Tema de debate: ¿Realmente el fin justifica los medios?
Me gustaría saber que opinas tu de eso de: el fin justifica los medios, ¿qué es eso realmente?
1 respuesta
Respuesta de alexolmo
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alexolmo, Licenciado en Filosofía y especializado en filosofías orientales,...
Disculpa jd95, no es mi intención darte problemas. No me ha llegado ningún aviso de Todoexpertos a mi correo electrónico y acabo de ver, por casualidad, tu pregunta en la web ahora mismo. Te responderé lo antes posible, es decir, esta noche, así que no cierres la pregunta. De todos modos... ¡3 días no es tanto tiempo! Las personas trabajan, tienen familia, hacen cosas los fines de semana, se les puede averiar la conexión a internet... ¿no?
Perdone, hasta hora no me ha dado problemas pero hace tiempo hice esta pregunta y no me la ha contestado todavía. Responda lo antes posible por favor.
Perdone, perdone, culpa mía, es que tengo muchos expertos que no me contestan y te he confundido con uno que lleva un mes sin responderme. Lo siento de veras te he confundido con otro experto. De todas maneras gracias, espero pacientemente tu respuesta, como siempre maravillosas. Que te valla bien y perdona de nuevo alexolmo.
Vaya, yo que pensaba que estabas poseído por un ansia irrefrenable de saber filosófico y resulta que me habías confundido con otro... Tranquilo jd95, "Errare humanum est" (errar es cosa humana), como decía el viejo filósofo y orador Cicerón. A mí también me pasa, tanto lo de confundirme, por supuesto, como lo de preguntar a otro experto y que no me respondan. Pero vayamos a lo nuestro:
El fin justifica los medios...
Ésta es una cuestión que, dentro de la filosofía, corresponde al área de la ética. Es un tema fundamental que afecta a nuestra vida cotidiana: relaciones personales, decisiones, actitud ante las cosas... y siempre de actualidad. El primero que lo expresó así tal cual en época moderna fue Maquiavelo, un filósofo italiano renacentista que trató asuntos de filosofía política y, entre otras cosas, recomendó a los gobernantes guiarse por el principio de: "el fin justifica los medios". Esta postura da primacía a la finalidad por encima de los medios empleados para lograrla. Esto presenta dos problemas filosóficos importantes: el primero es que se puede dar, en la práctica, la absurda situación de que para lograr la meta haya que emplear medios que entran en contradicción lógica con el significado de dicha meta. Por ejemplo: usar la violencia para imponer la paz. El fin es la paz, pero desde esta perspectiva los medios escogidos para alcanzarla simplemente han de ser eficaces, no habiendo ningún problema en que resulten contrarios a ella (guerra, represión policial, asesinatos selectivos etc.). El segundo problema es la cosificación del ser humano en gran parte de los casos, es decir, el considerar a los propios seres humanos como cosas, objetos, herramientas, medios para lograr el fin propuesto, sin considerar a la persona como un fin en sí mismo, o sea, un sujeto (no un objeto). Por ejemplo: lamentablemente hay tantos... imaginemos un par de posibles fines que una persona o un grupo de personas pudieran proponerse. Digamos, sin ir más lejos, dinero o poder. Si el fin es el dinero o poder y la filosofía se basa en que "el fin justifica los medios", no habrá inconveniente en que se destruyan hábitats naturales, enfermen poblaciones, se declaren guerras, se arruinen vidas, se agoten recursos, se explote a sociedades enteras etc. con tal de que se logren los fines. A una escala menor esto también es fácil de encontrar en nuestro entorno inmediato, ¿no conoces a nadie cuya única finalidad para relacionarse con una persona del sexo contrario haya sido satisfacer sus propios impulsos sexuales, independientemente de las consecuencias psicológicas (a veces también económicas o familiares) para la otra persona?, ¿Y qué me dices de ese jefe que despide sin contemplaciones para aumentar sus beneficios a un empleado que está pagando una hipoteca, su mujer está en el paro y tienen un par de niños pequeños?, ¿O ese conocido que sólo te llama para conseguir a través de ti (esto es, siendo tú para él un medio) alguna cosa de su interés?
