1. Los nombres de los pueblos que habitaban la Península y que han llegado hasta nosotros, son los que aparecen en las fuentes literarias de la época, es decir, son una transcripción al griego de términos que los viajeros helenos pensaron que designaban a las comunidades con las que ellos establecían contactos. Por tanto, no sabemos si ellos mismos se denominaban así. Para una lista útil de los distintos pueblos prerromanos y su asociación a alguna de las culturas de la Península, no está mal este enlace:
http://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Pueblos_prerromanos_de_Espa%C3%B1a2. Los iberos eran los pueblos asociados a una cultura material y a una estructura social determinada y que se localizaban a lo largo de la costa mediterránea y del sur peninsular. No hay un grupo humano que se autodenominara ibero. Por otro lado, en la Península Ibérica cabe señalar otros dos grandes grupos culturales, tradicionalmente denominados celtíberos y "pueblos del norte" (astures, cántabros, vascones, galaicos...). Los celtíberos, al igual que los iberos, no eran un grupo homogéneo ni formaban una unidad estatal o étnica, aunque se caracterizaban por gozar de influencias de culturas procedentes de Europa. Los pueblos del norte estaban constituidos por grupos relativamente aislados de influencias externas.
3. No soy especialista en España prerromana, pero cuando yo estudiaba cobraba fuerza la teoría de la procedencia norteafricana de la cultura ibera. Personalmente creo que el origen de los iberos está en la evolución de algunos grupos humanos de mayor o menor tamaño que ya estaban en la Península, en contacto con gentes minoritarias de procedencia extrapeninsular con los que intercambiaron conocimientos y parentesco, formando así un primer sustrato cultural que luego se vería nuevamente influido por la llegada de los aventureros fenicios y griegos. No soy partidario de las invasiones y desplazamientos de pueblos en el caso de la Península Ibérica, al menos hasta la conquista romana. Es posible que en algunos lugares, la elite guerrera fuera sustituida por recién llegados, mejor organizados y armados quizás -o simplemente más desesperados-, pero sin que ello suponga un exterminio de la población existente y su posterior sustitución por elementos foráneos. En otros casos, la aristocracia local pudo o bien asociarse o bien derrotar a los "extranjeros" (y coloco este término con comillas a propósito, ya que no hay concepto de fronteras nacionales), adoptando sus formas y su panoplia guerrera si es que ésta difería o mejoraba la suya.
Si desea alguna aclaración más, no dude en preguntarme de nuevo.