Como hacer masajes en el ojo
Me gustaría saber como hacer los masajes en el ojo y de que forma hay que hacerlos es por el tema de la ostruccion para no tener que operarla
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Respuesta de cozacov
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cozacov, medico con experiencia y aficionado al internet y sus infinitas...
En esta página puedes ver en figuras como se hacen los masajes, si tienes dificultad para ubicarla si me das tu e-mail yo te mando las figuras
http://www.pediatraldia.cl/pb/ojosllorosos.htm
La obstrucción del canal que lleva las lágrimas a la nariz puede ser la causa de que el bebé tenga siempre los ojos llorosos. Veamos qué hacer para tratar este problema.
Durante el primer año de vida, muchos niños lagrimean a menudo por uno o ambos ojos se trata de un problema que, afortunadamente no es grave, pero que no debemos dejar de lado.
Cuales son las causas
Su causa es una obstrucción parcial de las vías lacrimales, es decir, del pequeño canal o del saco que une el ojo con la nariz a través de la válvula de Hasner.
El líquido lacrimal, que producen constantemente las glándulas destinadas a mantener el ojo en las condiciones de humedad ideales, debería fluir a través de los dos pequeños agujeros colocados en la comisura interior del ojo, correr por este canal, llegar hasta los pequeños sacos lacrimales y desembocar finalmente en la nariz. Sin embargo, algunas veces, el paso está bloqueado debido a que las vías lacrimales son tan estrechas que incluso se cierran a consecuencia de una mínima irritación de la mucosa, causada por un simple resfrío o por sustancias irritantes como el polvo, el viento, el sol o el humo. Cuando esto ocurre el líquido lacrimal rebosa del ojo y se estanca en el saco lacrimal, creando el terreno ideal para la proliferación de bacterias.
Un pequeño foco de bacterias
En estas condiciones es fácil que el ojo lagrimee continuamente y se forme una sustancia amarillenta y pegajosa, señal evidente de que existe infección. Esta secreción, que algunas veces es pus, se forma en los sacos lacrimales (cercanos a la nariz), donde el líquido lacrimal se acumula, dando lugar a la infección bacteriana. En algunos casos el problema se debe no sólo a la obstrucción del conducto lacrimonasal, sino también a un mal funcionamiento de la válvula de Hasner, la pequeña "puerta" situada entre el final del saco lacrimal y su desembocadura en la nariz. Si esta válvula no se abre por completo, el líquido lacrimal se estanca.
A pesar de ser muy molesto y antiestético, este problema no representa ningún riesgo para la salud del bebé ni para la integridad de sus ojos. Sin embargo, será mejor mantenerlo bajo control y curar la infección local para evitar que el foco bacteriano se extienda, agravando los síntomas.
Los ojos del recién nacido.
En el momento de nacer, todavía permanece cerrados los pequeños canales cuya función es recoger las lagrimas ya que las glándulas lacrimales del recién nacido producen poco líquido. Sólo más tarde, alrededor de los dos primeros meses de vida del pequeño, el conducto se ensancha espontáneamente. Pero algunos niños nacen con los pequeños canales mucho más estrechos de lo normal, por lo que tienden a obstruirse con facilidad apenas la mucosa se irrita o se hincha.
En otros casos, es la válvula de Hasner (situada entre el final del saco lacrimal y la desembocadura del mismo en la nariz) la que permanece parcialmente bloqueada, impidiendo el paso del líquido lacrimal. De todas formas, en la mayoría de los casos estos problemas suelen resolverse espontáneamente: los conductos lacrimonasales se abren y la válvula se reabsorbe sin necesidad de intervenciones, aunque sea con algunos meses de retraso.
Que podemos hacer
En la mayoría de los casos, la situación se resuelve por sí sola a lo largo del primer o segundo año de vida del pequeño.
De todas formas, se puede intentar acelerar el proceso de curación practicando un masaje especial que favorece la apertura de la válvula de Hasner.
Se trata de un masaje llamado "masaje hidrostático", que se hace ejerciendo una ligera presión con la punta del dedo en el puente de la nariz y deslizándola luego hacia la misma. Este movimiento se debe repetir 5 veces diarias en ambos lados de la nariz. Al hacerlo, la presión que se ejerce en correspondencia con el saco debe "forzar" de una forma natural la válvula de Hasner, facilitando de este modo su apertura. A este masaje se debe asociar una higiene estricta, por lo que la mamá deberá limpiar regularmente el ojo de su hijo con gasas empapadas en una solución fisiológica esterilizada que se pueden comprar en la farmacia.
El pediatra es quien decide si además de estos recursos se necesita un tratamiento con antibiótico. Este tratamiento se basa normalmente en el uso de gotas o de pomadas que contengan sustancias eficaces contra el Stapbylococcus aureus, la bacteria que puede anidar en los pequeños canales y provocar la infección. Para resolver este problema, casi siempre es suficiente con llevar a cabo el masaje hidrostático acompañado, si es necesario, por el tratamiento con antibióticos Y las normas de limpieza.