Este principio de "el fin justifica los medios" se inserta dentro de un debate filosófico más amplio acerca de los fines y los medios en el que existen otras perspectivas. Por ejemplo, también está la postura que defiende "el fin no justifica los medios" según la cual los medios y los fines tienen, primero que ser coherentes entre sí, segundo tener en consideración las consecuencias tanto del uso de los medios como de la consecución de los fines y tercero no olvidar nunca que las personas son sujetos, no objetos. Otra postura alternativa que sigue la línea de la anterior, aunque va más lejos, es la que adopta el principio de "los medios justifican los fines", la cual únicamente acepta como medios éticamente válidos aquellos que cumplan determinados criterios de excelencia independientemente de lo deseable en sí mismo que pueda parecer el fin. Como ves, se trata de un tema que da pie a muchas reflexiones y que si nos paramos a considerarlo en relación a nuestra propia vida nos podemos dar cuenta de qué manera trabamos relación con los demás (¿los tilizamos o se trata de ayuda recíproca entre sujetos?, ¿Tenemos la misma actitud con gente más lejana a nosotros que con personas allegadas?), de qué forma concebimos nuestra relación con las acciones que realizamos (¿lo qué hacemos lo hacemos porque es valioso en sí mismo, porque nos apasiona la acción en sí misma, o es un medio para algún fin en un futuro más o menos cercano?) O incluso cuál es la relación entre nuestros fines y los medios que empleamos para lograrlos (¿tenemos unos fines bien definidos en nuestra vida?, ¿Nuestras acciones se encaminan realmente en la práctica hacia nuestros fines, o al contrario, actuamos en contra de nuestros propios fines?). Bueno, con todo esto ya hay para darle vueltas a la cocorota un poco. Espero haberte aclarado algo la cuestión. Un cordial saludo,
Álex.
P.D: Si quieres que te aclare algún punto, házmelo saber.
El fin justifica los medios...
Ésta es una cuestión que, dentro de la filosofía, corresponde al área de la ética. Es un tema fundamental que afecta a nuestra vida cotidiana: relaciones personales, decisiones, actitud ante las cosas... y siempre de actualidad. El primero que lo expresó así tal cual en época moderna fue Maquiavelo, un filósofo italiano renacentista que trató asuntos de filosofía política y, entre otras cosas, recomendó a los gobernantes guiarse por el principio de: "el fin justifica los medios". Esta postura da primacía a la finalidad por encima de los medios empleados para lograrla. Esto presenta dos problemas filosóficos importantes: el primero es que se puede dar, en la práctica, la absurda situación de que para lograr la meta haya que emplear medios que entran en contradicción lógica con el significado de dicha meta. Por ejemplo: usar la violencia para imponer la paz. El fin es la paz, pero desde esta perspectiva los medios escogidos para alcanzarla simplemente han de ser eficaces, no habiendo ningún problema en que resulten contrarios a ella (guerra, represión policial, asesinatos selectivos etc.). El segundo problema es la cosificación del ser humano en gran parte de los casos, es decir, el considerar a los propios seres humanos como cosas, objetos, herramientas, medios para lograr el fin propuesto, sin considerar a la persona como un fin en sí mismo, o sea, un sujeto (no un objeto). Por ejemplo: lamentablemente hay tantos... imaginemos un par de posibles fines que una persona o un grupo de personas pudieran proponerse. Digamos, sin ir más lejos, dinero o poder. Si el fin es el dinero o poder y la filosofía se basa en que "el fin justifica los medios", no habrá inconveniente en que se destruyan hábitats naturales, enfermen poblaciones, se declaren guerras, se arruinen vidas, se agoten recursos, se explote a sociedades enteras etc. con tal de que se logren los fines. A una escala menor esto también es fácil de encontrar en nuestro entorno inmediato, ¿no conoces a nadie cuya única finalidad para relacionarse con una persona del sexo contrario haya sido satisfacer sus propios impulsos sexuales, independientemente de las consecuencias psicológicas (a veces también económicas o familiares) para la otra persona?, ¿Y qué me dices de ese jefe que despide sin contemplaciones para aumentar sus beneficios a un empleado que está pagando una hipoteca, su mujer está en el paro y tienen un par de niños pequeños?, ¿O ese conocido que sólo te llama para conseguir a través de ti (esto es, siendo tú para él un medio) alguna cosa de su interés?
