Habría que saber por qué estás baja de peso, en primer lugar, y ver tu distribución de grasas en el organismo. Pero así, de forma rápida, debes aumentar las cantidades que consumes de proteínas (para que no aumentes masa grasa sino muscular), hidratos de carbono complejos y fibra, y también grasas saludables. Traducido a la comida: necesitas consumir más cantidad de carnes blancas, pescados blancos y azules y un aumento ligero de la carne roja. También aumentar las legumbres, pastas de tipo integral, frutas y verduras variadas. No aumentes en exceso la cantidad de embutidos, ni azúcares sencillos, es decir, mantén un consumo bajo de dulces para evitar que tengas picos de insulina. Procura que haya muchos colores en el plato, es decir, si ves tu plato y en él detectas que prácticamente todo es de color blanco, o marrón, lo estás haciendo mal. Tienes que tener blancos y marrones, pero también rojos, verdes, amarillos... Hay que comer con la cabeza, no solo con el estómago.
En cuanto a ejercicio, los de tipo aeróbico: andar, nadar, montar en bici... y en cuanto a las vitaminas, habría que ver si realmente te faltan, pero puedes acercarte a la farmacia que allí te aconsejarán las más apropiadas para ti.