Si el problema persiste
Sin embargo, en algunas situaciones, que no son frecuentes, el masaje hidrostático no resulta eficaz y el problema no se resuelve por sí mismo a lo largo de los primeros meses de vida del pequeño. Es fundamental consultar con el especialista oftalmólogo. El decidirá si es necesario recurrir a una pequeña intervención que normalmente se lleva a cabo en el consultorio y que consiste en sondar al niño la vías lacrimales.
Para realizar esta operación se introduce una pequeña sonda de plata a través de los pequeños agujeros de la comisura interior del ojo, y desde allí se hace descender hasta las vías lacrimales y la válvula de Hasner.
De esta manera, se consiguen abrir los conductos nasolacrimales y se fuerza la válvula de Hasner. El principal objetivo de dicha operación es "abrirle" el camino al líquido lacrimal.
Esta intervención suele durar pocos minutos y se efectúa utilizando un sedante muy ligero. Al llevar a cabo esta operación local normalmente se resuelve el problema.
La higiene es fundamental
Si el pequeño tiene una secreción lagrimal abundante, es importante limpiarle los ojos con frecuencia, adoptando rigurosamente determinadas medidas higiénicas. Por ejemplo, la mamá no deberá emplear un mismo trozo de algodón para ambos Ojos, para evitar el paso de las bacterias de uno a otro y el riesgo concreto de empeorar la infección.
Las glándulas producen lágrimas que van desde el ojo al saco lacrimal y a la nariz a través de la válvula de Hasner.
Cual es el recorrido de las lagrimas
El liquido lacrimal es producido continuamente por las glándulas colocadas en el interior de los párpados. Su propósito es lubricar y "limpiar" la cornea "membrana transparente exterior que protege el ojo) y, por esta razones necesario de que se elimine de una manera constante. Con este fin, en la comisura interior de cada ojo, se abren 2 pequeños agujeros (las carúnculas lacrimales inferior y superior), en las que penetran el liquido lacrimal. Una vez en ellos, el liquido lacrimal es conducido hacia el interior de la nariz a través de un sistema complejo.
Las diferentes etapas del recorrido son las siguientes: el liquido lacrimal sale del ojo a través de las carúnculas lacrimales, que son los aguajeros de entrada a los conductos nasolacrimales.
Después, se recoge en el saco lacrimal. Cuando este esta lleno, presiona la válvula de Hasner situada en la embocadura de la cavidad nasal, hacia la cual debe fluir normalmente el liquido lacrimal. Por esto, cuando lloramos, sentimos la necesidad de sonar la nariz.
http://www.pediatraldia.cl/pb/ojosllorosos.htm
La obstrucción del canal que lleva las lágrimas a la nariz puede ser la causa de que el bebé tenga siempre los ojos llorosos. Veamos qué hacer para tratar este problema.
Durante el primer año de vida, muchos niños lagrimean a menudo por uno o ambos ojos se trata de un problema que, afortunadamente no es grave, pero que no debemos dejar de lado.
Cuales son las causas
Su causa es una obstrucción parcial de las vías lacrimales, es decir, del pequeño canal o del saco que une el ojo con la nariz a través de la válvula de Hasner.
El líquido lacrimal, que producen constantemente las glándulas destinadas a mantener el ojo en las condiciones de humedad ideales, debería fluir a través de los dos pequeños agujeros colocados en la comisura interior del ojo, correr por este canal, llegar hasta los pequeños sacos lacrimales y desembocar finalmente en la nariz. Sin embargo, algunas veces, el paso está bloqueado debido a que las vías lacrimales son tan estrechas que incluso se cierran a consecuencia de una mínima irritación de la mucosa, causada por un simple resfrío o por sustancias irritantes como el polvo, el viento, el sol o el humo. Cuando esto ocurre el líquido lacrimal rebosa del ojo y se estanca en el saco lacrimal, creando el terreno ideal para la proliferación de bacterias.
Un pequeño foco de bacterias
En estas condiciones es fácil que el ojo lagrimee continuamente y se forme una sustancia amarillenta y pegajosa, señal evidente de que existe infección. Esta secreción, que algunas veces es pus, se forma en los sacos lacrimales (cercanos a la nariz), donde el líquido lacrimal se acumula, dando lugar a la infección bacteriana. En algunos casos el problema se debe no sólo a la obstrucción del conducto lacrimonasal, sino también a un mal funcionamiento de la válvula de Hasner, la pequeña "puerta" situada entre el final del saco lacrimal y su desembocadura en la nariz. Si esta válvula no se abre por completo, el líquido lacrimal se estanca.
A pesar de ser muy molesto y antiestético, este problema no representa ningún riesgo para la salud del bebé ni para la integridad de sus ojos. Sin embargo, será mejor mantenerlo bajo control y curar la infección local para evitar que el foco bacteriano se extienda, agravando los síntomas.
