Problemas de concentración

Hace casi tres meses que he cambiado de trabajo, y de casa, aunque dentro de la misma ciudad. En mi nuevo trabajo tengo mucha más calidad de vida que en el anterior, de hecho por eso me cambié. Antes tenía mucha más presión y estrés, trabajaba entre 13-16 horas al día, tenía a unas 9 personas a mi cargo y un jefe que al que nada le parecía suficiente, y daba por hecho que cualquier sacrificio personal estaba justificado por las necesidades de la empresa. Por supuesto, no tenía vida personal, apenas veía a mi marido, no podía quedar con mis amigos un día entre semana y los fines de semana estaba tan agotada que nunca quería salir.
Pese a todas las horas que echaba, mi rendimiento era muy alto, sacaba muchísimo trabajo adelante y gestionaba unas 12 empresas con bastante volumen de operaciones (varias tenían obligación de auditarse), y otras 60 con menos actividad.
En mi nuevo trabajo tengo a mi cargo a la mitad de gente. Tengo mucha menos presión, porque los jefes gestionan mejor los tiempos y tienen entre sus prioridades cuidar a su personal. Salgo todos los días a mi hora, y los viernes por la tarde no trabajo. Me da tiempo a compartir las tareas domésticas con mi marido, cosa que antes tenía que asumir él los días entre semana y si lo de daba tiempo, reventar los dos los fines de semana. Nunca hemos tenido asistenta, ni nos lo hemos planteado.
Además la carga de trabajo es infinitamente menor y sin embargo, no soy capaz de sacarla a delante, me distraigo con una mosca que pase volando. Entro mil veces en internet con cualquier excusa (mirar mis cuentas bancarias, consultar cualquier duda -como ahora por ejemplo, etc); estoy resolviendo temas personales que antes tenía que dejar aparcados durante meses hasta que se convertían en urgentes, o hasta que no tenían solución (ir al dentista, una revisión médica poco importante, gestiones bancarias...).
En resumen me cuesta mucho concentrarme, y una carga de trabajo que antes hubiera sido capaz de resolver en un par de días, ahora tardo más de una semana en sacarla a delante y no termino a tiempo, me siento culpable, y me llevo el ordenador a casa para terminar, cuando no debía de ser necesario. Y en un par de ocasiones he tenido que pedir que me amplíen el plazo para terminar temas. Intento obligarme a "volver al trabajo" cada vez que me despisto, pero antes de darme cuenta estoy otra vez haciendo cosas que no tienen nada que ver con el trabajo en mi horario laboral.
Temo acostumbarme a "hacer el tonto" en el trabajo, llevarme trabajo a casa porque no acabo (me he venido a trabajar festivos a la oficina, cosa que nunca había hecho), no terminar el trabajo a tiempo o tardar demasiado en hacer una tarea y que mis jefes terminen cansándose y echándome. Mi marido me regaña y me dice que me centre, que nunca en la vida he tenido un trabajo donde haya podido disponer de tiempo para mí, que por fin nos podamos plantear tener niños, cosa que llevamos un par de años queriendo hacer, y que al final me voy a arrepentir cuando ya no tenga remedio.
¿Qué puedo hacer? ¿Hay alguna pauta que pueda seguir para concentrarme? ¿Por qué me distraigo tanto?
Respuesta
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No hay pauta ninguna que te ayude a concentrarte porque es el menor de tus problemas. Es sabido que cuando una persona trabaja tanto como tu lo hacías y lo hace porque quiere es porque tiende mucho al perfeccionismo, a intentar ser la super mujer que demuestra que puede hacerlo todo y que puede encargarse de todo. ¿Ahora bien, por qué? Pues para mi no hay nada más simple, porque tiene miedo al horror vacui, al vacío que deja en nosotros el tener tiempo libre para pensar, para meditar acerca de lo absurdo de la condición humana, por lo cual optas por intentar tenerlo todo bajo control, tu vida, tus horarios, tus relaciones... ¿en todo momento todo ha de cuadrar y estar bien parcelado y calculado... pero cual es el precio del control absoluto sobre tu vida? Pues el cansancio que ahora te impide avanzar, la ansiedad y depresión cuando vemos que no todo es controlable, y en general el coste mayor que es la libertad, la que te diría cuando te quedara poco que has pasado tu vida aprisionada por la trampa del control y que no has vivido quizá lo que querrías haber vivido al dejarte llevar por el miedo a la libertad, el miedo a que algo no cuadrase en tu apretada agenda...
