Murallas VS artilleria.

Aunque la aparición y el uso frecuente de la artillería (sobre todo a partir del siglo XV) facilitaron el asedio y la destrucción de recintos amurallados, estos se siguieron empleando; si bien se adaptaron para ser menos vulnerables a los impactos de los proyectiles cada vez más perfeccionados de la artillería. Incluso las plazas fortificadas se dotaron de cañones para defenderse de los sitiadores.
Puede afirmarse que las murallas quedan obsoletas cuando son incapaces de resistir el fuego intensivo de los impactos de proyectiles explosivos de gran calibre, como fue el caso de la batalla de Verdún, durante la I Guerra Mundial, donde los antiguos fuertes franceses del XVII quedaron reducidos a meros escombros por la artillería alemana.
Actualmente las fortificaciones defensivas están construidas en hormigón y semi o totalmente enterradas para contrarrestar los efectos de la artillería. Son los llamados búnkeres.