El hombre es la criatura más noble de la creación, en tanto que todas las demás criaturas han sido creadas para servir al hombre, el hombre ha sido creado para servir a Dios. Como todas las otras criaturas están dirigidas hacia el hombre, encuentran en él su más alto fin y objetivo y todas sus obras descansan en un solo hombre como la criatura más alta y noble. Y aquellas criaturas deben servir a la más noble de las criaturas entre ellos, de modo que va contra toda la naturaleza que el hombre no sirva a Dios. Así, la consideración de las otras criaturas lleva al hombre mismo al conocimiento de su propio lugar en el universo y con referencia a Dios. Ahora bien, dado que el hombre es la criatura más noble, guarda una responsabilidad sobre la vida de las demás criaturas. Pues ellas también fueron creadas a imagen del Señor.