Tengo un padre autoritario, orgulloso, terco, agresivo
Mi padre es cariñoso, bueno, siempre trabajó para su mujer y sus hijos, nunca nos faltó el pan, estoy agradecida por los límites que me puso siempre y que hoy hace que sea una mujer correcta, lo amo y agradezco tenerlo, pero sé que es autoritario, agresivo (verbalmente) siempre grita, rezonga por todo, es orgulloso y siempre tiene la razón de todo, nunca respeta una opinión.. Sufro mucho por mi madre que es todo lo contrario.. Casi todo lo que ella hace, para él está mal. Yo siempre de chica he tratado de hacer lo correcto para que él no me retara y se sienta a gusto conmigo.
Sé que la mayoría de mis "problemas psicológicos" se deben a mi relación con él. Tuve fobias, problemas de autoestima, de sensibilidad.. Hace poco me di cuenta que eso de ponerme colorada al máximo cuando digo algo que sé, o de no decir lo que sé por vergüenza, es por el miedo a que esté errada, y creo se debe a que de chica siempre me retó mucho frente a los demás. También trato de controlarme con mi pareja porque llevo una relación magnífica y en las pocas veces que peleamos, me pongo un poco agresiva verbalmente y me recuerdo a mi padre. Y yo no soy así, ni quiero serlo.
1 respuesta
El comportamiento que describes de tu padre y de tu madre, es bastante habitual, por desgracia y es fruto de una sociedad machista y patriarcal, donde los estereotipos de género son esos: reparto de tareas (el hombre trabaja fuera y la mujer dentro de casa), comportamiento social (el hombre agresivo y autoritario y la mujer sumisa y abnegada). Se criaron en esta sociedad y para ellos es natural comportarse así (seguramente también lo vieron en su padre y su madre a su vez). Justo por eso, tú también reproduces algunos comportamientos que has visto en casa. Y ante el modelo de tu madre y el de tu padre, preferiste el de tu padre (supongo que te protegería si te encontrabas con hombres como tu padre). Pero eso no significa que nuestr@s progenitores tengan la culpa de como somos. Casi siempre lo hicieron lo mejor que supieron/pudieron y a ellos les debemos también la mayor parte de cosas buenas que tenemos. Cuando ya alcanzamos una madurez, es responsabilidad nuestra nuestro comportamiento y nuestras actitudes, aunque no nos gusten y queramos cambiarlas.
Cambiar hábitos adquiridos durante mucho tiempo cuesta mucho tiempo, esfuerzo, atención y motivación, pero si estás decidida a "desaprender" lo que has aprendido y aprender otra manera de comportarte, lo harás... Date tiempo y poco a poco (a veces mucho más lento de lo que te gustaría) irás viendo los cambios.
