La personalidad de mi marido me ha absorbido y ahora solo tengo celos. ¿Cómo supero este trauma?

Hola, le agradezco de antemano su respuesta. Soy una mujer de 38 años, casada, 2 hijos, 8 años de relación con el que ahora es mi esposo. La personalidad de el ha absorbido la mía, a tal punto, en que hay ocasiones que pensaminetos negativos invaden mi mente al borde de la desesperación. Hasta donde yo se, el nunca me ha sido infiel, pero tiene una tendencia a ceder en cuanto una mujer le demuestra interés. Es decir, paso una vez siendo novios, se desinteresaba, no tenia celos, frialdad. Luego estando casados volvió a pasar. Es cierto que yo pasaba depresión postparto en ese momento y estaba alterada por todo. El se fue de la casa, pero regreso a las dos semanas que yo deje de llamarle para que regresara. La situación mejoro después de un tiempo. Ahora mis ataques de depresión me han vuelto irascible en algunos momentos en que me encuentro sola si el no devuelve mis llamadas desde su trabajo, por ejemplo. Se que pasa ocupado pero es demasiado absorbente ese trabajo. El es cariñoso y atento, pero esta consiente que mis ataques no son cosa normal. Yo trato de no hacerlo delante de mis hijos ni de el, pero luego, cuando las cosas se van tranquilizando, cuando el me pone atención, yo estoy más triste todavía y con mi autoestima por lo más bajo. ¿Cree qué debo divorciarme?. Estoy desesperada, soy profesional y a estas alturas de mi vida no he hecho nada. No puedo referirle todos los detalles de mi vida, pero lo que más deseo es tener autocontrol, ser feliz conmigo misma. Se que tengo bastante para dar a los demás, pero como hacerlo si no puedo amarme a mi misma. Para mi, dios es una fuerza interior cuyo origen no puede saber nuestra mente finita, pero que no ha funcionado esta vez. No quisiera destruir mi matrimonio ni quisiera vivir con un infierno en mi interior. Desde chica he sentido tristeza, casi nunca feliz. Mis padres se divorciaron y vi a mi madre llorar y sufrir mucho, por eso no quiero que mis hijos me vean sufrir, pero ellos "sienten" mi tristeza.
Le agradeceré tanto una respuesta de su parte

