres, la primera vez también es vivida con ansiedad, es como una revalida de su hombría y su bien hacer. El dolor físico no está presente, pero el terror al "gatillazo" les puede provocar la temida pérdida de erección.
¿Estas enamorada?
Hay que tener en cuenta...
Lo primero, y más importante, es que las relaciones sexuales no son obligatorias y que la única razón para hacerlas es el placer y ninguna otra.
Da lo mismo si se tienen catorce años o treinta, la edad para perder la virginidad ha de elegirla cada uno con sumo cuidado.
La primera vez de cualquier cosa queda grabada en nuestra memoria y, por eso, merece la pena darle la importancia necesaria para que se convierta en un recuerdo inolvidable.
El himen
El himen no es más que una telilla con escaso riego sanguíneo y sin terminaciones nerviosas que se halla en la entrada de la vagina. Los científicos no se ponen de acuerdo sobre su función.
Para unos, protege la entrada de la vagina de las niñas hasta la primera regla, cuando la vagina ya ha desarrollado suficientes mecanismos de defensa. Por eso, a partir de este momento, se hace innecesario y va desapareciendo, de tal manera que en mujeres de más de veinte años ya sólo quedan vestigios sin riego sanguíneo alguno.
De aquí podemos deducir que muchas mujeres que tienen sus primeras experiencias de penetración a partir de los veinte años, no sangran.
Para otros, el himen humano es un resto arcaico del himen de la mayoría de las hembras de los primates, a las que se les regenera el himen después de cada parto, volviéndose rígido e impenetrable.
Por ellos, estas hembras sólo admiten el pene en la vagina cuando están en celo, es decir, cuando están ovulando, cosa que no nos pasa a las hembras humanas, que podemos admitir el pene en la vagina en cualquier momento del ciclo, incluido el tiempo del embarazo.
Posibles problemas en el pene
Los chicos no tienen nada equivalente al himen, no hay nada que indique si son o no son vírgenes, pero algunos tienen la piel que recubre el glande tan estrecha que éste no emerge cómodamente cuando el pene esta en erección.
A este problema se le llama fimosis, y los chicos que lo tienen deben resolverlo antes de pensar en relaciones sexuales completas. La solución es muy sencilla y se llama circuncisión, es decir, "corte en redondo", ya que con un corte en redondo se retira el prepucio, que así es como se llama esa gruesa piel que cubre el glande.
Algunos chicos no tienen el orificio del prepucio estrecho, sino que el frenillo (un trocito de piel que une prepucio y glande) es muy corto y no le permite que baje correctamente.
La solución es también muy fácil: un cortecito separa y alarga el espacio del frenillo y, si no se hace así, la primera vez posiblemente suceda un doloroso accidente que, por la cantidad de sangre que tiene el pene en erección, puede ser muy espectacular, aunque en realidad no tiene ninguna importancia.
Sexo seguro y en confianza
Antes de la primera vez, es importante buscar un buen método anticonceptivo. Según las estadísticas más recientes de la Unión Europea, los jóvenes españoles son los que más embarazos no deseados tienen y los que se enfrentan a las primeras relaciones sexuales más "a pelo".
Al parecer, esto tiene que ver con el concepto de sexo que tienen los jóvenes españoles, como algo que sigue siendo prohibido y peligroso, por lo que las primeras relaciones se tienen bajo la influencia del alcohol o de las drogas, que desinhiben pero que no permiten planificar.
También es muy importante elegir la persona con la que se van a tener las relaciones. Es preferible que sea alguien con el que se tiene confianza, que se conoce de algún tiempo, con el que ya se han tendido escarceo de todo tipo y que garantice la comprensión y el afecto necesarios como para no molestarse si las cosas no acaban como se esperaba.
Tanto los chicos como las chicas necesitan comprensión y cariño y, sobre todo, risas y sentido del humor.
Cuando llega el momento...
Busca un lugar cómodo, seguro y bonito. Merece la pera ahorrar un poco y buscar un lugar bonito, romántico y con encanto. Nada de habitaciones en moteles, asiento de atrás del coche, servicios de una discoteca, o casa de tus padres con ellos a punto de llegar, etc.
Estos lugares son los que ocupan los primeros puestos en la encuesta sobre conductas sexuales entre adolescentes.
Dispón de las cosas de mutuo acuerdo, con fantasía y romanticismo. Es bueno proteger, de posibles pérdidas, la cama con una tolla. Que nuestro espíritu se llene de diversión, desechando cualquier idea de cómo tienen que suceder las cosas.
Dejar que, simplemente, transcurran las cosas, incluso si lo único que haces es estar abrazados sintiendo sus cuerpos, esto es suficiente para que esa primera vez sea divertida.