Puede que yo me equivoque pero repasa tu vida y dime si algo en ella ha sido fruto del azar o todo ha estado siempre atado y bien atado, y si me equivoco diciéndote que siempre te ha preocupado hasta el extremo demostrar ante los demás lo que vales.
No te equivocas en lo más mínimo. Y también tienes razón en que nunca me he parado a pensar y ha reflexionar sobre mi vida para poder llegar a la conclusión a la que has llegado tú, que además me parece muy acertada.
Desde que era pequeña siempre he querido tenerlo todo controlado (ahora me doy cuenta) y sin que nadie me dijera nada siempre he tenido "planeado" mi futuro. Me extrañaba cuando estando en 6º de EGB la gente me preguntaba qué iba a hacer cuando saliera de la escuela, y yo contestaba: " Es obvio, estudiar en el instituto, luego la universidad, empezar a trabajar en mi último año de carrera, para no sufrir el paro juvenil que hay justo al acabar, y luego ya pensaré en tener pareja". Además, con 10 años tenía clarísimo lo que quería estudiar.
Yo nací y me crié en un pueblo a bastanes kilómetros de la capital de mi provincia, y allí no era tan obvio eso de estudiar en la universidad, de hecho de los 45 niños que terminaron octavo conmigo, sólo 9 llegamos a la Universidad. Allí ni siquiera había instituto, y el futuro laboral de las mujeres era muy reducido.
Cuando tenía unos 13-14 años, mi padre cayó enfermo y estuvo dos años sin poder trabajar. Nuestra economía familiar se resintió mucho, pues sólo entraba el sueldo de mi madre, y yo (la mayor de cuatro hermanos), me afiancé más todavía en el plan de vida que me había auto impuesto. Me puse de meta sacar Matrícula de Honor en COU, para obtener una beca mejor cuando llegara a la Universidad. Lo conseguí, y también tenía claro que tenía que acabar la carrera en 4 años, y empezar a trabajar antes de terminar para que mis hermanas también pudieran estudiar. También lo logré, casi todo (porque mis dos abuelos murieron durante mi carrera, y se resintieron algunas asignaturas), y el 5º año de carrera ya esta trabajando en otra ciudad como becaria de una gran multinacional, y con mi sueldo nos manteníamos una de mis hermanas y yo en Sevilla, e incluso le pagué el carnet de conducir, cuando yo ni siquiera lo tenía por falta de tiempo.
Estando en la multinacional, donde evidentemente echaba mil horas, incluyendo fines de semana, murió mi padre. Eso hizo tambalear mucho mi "mundo preconcebido" y ahí si me puse a pensar si no estaba desperdiciando mi vida. Dejé el trabajo, y busqué otro lo más cerca que pude de mi pueblo para poder pasar más tiempo con mi familia.
Con 26 años ya era Controller Financiero de Grupo de más de 60 empresas. Y lo que en principio iba a ser un trabajo para disponer de más tiempo libre, fue más de lo mismo. En esa empresa la rotación llegó a ser infernal debido a las condiciones que te he comentado en mi correo anterior, y también me fui.
Eso fue hace unos tres meses y ahora estoy aquí con más tiempo para mí del que he disfrutado nunca, cumpliendo completamente mis expectativas a nivel personal -no se puede pedir más. Y justo en lo que no he fallado nunca, mi capacidad resolutiva en el trabajo, es en lo que estoy metiendo la pata hasta el fondo. Y me da mucho miedo y no me reconozco.
