Un caso de reclutamiento

Hemos abierto un proceso de selección de candidatos para un puesto de trabajo de consultor con experiencia en e-commerce, en consultoría estratégica y en gestión empresarial.
Entre todos los candidatos (licenciados universitarios en económicas o diplomados en empresariales con muy poca experiencia laboral o ajena por completo a nuestros intereses -desde telefonista a comercial de productos bancarios) ha aparecido uno que, a priori, reúne los requisitos demandados: ha trabajado en consultoría estratégica y, por otra parte, ha sido Director de Logística, Almacenes y Tiendas hasta Marzo de 2002. Toda esta actividad la ha desarrollado fuera de nuestra ciudad, una capital de provincias
En la entrevista le hemos preguntado por su conocimiento del mercado laboral en nuestra ciudad (empleos en precario, mamoneo en las contrataciones, amiguismo para trabajar...) y de las condiciones en que se desarrolla la poca actividad profesional que hay (dependencia de ayudas y/o subvenciones para afrontar proyectos medianamente atractivos). Ha conocido en sus propias carnes la realidad tras distintas entrevistas para conseguir un empleo.
Sin embargo es fácil imaginar que finalmente recibirá una buena oferta que le hará volver a Madrid o a Barcelona y que entonces se acabarán las razones tipo madridmemata. Ahora mismo puede que esté viviendo provisionalmente en nuestra ciudad esperando una buena oportunidad o puede que quiera descolgarse para conseguir ofertas más importantes en nuestra ciudad.
Nos interesa porque puede contribuir de manera importante al crecimiento de la empresa aunque sea durante un período relativamente corto (lo estimo en tres o cuatro meses; preferimos que sean seis meses aunque parece un plazo demasiado largo para su perfil).
Ha admitido que en nuestra ciudad no es posible exigir una trayectoria profesional y que las condiciones de contratación son muy malas. Sobre sus expectativas salariales, haciéndole una oferta razonable estará satisfecho.
Queremos hacerle una oferta por un plazo medio de tiempo (6 meses) pero tampoco sabemos cómo podríamos motivarle para ese tiempo. Lo importante para él es mantener la actividad y así no perder fuelle; lo importante para nosotros es que se involucre en la trayectoria de la empresa y nos acerque más a Madrid, nuestro objetivo estratégico. Pienso que se trata de un encuentro de intereses profesionales y no sólo de un acuerdo económico. ¿Qué le podemos ofrecer para motivarle durante, al menos, seis meses?

3 respuestas

Respuesta
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Por lo que me relatas en tu escrito detecto que lo que le mueve a esa persona, aparte de lo económico, es realizar una actividad dentro de la empresa que lo involucre y así sentirse parte de ella.
Una forma de hacerlo es contar con él para la formación y mantenimiento de la empresa, haciéndole participe en las decisiones decisivas de la empresa, haciéndole sentir parte de su expansión y crecimiento, de esta manera al cabo del tiempo sentirá la empresa como parte suya y le costará más trabajo tomar la decisión de cambiar, también servirá para que aplique todas sus ideas y experiencia en la empresa para que mejore y sea más importante que sus competidoras.
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Un contrato de trabajo que garantice un "premio" por permanencia en la empresa es un buen gancho, también pueden ofrecerle grataficaciones por cumplimiento de objetivos (estés objetivos se calculan por años vencidos por lo que para cumplirlos debe acabar el año). También es muy importante que se encuentre a gusto en la empresa y que este motivado. Espero que esto les haya servido de ayuda, a mi personalmente me habría animado a permanecer en la empresa.
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Si consideras que el candidato es lo suficientemente apto para tus planes, considéralo más como una inversión y moldéalo para que sea ese elemento que pueda dar más valor a la empresa dándole un plan de desarrollo humano que se ajuste a sus expectativas.

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