Este principio de "el fin justifica los medios" se inserta dentro de un debate filosófico más amplio acerca de los fines y los medios en el que existen otras perspectivas. Por ejemplo, también está la postura que defiende "el fin no justifica los medios" según la cual los medios y los fines tienen, primero que ser coherentes entre sí, segundo tener en consideración las consecuencias tanto del uso de los medios como de la consecución de los fines y tercero no olvidar nunca que las personas son sujetos, no objetos. Otra postura alternativa que sigue la línea de la anterior, aunque va más lejos, es la que adopta el principio de "los medios justifican los fines", la cual únicamente acepta como medios éticamente válidos aquellos que cumplan determinados criterios de excelencia independientemente de lo deseable en sí mismo que pueda parecer el fin. Como ves, se trata de un tema que da pie a muchas reflexiones y que si nos paramos a considerarlo en relación a nuestra propia vida nos podemos dar cuenta de qué manera trabamos relación con los demás (¿los tilizamos o se trata de ayuda recíproca entre sujetos?, ¿Tenemos la misma actitud con gente más lejana a nosotros que con personas allegadas?), de qué forma concebimos nuestra relación con las acciones que realizamos (¿lo qué hacemos lo hacemos porque es valioso en sí mismo, porque nos apasiona la acción en sí misma, o es un medio para algún fin en un futuro más o menos cercano?) O incluso cuál es la relación entre nuestros fines y los medios que empleamos para lograrlos (¿tenemos unos fines bien definidos en nuestra vida?, ¿Nuestras acciones se encaminan realmente en la práctica hacia nuestros fines, o al contrario, actuamos en contra de nuestros propios fines?). Bueno, con todo esto ya hay para darle vueltas a la cocorota un poco. Espero haberte aclarado algo la cuestión. Un cordial saludo,
Álex.
P.D: Si quieres que te aclare algún punto, házmelo saber.
Me lo has aclarado mejor de lo que pudiera haber llegado a imaginar, y a la vez me has creado varias dudas, pero bueno, yo creo que todas esas paradojas no tienen solución, es según como lo mires desde el punto en que lo mires, todo depende de la situación de cada uno y como sea cada persona. Sin embargo yo me he hecho varias de esas preguntas:
¿Debe darme igual todo a la hora de conseguir mis metas, sin preocuparme en el daño que puedo producir a los demás porque yo soy yo y el único protagonista de mi vida? Lo que viene a ser el fin justifica los medios, ¿o debo simplemente buscar mi hueco en la vida sin pisotear a nadie, sin darlo todo? ¿O acaso debería de ponerme en la piel de los damas y practicar lo de: el fin no justifica los medios? En todo caso gracias por aclararme dudas y crearme otras en las que pensar y meditar.
Gracias otra vez y por cierto: a mi tampoco me avisa ya todoexpertos de cuando tengo una pregunta o una respuesta así que descuida y buena suerte.
Hasta la próxima pregunta(muy, muy pronto).
¿Debe darme igual todo a la hora de conseguir mis metas, sin preocuparme en el daño que puedo producir a los demás porque yo soy yo y el único protagonista de mi vida? Lo que viene a ser el fin justifica los medios, ¿o debo simplemente buscar mi hueco en la vida sin pisotear a nadie, sin darlo todo? ¿O acaso debería de ponerme en la piel de los damas y practicar lo de: el fin no justifica los medios? En todo caso gracias por aclararme dudas y crearme otras en las que pensar y meditar.
Gracias otra vez y por cierto: a mi tampoco me avisa ya todoexpertos de cuando tengo una pregunta o una respuesta así que descuida y buena suerte.
Hasta la próxima pregunta(muy, muy pronto).
Las preguntas que te has planteado a ti mismo tienen profundas implicaciones sociales y personales. Como filósofo no soy capaz de evitar el hacer una breve reflexión sobre cada una de las opciones que expresas. Puesto que soy humano y tengo mis propias preferencias personales y convicciones no me es posible ser imparcial en lo que te expondré, no se trata de una descripción sin más de diferentes opciones teóricas, sino que voy a estar tomando partido en la dirección que a mí me parece positiva... Hay que tenerlo en cuenta para extraer después uno mismo sus propias conclusiones.
