Doble personalidad

La cleptomanía no es hereditaria, aunque algunos autores sostienen lo contrario. Los niños toman como modelo de conducta a sus progenitores, por tanto es normal que el niño imite la conducta de su padre, sin ser cosnciente de que no es habitual,.
Si has visto actuar a su hijo de esa manera habla con su madre, ella es otro modelo a seguir y según la edad que tenga el niño también influirá en su proceso de aprendizaje y socialización la escuela y los amigos.

El robo compulsivo y patológico sin afán de lucro se llama Cleptomanía. Se clasifica dentro de los desórdenes del control de los impulsos. Es una conducta adictiva, algo parecido a la ingesta compulsiva, el consumo de drogas y la ludopatía.
¿Qué ocurre en la cabeza de estas personas? El impulso de robo llega de improviso a la mente de estos sujetos, generando una respuesta de ansiedad que pugna por satisfacer ese impulso y que, tras el robo, se convertirá en una sensación de relax.
Ellos saben en todo momento que lo que hacen es un delito, y aunque eso no impide que lleven el hurto a cabo, los remordimientos y la culpa no tardan en aparecer. Y como todos estos trastornos, acaba por convertirse en un círculo vicioso: roban para aplacar la ansiedad que el impulso les genera, pero vuelven a sentir ansiedad cuando se percatan de que han hecho algo contra su voluntad y en contra la ley.
Los hurtos suelen ser improvisados y, a menudo, son cosas de escaso valor (al menos para quién las roba). Y siempre tratarán de ocultarlo, por vergüenza, básicamente. En este punto estriba la dificultad de su diagnóstico.
En cuanto a las causas, pueden ser múltiples. La cleptomanía puede ir asociada otros trastornos como el T.O.C (trastorno obsesivo-compulsivo) o la bulimia. Puede ser síntoma extremo de una personalidad neurótica o producto de una psicosis esquizofrénica. En cualquier caso, descubriremos su origen en una evaluación terapéutica.
En lo que respecta al tratamiento, siempre dependerá de la patología asociada, pero terapia cognitiva-conductual resultará efectiva por si sola, a veces combinada con fármacos del tipo ansiolíticos, si los síntomas de ansiedad y angustia son muy pronunciados.
Sobre el tema de la herencia, estos trastornos no están en los genes, pero en los genes están codificadas, a grandes rasgos, las características de nuestra personalidad, y no heredaremos una cleptomanía, pero heredaremos la personalidad neurótica proclive a padecerla. Se hereda la disposición, no el trastorno. Por lo tanto, no tiene porque desarrollarse en los hijos, pero tendrá hay mayor probabilidad que en el caso de hijos de no cleptómanos.
Es un trastorno con poca incidencia, aunque se da más en mujeres que en hombres. Resulta muy incapacitante y, lógicamente, crea muchos problemas al que lo padece. Es de obligado tratamiento psicológico. La ley no distingue entre robos y robos por cleptomanía, de modo que hay que atajar el problema cuanto antes, para que nadie salga perjudicado.
El tema de querer tratarse es complicado (ya que no se reconocen enfermos), pero es fundamental para iniciar una terapia. Tenéis que convencerle de que tiene un problema y de que no solo le va a destrozar la vida a él, sino a toda su familia.
Suerte y, ya sabes, para cualquier duda, sigo aquí.