Supongo que me tengo que obligar a buscar el punto medio, pero nunca he sido capaz. Cuando era estudiante era incapaz de sacar un 5-6, porque o me sabía el examen totalmente y sacaba un 8,5-10 o no me lo sabía y lo suspendía. No sé tener término medio. Mi marido, que gracias a Dios es completamente diferente a mí este aspecto, dice que no tengo remedio, que tiendo a agobiarme y a acapararlo todo. Que nunca voy a conseguir relajarme, ni siquiera en unas vacaciones, porque tengo que tenerlo todo controlado, y hay cosas que siempre pueden salir mal.
Yo quiero pensar que no es así, y quiero ponerle remedio. Creo que por eso me estoy volcando ahora tanto con la casa, y con la cocina (es algo que siempre me ha gustado y nunca he tenido tiempo), y siempre estoy intentando soprenderlo con algún plato nuevo, y tenerlo todo perfecto, para compensarle por los años en los que ha cargado él con todo.
Perdona que me enrolle tanto, supongo que simplemente estoy reflexionando en voz alta. Seguramente te habrá encontrado con mucha gente como yo en tu trabajo, ¿verdad?
¿Qué hago para cambiar? Sí, soy una perfeccionista, pero a la vez soy un desastre, o por lo menos eso dicen siempre mis hermanas y mi madre desde que tengo uso de razón: soy despistada, siempre estoy olvidando donde dejo las cosas; no tengo fuerza de voluntad para hacer deporte, y debería hacerlo; soy desordenada; soy perezosa en hacer lo que no me gusta (quizás sea que el trabajo no me gusta, porque no me supone un reto).
¿Tengo remedio? ¿Cómo hago para no estropearlo todo o para que mi vida no me "autoasfixie"?
Muchas gracias de nuevo por tu ayuda.
Lo que me planteas va mucho más allá de una simple consulta por internet, yo no te conozco y por tanto no soy ni puedo ser tu terapeuta virtual, así que ese papel ha de cumplirlo otro en la vida real en tal caso. De todas formas si es habitual lo que me comentas, sobre todo lo he visto en mujeres de la nueva generación, mujeres que han tenido que demostrar que son tan válidas o más que los hombres en un mundo en el que la competitividad está acabando con todos los valores que podía haber antes. No se trata de que vayas a cambiar dado que tu eres así desde hace mucho, sino de que la cosa mejore poco a poco, de ir haciendo pequeñas cosas que cambien la situación. Lo que tu demandabas era mejorar la concentración, pues si te fijas estabas tratando de ser más perfecta aún, de tener incluso más capacidad para trabajar y sacrificarte, y eso es tu problema. Por ello quizá en lugar de buscar como concentrarte para ser mejor aún deberías de asumir que tienes defectos, permitirte por una puñetera vez no ser doña perfecta, aceptar que en la vida nada lo es, hacer un viaje a lo loco sin planificación ni búsqueda de hostal u hotel hasta que estés allá, dar paseos sin rumbo fijo ni objetivo, apuntarte a actividades de las que no controles nada como el deporte que tanto odias (lo que odiamos es lo que no podemos controlar), y todo lo que se te ocurra de forma impulsiva de vez en cuando. Se trata de ser menos previsible, más loca, más libre, para poder decir por lo menos que tu vida no ha sido ssólo monotonía.
Muchísimas gracias por tu ayuda, de verdad. Me han servido mucho tus consejos, voy a hacer el firme propósito de llevarlos a la práctica.
Perdona que me haya enrollado tanto, supongo que pocas veces me he parado a reflexionar sobre mi vida, y ha sido un poco como hablar en voz alta.
Voy a intentar tomarme la vida menos en serio, y disfrutar al máximo de ella.
Gracias de nuevo.

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