1 - ¿Debe darme igual todo a la hora de conseguir mis metas, sin preocuparme el daño que puedo producir a los demás porque yo soy yo y el único protagonista de mi vida? Lo que viene a ser "el fin justifica los medios".
Tengo un par de observaciones importantes respecto a esta postura: en primer lugar hay que partir de que "la vida es relación", es decir, te relacionas con el medio, te relacionas con los demás y te relacionas también contigo mismo. El filósofo español Ortega y Gasset dijo la famosa frase de "yo soy yo y mis circunstancias". No se puede aseverar, por tanto, que uno sea el único protagonista de su vida. En segundo lugar, yendo un pasó más allá en el principio de "la vida es relación" consideremos lo siguiente: si estropeo el medio y yo vivo en el medio, ¿acaso no me perjudico a mí también?, si hago mal a una persona, las personas conforman la humanidad y yo soy parte de la humanidad, ¿acaso no me hago mal a mí mismo también? Cuando alguien actúa, en el sentido, dirección o nivel que sea, apoya con ese acto el principio que subyace a ese modo de actuar, lo fomenta, lo siembra en sí mismo y en los demás. Por ejemplo, si actúo de modo violento estoy apoyando, fomentando, sembrando violencia en mí mismo y en la humanidad... ¿cómo me quejaré después de lo atroz de la guerra si yo mismo participo de sostener, en la escala de mi vida personal, la raíz que la produce? En rigor no es posible separar a uno mismo de su relación con todo lo existente: cuando dañas, te dañas; cuando das, das para ti.
2 - ¿O debo simplemente buscar mi hueco en la vida sin pisotear a nadie, sin darlo todo?
Muchas veces tenemos la impresión de que nosotros, pequeños individuos insertos en una enorme masa social junto a millones de otros individuos y dentro de un gigantesco marco cultural a nivel internacional no pintamos absolutamente nada y nada podemos hacer para cambiar las cosas. Pero no es cierto. Si no somos cada uno de los individuos que formamos toda esta humanidad los que nos hagamos cargo de crear el mundo en el que nos gustaría vivir, ¿quién lo hará?, ¿Los gobernantes y los políticos, las instituciones, alguna entidad sobrenatural...? Yo me esfuerzo en dar lugar, dentro de mis posibilidades, a una manera de vivir beneficiosa para mí, para el entorno y para los demás. La experiencia muestra que aquellos que te rodean se contagian de lo que les ofreces, acaban imitándote y tú a ellos. Así funciona la mente humana por simples razones evolutivas. Si ofreces a los demás pautas agresivas, crearéis entre todos un entorno agresivo. Y a la inversa, si te ofrecen pautas armónicas acabarás participando en un entorno armónico. Buscar tu hueco en la vida sin pisotear a nadie, es decir, trazar tu camino bajo un principio de respeto me parece muy noble y, filosóficamente, un ejemplo a seguir, algo que, de hecho, yo mismo aplico. Sin embargo, cuando hablas de "no darlo todo", ¿a qué te refieres? No estoy muy seguro de cuántas vidas voy a vivir o de si al morir habrá o no algo más allá ni cómo podría ser ese algo. Lo que sí sé es que estoy aquí, en la vida, y si no me entrego plenamente a ella, si no lo doy todo en esta magia que supone vivir y mis posibilidades dentro de ello, pues no sé si tendré una segunda oportunidad para hacerlo. Personalmente, si no viviera entregándome por completo a la vida, sería como un vivir a medias, como rechazar el camino a la felicidad.
3 - ¿O acaso debería de ponerme en la piel de los demás y practicar lo de: el fin no justifica los medios?