Los ojos del recién nacido.
En el momento de nacer, todavía permanece cerrados los pequeños canales cuya función es recoger las lagrimas ya que las glándulas lacrimales del recién nacido producen poco líquido. Sólo más tarde, alrededor de los dos primeros meses de vida del pequeño, el conducto se ensancha espontáneamente. Pero algunos niños nacen con los pequeños canales mucho más estrechos de lo normal, por lo que tienden a obstruirse con facilidad apenas la mucosa se irrita o se hincha.
En otros casos, es la válvula de Hasner (situada entre el final del saco lacrimal y la desembocadura del mismo en la nariz) la que permanece parcialmente bloqueada, impidiendo el paso del líquido lacrimal. De todas formas, en la mayoría de los casos estos problemas suelen resolverse espontáneamente: los conductos lacrimonasales se abren y la válvula se reabsorbe sin necesidad de intervenciones, aunque sea con algunos meses de retraso.
Que podemos hacer
En la mayoría de los casos, la situación se resuelve por sí sola a lo largo del primer o segundo año de vida del pequeño.
De todas formas, se puede intentar acelerar el proceso de curación practicando un masaje especial que favorece la apertura de la válvula de Hasner.
Se trata de un masaje llamado "masaje hidrostático", que se hace ejerciendo una ligera presión con la punta del dedo en el puente de la nariz y deslizándola luego hacia la misma. Este movimiento se debe repetir 5 veces diarias en ambos lados de la nariz. Al hacerlo, la presión que se ejerce en correspondencia con el saco debe "forzar" de una forma natural la válvula de Hasner, facilitando de este modo su apertura. A este masaje se debe asociar una higiene estricta, por lo que la mamá deberá limpiar regularmente el ojo de su hijo con gasas empapadas en una solución fisiológica esterilizada que se pueden comprar en la farmacia.
El pediatra es quien decide si además de estos recursos se necesita un tratamiento con antibiótico. Este tratamiento se basa normalmente en el uso de gotas o de pomadas que contengan sustancias eficaces contra el Stapbylococcus aureus, la bacteria que puede anidar en los pequeños canales y provocar la infección. Para resolver este problema, casi siempre es suficiente con llevar a cabo el masaje hidrostático acompañado, si es necesario, por el tratamiento con antibióticos Y las normas de limpieza.
Si el problema persiste
Sin embargo, en algunas situaciones, que no son frecuentes, el masaje hidrostático no resulta eficaz y el problema no se resuelve por sí mismo a lo largo de los primeros meses de vida del pequeño. Es fundamental consultar con el especialista oftalmólogo. El decidirá si es necesario recurrir a una pequeña intervención que normalmente se lleva a cabo en el consultorio y que consiste en sondar al niño la vías lacrimales.
Para realizar esta operación se introduce una pequeña sonda de plata a través de los pequeños agujeros de la comisura interior del ojo, y desde allí se hace descender hasta las vías lacrimales y la válvula de Hasner.
De esta manera, se consiguen abrir los conductos nasolacrimales y se fuerza la válvula de Hasner. El principal objetivo de dicha operación es "abrirle" el camino al líquido lacrimal.
Esta intervención suele durar pocos minutos y se efectúa utilizando un sedante muy ligero. Al llevar a cabo esta operación local normalmente se resuelve el problema.
La higiene es fundamental
Si el pequeño tiene una secreción lagrimal abundante, es importante limpiarle los ojos con frecuencia, adoptando rigurosamente determinadas medidas higiénicas. Por ejemplo, la mamá no deberá emplear un mismo trozo de algodón para ambos Ojos, para evitar el paso de las bacterias de uno a otro y el riesgo concreto de empeorar la infección.
Las glándulas producen lágrimas que van desde el ojo al saco lacrimal y a la nariz a través de la válvula de Hasner.
Cual es el recorrido de las lagrimas
El liquido lacrimal es producido continuamente por las glándulas colocadas en el interior de los párpados. Su propósito es lubricar y "limpiar" la cornea "membrana transparente exterior que protege el ojo) y, por esta razones necesario de que se elimine de una manera constante. Con este fin, en la comisura interior de cada ojo, se abren 2 pequeños agujeros (las carúnculas lacrimales inferior y superior), en las que penetran el liquido lacrimal. Una vez en ellos, el liquido lacrimal es conducido hacia el interior de la nariz a través de un sistema complejo.
Las diferentes etapas del recorrido son las siguientes: el liquido lacrimal sale del ojo a través de las carúnculas lacrimales, que son los aguajeros de entrada a los conductos nasolacrimales.
Después, se recoge en el saco lacrimal. Cuando este esta lleno, presiona la válvula de Hasner situada en la embocadura de la cavidad nasal, hacia la cual debe fluir normalmente el liquido lacrimal. Por esto, cuando lloramos, sentimos la necesidad de sonar la nariz.
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