Cólico nefrítico me diagnosticaron, pero estoy asustad

Me llamo Fran y estoy preocupado por un problema que comenzó hace unas dos semanas.
   Me dedico a la construcción, y estuvimos haciendo un trabajo bastante duro, durante dos días.
   Cuando acababa mi jornada laboral, sentía como que no podía ponerme del todo recto, no me causaba dolor,
y opté por ponerme, ya en casa, una manta eléctrica para darle calor a mi espalda. Esa misma noche, noté un pinchazo,
y una palpitación en la zona izquierda, unos tres centímetros más abajo del ombligo, en el costado.
   Al otro día desperté con un poco de molestia, pero muy leve, me fui a trabajar, a medida que transcurría la mañana,
tuve que marcharme, por que cada vez me dolía más, era un dolor leve pero constante. Decidí ir a urgencias, y allí
me hicieron un análisis de orina, y me dijeron que tenía arenilla en el riñón, pero si soy sincero no me lo creí mucho.
   Mi orina es muy buena, ni oscura, ni orino muy poco, ni hay restos de arenilla ni nada, ni escozor en el pene.
   Me mandaron ibuprofeno y mucha agua. Yo soy alérgico al ácido acetil salicílico, se lo dije a la doctora, pero me dijo
que lo tomara, que no pasaba nada.
   10 días más tarde, el dolor no se me quitaba, de hecho, sentía más dolor, como una quemazón leve que se extendía a la zona central,
por debajo de mi ombligo y que se pasaba a la zona derecha, hasta el punto que llegue a sentir ese dolor en la parte abdominal
derecha justo debajo de las costillas y que me iba a la zona baja de la espalda, me dolía toda la zona.
   Opté, por ir a mi médico de cabecera, y se lo expliqué y me dijo que podía haberme hecho daño en los riñones
por los esfuerzos, me mandó otro análisis de orina, esta vez por la mañana, estoy esperando los resultados
pero la verdad es que soy miedoso para estas cosas y estoy asustado, tengo 31 años, fumador aunque no ingiero
bebidas alcohólicas, mi orina como digo es muy buena, casi transparente, por la cantidad de agua que ingiero
y no hace nada de espuma. Mis heces son normales, aunque la verdad es que, debo tener cierta intolerancia a la
lactosa, por que toda la vida han sido más blanditas que el resto de la gente, pero sin sangre, sin color negro ni nada,
llevo varios días tomando leche sin lactosa y no tengo escozor ni nada parecido en el ano o al defecar.
   A día de hoy, por las mañanas me siento mejor, llevo dos semanas sin trabajar, por lo físico de mi trabajo.
   Pero cuando cae la noche me siento peor, noto como dolor-quemazón, más abajo del ombligo, en los costados
   Y aunque es un dolor leve, me sugestiono y me provoca cierta ansiedad y preocupación. Si me siento en una silla
estoy más cómodo, que en un sofá, donde la distancia de las piernas con el suelo es menor, y cuando me noto los
síntomas, me levanto y me muevo y me alivia. Eso sí, cuando ando más de la cuenta, el dolor de la zona abdominal derecha
bajo las costillas se acentúa, sigue siendo leve pero es más intenso, y me noto cansado, y se me agita la respiración
   Por cierto no he tenido fiebre en ningún momento, que yo sepa, me pongo el termómetro varias veces al día,
y no tengo dolor de cabeza, y mi cansancio es menor que mi desánimo. LLevo varias semanas haciendo dieta blanda,
comiendo poco y sano, no he perdido el apetito, aunque me siento hinchado, no se si por ansiedad o porque con los nervios
he aumentado el número de cigarrillos, no he vomitado en todo este tiempo, ni náuseas ni nada.
   Es posible que el ácido acetil salicílico que contiene el medicamento, ¿me esté causando esto?, antes de empezar a tomarlo
solo sentía molestias a 3 centímetros del ombligo en la parte izquierda, de hecho, pensé que podía ser una hernia.
   A lo pocos días de empezar a tomar el ibuprofeno, y con el aumento de los síntomas, decidí por mi cuenta, dejarlo unos días,
se aliviaron un poco los síntomas, pensé que era por la medicina, y empecé a comer más y más variado, pero unos días después,
empecé a sentir los síntomas otra vez, de menos a más, así que volví al medicamento. Ayer lo volví a dejar y
me sentí mejor, a estas hora del día me siento mejor, pero llega la noche y empieza mi preocupación.