Como muy bien decías, hay muchas paradojas y depende de la perspectiva desde la que lo contemples. Ahora bien, las "presuntas" paradojas pueden, muchas de ellas, ir resolviéndose de un modo claro, de tal manera que nos es posible ir estableciendo principios sólidos tanto para guiar nuestros actos como para conceptualizar cuestiones. La temática de los fines y los medios es uno de esos enrevesados asuntos que no parece haber manera de poner en orden con un mínimo de confiabilidad ¿No sería hermoso que la humanidad entera se guiara por el principio de "el fin no justifica los medios"? Pero por otra parte, si una sola persona o un grupo fuese la causa del sufrimiento de muchísimas otras y la única manera de llevar paz a toda esa gente fuese eliminar al causante o causantes por la fuerza, violentamente, matándolos, ¿qué haremos entonces?, ¿El fin justifica o no justifica los medios?, ¿Y si para eliminar a ese grupo hubiera de eliminarse también, por circunstancias, a otras personas inocentes? Parece ser que no hay principios absolutos, sino relativos, es decir, su aplicación depende de que se ajusten o no a determinados criterios. La tarea está en establecer tales criterios. No siempre el fin no justifica los medios, ni tampoco siempre el fin justifica los medios, ni siempre los medios habrán de justificar los fines...
La filosofía, como la vida, es orgánica. No hay en filosofía tablas de la ley como las de Moisés que establezcan principios absolutos e invariables que hayan de aplicarse por igual a todas y cada una de las circunstancias independientemente de su naturaleza. Los seres humanos disponemos de un amplio rango natural de conductas, en gran parte contrapuestas entre sí si las enumeráramos en una lista, pero ocurre que la vida presenta ocasiones en las que exactamente tales conductas son las más adecuadas. Lo importante es, primero, ser conscientes de nuestra inmensa participación en la creación de las ocasiones-circunstancias y, segundo, dada una circunstancia reconocerla o interpretarla correctamente y saber aplicarle un principio adecuado. La filosofía debe clarificar la vida y adaptarse a ella optimizándola, pero no debe imponerse a la vida tratando de reprimirla dentro de un sistema de principios cerrado. A fin de cuentas, la vida llegó primero y la filosofía después, ¿no?
Hasta la próxima!
1 - ¿Debe darme igual todo a la hora de conseguir mis metas, sin preocuparme el daño que puedo producir a los demás porque yo soy yo y el único protagonista de mi vida? Lo que viene a ser "el fin justifica los medios".
Tengo un par de observaciones importantes respecto a esta postura: en primer lugar hay que partir de que "la vida es relación", es decir, te relacionas con el medio, te relacionas con los demás y te relacionas también contigo mismo. El filósofo español Ortega y Gasset dijo la famosa frase de "yo soy yo y mis circunstancias". No se puede aseverar, por tanto, que uno sea el único protagonista de su vida. En segundo lugar, yendo un pasó más allá en el principio de "la vida es relación" consideremos lo siguiente: si estropeo el medio y yo vivo en el medio, ¿acaso no me perjudico a mí también?, si hago mal a una persona, las personas conforman la humanidad y yo soy parte de la humanidad, ¿acaso no me hago mal a mí mismo también? Cuando alguien actúa, en el sentido, dirección o nivel que sea, apoya con ese acto el principio que subyace a ese modo de actuar, lo fomenta, lo siembra en sí mismo y en los demás. Por ejemplo, si actúo de modo violento estoy apoyando, fomentando, sembrando violencia en mí mismo y en la humanidad... ¿cómo me quejaré después de lo atroz de la guerra si yo mismo participo de sostener, en la escala de mi vida personal, la raíz que la produce? En rigor no es posible separar a uno mismo de su relación con todo lo existente: cuando dañas, te dañas; cuando das, das para ti.
2 - ¿O debo simplemente buscar mi hueco en la vida sin pisotear a nadie, sin darlo todo?