Y, sobre todo, nunca te sientas frustrado y no pierdas el sentido del humor: la risa es un remedio infalible para que cualquier fracaso se convierta en un éxito. La penetración no duele, pero sí el miedo al dolor, ya que la contractura de los músculos perivaginales se origina cuando el cerebro espera que algo que va a suceder va a ser causa de dolor.
Si él es virgen y ella no
La mayoría de los hombres vírgenes que van a tener su primera relación con una chica que no es virgen, se sienten doblemente ansiosos: primero, por el miedo al desempeño, ya que no están seguros de que su pene vaya a responder como se espera; y segundo, porque tampoco están seguros de sus habilidades. Por tanto, tienen todas las papeletas para un "gatillazo".
Si estás con un chico virgen, procura tranquilizarlo dándole a entender que para ti no es importante la relación sexual, sino él, que no esperas nada de su desempeño puesto que estar con él para ti ya es suficiente.
Procura ser bastante activa y habla de lo mucho que te gusta, de lo magnífico que te parece su pene y de lo bien que se la están pasando. Después de la penetración (aunque ésta haya sido extraordinariamente rápida), muéstrate contenta, feliz y confiada y, si no es así (recuerda una de las frases más celebres del cine, de la película Johnny Guitar: "Miénteme, Johnny, dime que me has querido siempre." ), miéntele. Posiblemente, las siguientes veces sean infinitamente mejores.
Consejos para los dos
Si ella es virgen y él no
La mayoría de los hombres que tienen la oportunidad de ser "el primero", se sienten profundamente orgullosos y felices y deciden hacerlo tan estupendamente bien que ella no pueda olvidar ese momento.
Si piensas así, lo primero que te recomiendo es que antes de la primera vez te entretengas varios días con juegos no coitales en los que ambos consigan el orgasmo, para que tengas la ocasión de aprender cómo llega ella, cuál es su ritmo y cómo le gusta ser acariciada.
No olvides tampoco que todas las mujeres tienen una vena romántica, aunque no lo digan. Por ello, móntatelo bien: un regalo a tiempo, un recuerdo, un lugar romántico, un fin de semana en una hermosa ciudad, una cena en un restaurante con encanto, etc., son unos buenos preliminares que harán que la sesión sea inolvidable, sin importar lo que suceda después.
Reserva una habitación en un lugar con encanto, con la posibilidad de un desayuno en la habitación, y todo en secreto: la sorpresa es un punto.
Llegado el momento, ten a mano dos cosas: unos preservativos con lubricante y un tubo de lubricante vaginal. Entretente en los preliminares con mucha ternura y sin tocar, de momento, ni los genitales ni los senos.
Acaríciale el pelo y los pies, dale un masaje sensorial por espalda y glúteos, y besos y mordisquitos en manos y dedos, etc. Todo lo que sea preciso para que el miedo vaya desapareciendo y sea ella la que demande la penetración.
Llegado el momento, ponte el preservativo y lubrica bien la zona. La mejor postura es la del misionero. Pídele a ella que sea la que haga la introducción y tú abandónate en sus manos. Empuja con fuerza la primera vez y permanece quieto unos segundos. Puede que ella se queje, así que espera. Si te pide que sigas, obedece, pero si te pide que salgas, sal y, sin darle importancia, sigue acariciando y besando, hasta que ella consiga su orgasmo de este modo.
Tal vez necesites varios días para llegar a una penetración completa, pero procura que todas las sesiones acaben con un orgasmo para los dos.
Un orgasmo es un orgasmo
Puede suceder que ella no consiga el orgasmo a través de la penetración. Esto le pasa a la mayoría de las mujeres, así que no te sientas frustrado por ello. Un orgasmo es un orgasmo, y no importa de dónde venga.
Lo importante es que los dos queden satisfechos y, si después o antes de penetrar, ella tiene su orgasmo con tu mano, tu lengua, tu muslo o tu brazo... ¡Qué más da! Lo importante es que habéis disfrutado juntos.
Una advertencia para ellas
Si después de varios intentos de penetración ésta se hace imposible y el miedo o el dolor que sientes es cada vez mayor, puedes empezar a sospechar que tienes un vaginismo o una coitofobia. No lo dejes pasar y consulta lo antes posible con un sexólogo/a.
Una advertencia para ellos
Si después de varios intentos tu pene ha perdido turgencia antes de la penetración y se te hace imposible penetrar, esto quiere decir que la ansiedad anticipatoria es demasiado grande y cada nuevo fracaso la refuerza.
Si no le pones remedio, terminarás por odiar ese momento. Te recomiendo que la próxima vez que lo vayas a intentar, le cuentes a tu chica lo que te pasa y te tomes dos pastillas de Valeriana una hora antes de la relación.
No te empeñes en penetrar, dedícate a otras cosas también muy placenteras y no lo intentes de nuevo, al menos en varios meses. Si no se resuelve, consulta tú también al sexólogo/a.
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