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Gusto en saludarte, por lo que me describes acerca de tu vida, hay dos problemas que atacar, por un lado la personalidad de tu pareja (que mientras más trates de acercarlo, se aleja y se acerca cuando dejas de pedírselo) y por el otro TÚ, Tú como ser, como persona, hay que hurgar en tu pasado en búsqueda de esa chispa que generó ese estado de animo que hoy en día te agobia tanto.
La Manifestación de cierta dependencia es la necesidad clara de que se ocupen de uno, lo que ocasiona un comportamiento de adhesión y temores a la separación. Este patrón comienza al principio de la edad adulta y se debe dar en diversos contextos. Estos comportamientos sumisos surgen de la percepción del propio sujeto de no funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás. (Necesito que me especifiques un poco acerca de tu relación con tu entorno, con lo social, con lo profesional)
Las personas con este trastorno tienen a menudo grandes dificultades para tomar decisiones cotidianas, si éstas no se ven apoyadas por los demás (criterio 1). Otros suelen ser pasivos y a permitir que lo demás tomen las decisiones por ellos (criterio 2). Esta necesidad de que los demás asuman sus responsabilidades va más allá de lo que podemos denominar apropiado.
El tema del amor es tan complejo como el ser humano mismo. Cuando dos personas se enamoran y se aman llegan a esta relación con una serie de idealizaciones, vacíos y creencias, que en muchos casos hacen que se construya una relación tan idílica que no existe espacio para nada más que ellos mismos, o mejor dicho, lo que ellos creen de sí mismos. Es parte del proceso natural que en un primer momento la relación de pareja necesite un tiempo de exclusividad para acercarse, además la "libido" está siendo depositada en la otra persona. Esto tiene un tiempo de acomodo hasta que naturalmente las personas que se aman retoman sus vínculos anteriores con la incorporación de la persona amada. Pero en muchos casos no sucede así, por el contrario una de las partes o ambas, generan un estado ideal, una burbuja donde entienden que el amor es equivalente a la posesión del otro.
En estos casos se establece una suerte de sometimiento que llevará paulatina y progresivamente a las renuncias, desde las más simples hasta las más complicadas, y finalmente la relación termina por sofocarse.
Cuando esta relación culmina, ambos quedan muy golpeados. El que acosaba termina lleno de rabias e insatisfecho; y la que permitía el acoso -por lo general- queda sumida en una profunda depresión y soledad.
Por lo general, estas son relaciones donde se establecen vínculos al más puro estilo de la posesión como si se tratara de un vínculo mamá-bebe. Me refiero a la primera etapa de este vínculo. Se quedan colocados allí y desde ese lugar empiezan a construir la relación.
Los amigos empiezan a ser un estorbo, la familia lo mismo, los celos surgen y una de las partes va cediendo a estas demandas por temor a quedarse solo y abandonado.
Es sumamente importante tener en cuenta de qué manera estamos "amando" y qué carencia está llenando nuestra pareja, pues colocarla como el tapón de nuestros vacíos hace que desconozcamos a quien realmente tenemos delante y lo "usemos", confundiéndolo con amor.
Una pareja elementalmente saludable es aquella que puede mantener un estrecho vínculo de intimidad pero a la vez puede estar unida "en el mundo" y para los demás.
Tanto el hombre como la mujer, cuando deciden tener una relación, deben ser muy conscientes en que este riesgo existe; y ser muy claros en reales expectativas que uno tiene del otro. Sé que suena fácil decirlo pero es importante no dejar que la pareja te absorba al extremo de crear un vínculo simbiótico con él o ella y de establecer como prueba de amor renuncias sin sentido que solo empobrecen el vínculo. La relación de pareja debe ser una sumatoria de dos vidas y no la resta de dos existencias. Sobre todo no renuncies a tu vida social ni personal.
La pareja que realmente te ama debe querer tu bien y buscar espacios de crecimiento en común y privados, debe ser compatible con el resto de las cosas que rodean el entorno del otro/a, y eso incluye a las amistades. Ni los celos, ni la desconfianza son excusas para alejarte de tus amigos. Estas decisiones en general van en detrimento de una convivencia feliz.
El éxito de la convivencia se fundamenta en lo que se aporta, no en lo que se pierde. Sin embargo, hay parejas completamente absorbentes y dependientes que anulan cualquier ámbito ajeno al mundo exterior. La hecatombe llega cuando la relación fracasa o está al borde del fracaso. Lo ideal es que no llegue el caso. Lo más práctico es adoptar una actitud preventiva. No caigas en relaciones absorbentes que consuman absolutamente tu vida personal. Una relación de pareja es perfectamente compatible con una amistad sincera: no tienen porqué surgir celos ni reproches.
Mantén el contacto con tus amistades de toda la vida. A la vez que sigues con tu vida de pareja, sigue llamando y quedando con tus amigas.
Y no renuncies a los nuevos amigos que van surgiendo a lo largo de tu vida. Amor y amistad son perfectamente compatibles.
Si ya has llegado tarde, ¿no crees que es el mejor momento para reiniciar aquella bonita amistad que perdiste por el camino? Quizá pueda parecer que es una actitud interesada y egoísta (y, hasta cierto punto, lo es), pero restaurar una amistad es siempre positivo para ambas partes. Ganas tú y gana él.
Espero haber podido ayudarte a despejar un poco tus dudas, y para lo que necesites aquí estoy.
Hola. Gracias por tu respuesta. En realidad hay mucha lógica en tus palabras. Sobre todo cuando se tiene en cuenta que al menos una de las partes esta consciente de que la tolerancia tiene que presentarse de vez en cuando cuando hay desacuerdos. No es tan fácil ser amigo/a y esposo/a. No cualquiera esta dispuesto a serlo. Casi siempre cedemos a nuestros propósitos egoístas. Una relación como la que describiste, es la ideal. Personalmente he tenido que aprender a golpes, por así decirlo, que la armonía en el matrimonio depende de los dos, no solamente de uno. Que tengo que seguir mi vida independiente al mismo tiempo. Que la pareja NUNCA va a ser como yo quiero que sea, o que me trate como yo quiero siempre. Que al amor que nos dan es una respuesta al amor que una vez dimos. Y aun hay personas tan nobles que lo dan sin esperar a cambio nada, como nuestros padres.En este momento yo estoy luchando con la rutina, siento que soy aburrida. Y es que me falta entusiasmo. He estado inmersa en la rutina doméstica (niños, limpieza, cocina, etc). A veces me siento como programada, como un robot. Es normal, pienso, y para ello hay que mantener ciertos intereses personales que nos hagan despertar ese entusiasmo de algún modo. También tengo temores. Se que es una pérdida de tiempo tener esos temores, pero a veces cedo. Por ejemplo, a que mi esposo encuentre a alguien con quien se sienta mejor, con más entusiasmo, más animado. No se si me explico lo suficiente. Pensamos algún día emigrar a Europa, para buscar un futuro mejor para todos, pero ese temor aparece de vez en cuando.He investigado sobre matrimonios de años, que vienen a sucumbir ante situaciones que parecen insignificantes (como lo leí en este sitio, de una esposa que descubrió que su esposo mantenía relaciones eróticas por internet, y eso es una puerta para que pueda desear ir más allá) Se pierde la confianza. ¿Es qué los hombres no pueden ser totalmente fieles? ¿Por qué hay más mujeres fieles?. Por ejemplo, NUNCA he deseado acostarme con alguien que no sea mi esposo. No me nace. Siempre he sido así con mis parejas. Dime. No quiero creer que la única razón sea la naturaleza biológica de los hombres.
¿Cómo estas?, bueno tanto como ser solo biológicos no, pero si diversos, pienso que deben tratar de tener mayor comunicación y no pretender saber uno lo que quiere o siente el otro, también, dale un poco más de confianza (aunque te cueste un mundo) y a su vez un poco más de acercamiento, creo que vale la pena probar.
Gracias. Si, no es tan difícil tener confianza en la otra persona, lo que es difícil es controlarse uno mismo. Si te digo, que deseo mejorar mi relación con mi esposo y lo estoy intentando de veras.
Espero en Dios que así sea, intentalo y veras que todo sale bien. Recuerda que para lo que necesites, estoy aquí, no dude en escribirme

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