Entonces no te ha quedado clara mi respuesta anterior, pues se trata precisamente de eso, de no hacer preguntas que te pueda responder con un "sí", "bien", o "lo mismo de siempre", sino hacer preguntas más específicas en base a lo que ya conoces de ella.
Recuerda que la manera exacta en que debes iniciar una conversación depende del contexto: la situación material (el trabajo, actividades de los ratos de ocio, la iglesia, el autobús o una reunión informal), la hora del día (el desayuno, el almuerzo, la hora del café, la salida del trabajo, un día laborable, el fin de semana) y de la persona en cuestión (hombre, mujer, joven, de la misma edad o mayor que uno, un subordinado, un colega, un superior, una persona soltera, comprometida, casada, divorciada, etc.).
Así que podrías hacer un comentario sobre el clima: "¡Qué calor está haciendo!, ¿cómo le haces para no deshidratarte?", por ejemplo.
El secreto de una buena conversación es saber escuchar y contribuir muy poco a la conversación, asimismo animar a que la otra persona se abra. Una vez que entiendas esto, te sentirás mucho más tranquilo. Para conseguir esto debes seguir estos pasos:
- Haz un comentario general acerca de dónde te encuentras o de lo que estás haciendo: “Qué habitación tan increíble”, “la comida estuvo excelente”, “amo esta vista”.
- Haz una pregunta abierta para que hablen de sí mismos. Una pregunta abierta es la que requiere una explicación para la respuesta, no un simple "Sí" o "No". Las preguntas abiertas suelen comenzar con: ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Qué? ¿Por qué? ¿Dónde? Y ¿Cómo? Algunos ejemplos de preguntas abiertas son los siguientes: "¿Qué tipo de libros te gustan?", "¿Qué estudiaste en la universidad?", "¿Cuál es tu estación favorita?”
- Coloca un comentario junto con la pregunta abierta. Por ejemplo: "¿Que libro tan interesante, cómo lo descubriste?". Esto permitirá que el dueño del libro te hable sobre el día que lo encontró y todas las situaciones que vivió durante esa experiencia.
- Una vez tu acompañante haya comenzado a hablar, sigue el tema para que la conversación fluya sin problemas. Utiliza la escucha activa para reflejar lo que están diciendo y para resumir sus posibles sentimientos. Mantén tu lenguaje corporal receptivo, haz contacto visual, asiente con la cabeza, sonríe si cuenta un chiste. Demuestra el interés por la conversación. Si tu interlocutor parece desinteresado en compartir información contigo, no lo presiones. Trata de que tus preguntas no sean invasivas, hay personas que no se sientes cómodas hablando de su peso, su edad, su carrera profesional, etc. Como eres quien comenzó la conversación, tienes la responsabilidad de llevar la dinámica de la misma. Si la otra persona empieza a escuchar lo que dices y hacerte preguntas empieza a hablar de ti mismo sin exagerar en tu relato y manteniendo la participación del interlocutor al final de tu relato. Si no te gustar hablar de ti mismo puedes desviar la conversación hacia otros temas de interés.
Al principio te sentirás un poco torpe pero medida que vayas practicando va a ser más fácil empezar una conversación. Cada vez que te encuentres en una situación en la que debas conversar con otra persona, míralo como una oportunidad para practicar y vas a ver como mejoras cada vez que lo intentes.
Suerte!
Psic. Massiel