Muchas veces tenemos la impresión de que nosotros, pequeños individuos insertos en una enorme masa social junto a millones de otros individuos y dentro de un gigantesco marco cultural a nivel internacional no pintamos absolutamente nada y nada podemos hacer para cambiar las cosas. Pero no es cierto. Si no somos cada uno de los individuos que formamos toda esta humanidad los que nos hagamos cargo de crear el mundo en el que nos gustaría vivir, ¿quién lo hará?, ¿Los gobernantes y los políticos, las instituciones, alguna entidad sobrenatural...? Yo me esfuerzo en dar lugar, dentro de mis posibilidades, a una manera de vivir beneficiosa para mí, para el entorno y para los demás. La experiencia muestra que aquellos que te rodean se contagian de lo que les ofreces, acaban imitándote y tú a ellos. Así funciona la mente humana por simples razones evolutivas. Si ofreces a los demás pautas agresivas, crearéis entre todos un entorno agresivo. Y a la inversa, si te ofrecen pautas armónicas acabarás participando en un entorno armónico. Buscar tu hueco en la vida sin pisotear a nadie, es decir, trazar tu camino bajo un principio de respeto me parece muy noble y, filosóficamente, un ejemplo a seguir, algo que, de hecho, yo mismo aplico. Sin embargo, cuando hablas de "no darlo todo", ¿a qué te refieres? No estoy muy seguro de cuántas vidas voy a vivir o de si al morir habrá o no algo más allá ni cómo podría ser ese algo. Lo que sí sé es que estoy aquí, en la vida, y si no me entrego plenamente a ella, si no lo doy todo en esta magia que supone vivir y mis posibilidades dentro de ello, pues no sé si tendré una segunda oportunidad para hacerlo. Personalmente, si no viviera entregándome por completo a la vida, sería como un vivir a medias, como rechazar el camino a la felicidad.
3 - ¿O acaso debería de ponerme en la piel de los demás y practicar lo de: el fin no justifica los medios?
Como muy bien decías, hay muchas paradojas y depende de la perspectiva desde la que lo contemples. Ahora bien, las "presuntas" paradojas pueden, muchas de ellas, ir resolviéndose de un modo claro, de tal manera que nos es posible ir estableciendo principios sólidos tanto para guiar nuestros actos como para conceptualizar cuestiones. La temática de los fines y los medios es uno de esos enrevesados asuntos que no parece haber manera de poner en orden con un mínimo de confiabilidad ¿No sería hermoso que la humanidad entera se guiara por el principio de "el fin no justifica los medios"? Pero por otra parte, si una sola persona o un grupo fuese la causa del sufrimiento de muchísimas otras y la única manera de llevar paz a toda esa gente fuese eliminar al causante o causantes por la fuerza, violentamente, matándolos, ¿qué haremos entonces?, ¿El fin justifica o no justifica los medios?, ¿Y si para eliminar a ese grupo hubiera de eliminarse también, por circunstancias, a otras personas inocentes? Parece ser que no hay principios absolutos, sino relativos, es decir, su aplicación depende de que se ajusten o no a determinados criterios. La tarea está en establecer tales criterios. No siempre el fin no justifica los medios, ni tampoco siempre el fin justifica los medios, ni siempre los medios habrán de justificar los fines...
La filosofía, como la vida, es orgánica. No hay en filosofía tablas de la ley como las de Moisés que establezcan principios absolutos e invariables que hayan de aplicarse por igual a todas y cada una de las circunstancias independientemente de su naturaleza. Los seres humanos disponemos de un amplio rango natural de conductas, en gran parte contrapuestas entre sí si las enumeráramos en una lista, pero ocurre que la vida presenta ocasiones en las que exactamente tales conductas son las más adecuadas. Lo importante es, primero, ser conscientes de nuestra inmensa participación en la creación de las ocasiones-circunstancias y, segundo, dada una circunstancia reconocerla o interpretarla correctamente y saber aplicarle un principio adecuado. La filosofía debe clarificar la vida y adaptarse a ella optimizándola, pero no debe imponerse a la vida tratando de reprimirla dentro de un sistema de principios cerrado. A fin de cuentas, la vida llegó primero y la filosofía después, ¿no?
Hasta la próxima!
Realmente me has vuelto a impresionar con tu fantástico punto de vista, de verdad. Te iré concretando dudas que me has expuesto y preguntando tu opinión, el punto de vista de alguien que conoce muchísimo mejor la filosofía. Son muchas mis dudas y grandes son mis ganas por conocer el amplio mundo de la filosofía. Por ellos iré preguntando ramas de la filosofía, entre ellas una en la que tengo especial interés: la metafísica. Hasta pronto.
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